El círculo familiar de Isabel Pantoja se tambaleó tras acudir al juicio el pasado martes, en el que se le acusa de haber cometido un delito de insolvencia punible por la venta de su chalet en Marbella. En este sentido, la tonadillera podría estar empezando a tramitar un proceso para desheredar a sus hijos, Kiko Rivera e Isa Pantoja. Ante tal noticia, las reacciones se dispararon. 

Entre toda la revolución mediática, destacó el sutil comentario que dejó Omar Montes en sus redes sociales: "Al final solo voy a pillar yo que me llevé la muñeca", escribió en su cuenta de Twitter, recordando así la vez en que la acudió a Cantora, la residencia principal de la tonadillera, y de donde se llevó como recuerdo una muñeca de porcelana que después mostró en la entrevista que concedió a La Resistencia. "La primera vez que fui a Cantora y vi tantos lujos, pillé lo primero que vi y me lo quedé de recuerdo. Tiene el espíritu de Annabelle, y no me refiero a la prima de Paquirrín. Lo único malo es que le falta un brazo", bromeó con David Broncano recordando la anécdota.

 

Debido al revuelo generado, Socialité descubrió poco después la mentira del cantante, ya que la muñeca no pertenecía a Isabel Pantoja, sino a su madre, doña Ana. Isa Pantoja lo confirmó públicamente en Mediaset: "Es falso. Mi madre no tiene muñecas de esas y yo, menos. Serán de casa de su abuela", sentenció. 

Última oportunidad para recuperar el patrimonio

La razón por la que la cantante habría tomado esta drástica decisión se debe al maltrato psicológico, según alega, que le habrían propiciado sus hijos durante estos últimos años a nivel mediático. A pesar de las difíciles circunstancias, Kiko Rivera aún tendría una oportunidad para convencer a su madre de que no de el paso: pedirle perdón para que rectifique su decisión en el testamento, tal y como adelantó Gema López en Sálvame el pasado viernes.