“Porros sí, pero que no se tome un bollo un niño, que no consuma carne un ciudadano... Eso sí, para la boda del señor Garzón, sí. Pero no se consume de esta manera, no se vive de la otra”. Estas fueron las palabras que pronunció Isabel Díaz Ayuso el pasado 9 de mayo, durante un acto del PP de Madrid, cargando contra el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y las campañas emprendidas desde su ministerio para concienciar sobre la importancia de limitar el consumo de bollería y dulces, cuyo exceso está demostrado científicamente es extremadamente dañino. 

Ahora, poco más de un mes después de estos ataques, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha participado en un acto de la Fundación por la Ciencia, Salud y Educación (SHE Madrid), en el que ha leído unas palabras de la entidad organizadora que rezaban lo siguiente:

“A través del programa SHE de salud integral, con el que 37.000 niños por todo el mundo han aprendido a conocer la importancia de cuidar un corazón sano. Este programa, que ya ha llegado a 22 escuelas españolas, ha enseñado a padres, abuelos, a profesores y a chicos jóvenes, a niños, hábitos clave para tener una vida saludable y, por tanto, mejor. Hay que controlar la obesidad, la hipertensión, la diabetes o el tabaquismo. Son fundamentales todos estos hábitos. Pero aún más en la era de las nuevas tecnologías. Y esto es algo que nos preocupa mucho en la Comunidad de Madrid”.

“Hay que controlar la obesidad”, ha calcado Ayuso, una frase que choca directamente con su actitud no solo de mayo, sino histórica, ya que siempre ha sido crítica con el ministerio de Consumo y su titular por sus campañas, las cuales tienen el fin que ahora parece defender ella.