Ana Obregón ha votado este domingo en el colegio Liceo Europeo de La Moraleja. La presentadora se ha dejado ver acompañada de su hermano, Javier García Obregón, después de haber disfrutado de unas vacaciones en Palma de Mallorca con su nieta, Ana Sandra. “Todo bien, aquí lo importante es que hay que votar un cambio, que lo necesitamos”. De esta manera tan tajante ha respondido la también actriz ante los medios cuando le han preguntado qué tal había pasado las vacaciones.

Antes de ello Obregón lanzaba un mensaje incendiario contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Igualdad, Irene Montero. Lo hacía refiriéndose a un hecho que ha marcado buena parte de las críticas al Ejecutivo Central y que tiene que ver con la ley del ‘solo sí es sí’. Así las cosas, acompañado de un vídeo del presentador de los informativos de Antena 3, Vicente Vallés, Obregón ha dicho que mañana -refiriéndose al día de hoy, ya que el mensaje es del pasado sábado- “estarán en la calle acompañados de todos los violadores que habéis liberado (…) Ya que no has tenido la dignidad de pedir perdón a los niños y a las mujeres violadas ni de dimitir”. Esto último en referencia a la responsable de Igualdad.

Ana Obregón carga contra Pedro Sánchez

Durante el trascurso de la jornada, la actriz ha dado las gracias al personal de la mesa. “Qué rapidez, qué gusto”, ha sentenciado después de ejercer su derecho a voto. “Lo importante es que todo el mundo vote”, ha añadido. En su caso, ha depositado la papeleta con un vestido rojo: “Yo, la bandera española, porque soy más española que nadie”.

En lo que tiene que ver con su estancia vacacional, ha sido preguntada también por el incendio que se había producido al lado de ‘El Manantial’. “Gracias a Dios, nada”, ha explicado sobre los daños que le hubieran podido causar a ella y su familia. También ha contestado, aunque de manera más reticente, a si va a hacer un posado veraniego como el que ha acostumbrado otros años: “A ver, no lo se´”.

El día que Ana Obregón abrió la prensa política

Desde que la niña llegara al mundo un 20 de marzo en Miami, la actriz se ha dejado ver con ella en varias ocasiones, siendo la última precisamente las vacaciones de verano, las primeras que disfruta dejando atrás al riguroso luto que había mantenido desde que falleció Aless Lequio (a quien también dedica un libro que presentó en la pasada Feria del Libro).

Obregón y Ana Sandra han estado instaladas desde el pasado 7 de julio en el lugar mencionado, una imponente vivienda que el padre de la intérprete construyó en la década de los setenta en uno de los acantilados de la Costa de los Pinos y donde, según ella misma apunta, vivió algunos de los días más felices acompañada de su hijo.

Ana Obregón se ha mostrado siempre crítica con el Gobierno de España y sus socios. Sin embargo, la ofensiva ha sido todavía mayor desde que se convirtiera en madre y abuela a la vez por vientre de alquiler. El hecho puso la controversia nuevamente encima de la mesa, ya que es algo que la legislación prohíbe en nuestro país, no así en lugares como Estados Unidos.

La legislación deja fuera de cualquier validez dentro del territorio esta práctica hasta en tres leyes principales. La primera es la que legisla las técnicas de reproducción humana asistida de 2006, que lo hace en su artículo diez, el cual declara nulo el contrato “para que una mujer, con o sin precio, se preste a una gestación y renuncie después a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero”.

Asimismo, el apartado 221 del Código Penal afirma que “los que mediando compensación económica, entreguen a otra persona un hijo, descendiente o cualquier menor aunque no concurra relación de filiación o parentesco, eludiendo los procedimientos legales de la guarda, acogimiento o adopción, con la finalidad de establecer una relación análoga o de filiación, serán castigados con las penas de prisión de uno a cinco años y de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de la patria potestad, tutela, curatela o guardia por tiempo de cuatro a diez años”.

Igualmente, la reforma de la ley de derechos sexuales y reproductivos y de interrupción voluntaria del embarazo del 28 de febrero detalla que la práctica es una forma “grave de violencia hacia las mujeres” y de “violencia reproductiva” a la vez que prohíbe, entre otras cuestiones, la publicidad de las agencias intermediarias que ofrecen dicho servicio.