El juicio de Isabel Pantoja por la venta de su chalet en Marbella ha generado una oleada de reacciones en el mundo mediático, sin embargo, la que más se esperaba era la de los miembros de su entorno familiar. Ha tardado 24 horas, pero su hijo, Kiko Rivera, al fin se ha pronunciado al respecto. 

A través de sus redes sociales ha roto su silencio con un mensaje en el que, a pesar de marcar distancias del círculo familiar, reconocía que no fue un día bueno: "Ayer fue un día duro. Soy humano, tengo corazón y no fue un momento precisamente bonito. Cuando estamos en caliente y enfadados podemos llegar a decir cosas que realmente no sentimos, así somos los humanos", comenzaba su breve comuncado a través de su cuenta de Instagram. 

A pesar de las tensiones, el dj no ha tenido malas palabras para su madre: "Espero de corazón que a mi madre no le suceda nada malo, aunque ya es hora de que se ponga en manos de gente que la pueda ayudar y aunque le duela, separarse de quien no le haga bien. La mejor defensa no es atacar y alegrarse del mal ajeno porque puede ponerse en tu contra y eso deberían aprenderlo algunos. Si te equivocas pagas y eso es algo que por suerte o por desgracia para otros es así", criticaba. 

Acto seguido, Rivera recordaba que "ya no forma parte" de esa familia, aunque ese hecho no quita que fuese "un día de mierda". "Recuerden que soy humano y aunque no quiera saber nada de ello, no deja de ser mi madre", concluía dirigiéndose a sus seguidores.

Isabel Pantoja rompe a llorar en el juicio

Los medios de comunicación presentes en la cita judicial del martes captaron a una Isabel Pantoja destrozada y abatida, acusada cometer un delito de insolvencia punible por ser administradora única de la sociedad Panriver 56, por el cual le piden tres años de cárcel; se trata así del chalet de Marbella que compartía con su expareja, Julián Muñoz, cuando estaban juntos.

La única persona que permanece a su lado es su hermano Agustín, quien desveló a la prensa que se encuentra nerviosa y sufre alteraciones del sueño. Además, pudo verse cómo la tonadillera rompió a llorar en el juzgado dada la presión mediática a la que se expuso.