La frenética noche electoral brasileña tocó su fin a altas horas de la madrugada española, pero las reacciones no han tardado en sucederse. Los sindicatos no podían ser una excepción en esta cuestión y la Unión General de Trabajadores (UGT) ha celebrado la victoria en primera vuelta del expresidente Lula da Silva, miembro del Partido de los Trabajadores (PT). “Impulsó las mayores transformaciones sociales en la historia de uno de los países más poblados y desiguales del mundo”, ha asegurado el sindicato.

La organización sindical, encabezada por Pepe Álvarez, ha destacado las actuaciones que desempeñó Lula durante su anterior mandato (2002-2010) en materia de reducción de la pobreza, garantía de derechos de protección social, como educación y sanidad para amplios sectores sociales excluidos hasta el momento, y posicionamiento internacional del país. No obstante, tras no alcanzar el 50%, el representante del PT no ha podido proclamarse presidente y tendrá que vencer en la segunda vuelta al ultraderechista Jair Bolsonaro, actual presidente.

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Época oscura

Lula, de vencer en la segunda vuelta, puedo proclamarse de nuevo presidente de Brasil, cargo que no ostenta desde hace 12 años. “Desde la salida de Lula de la presidencia, Brasil ingresó en una de las épocas más oscuras de la historia reciente”, lamentan desde UGT, recordando los golpes de Estado sufridos por su sucesora, Dilma Roussef, y las reformas regresivas en materia de política social y laboral.

Desde el sindicato también recuerdan amargamente la “persecución política y penal” que sufrieron los líderes del PT, motivo por el cual Lula no pudo presentarse a las elecciones de 2018 por un proceso judicial que, más tarde, se resolvió con su absolución. Sobre las elecciones “viciadas” de 2018 UGT apuntan que “el resultado por la proscripción de Lula fue la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien mantuvo la persecución a Lula y sumió a Brasil en un clima de una enorme violencia política”.

Todo o nada a la segunda vuelta

El recuento final, a pesar del inicio en cabeza de Bolsonaro, finalizó con Lula en cabeza con un 48,43% de los votos, por delante del ultraderechista (43,20%). No obstante, al no haber conseguido la mitad más uno ninguno de los candidatos, los brasileños se verán obligados a votar nuevamente el 30 de octubre.

“La victoria de Lula en la segunda vuelta es una necesidad social y democrática para Brasil”, señalan desde UGT. El sindicato califica así la situación, apoyándose en el perfil “ultraliberal, racista y homófobo” del actual presidente brasileño, al que también recriminan la gestión “delirante e irresponsable” que realizó de la pandemia mundial de Covid-19, periodo en el que murieron casi 700.000 brasileños.

A pesar de la victoria en primera vuelta de Lula, UGT se muestra preocupada por el elevado porcentaje de ciudadanos que han optado por votar a Bolsonaro. Por ello, ha anunciado que continuará trabajando con las organizaciones sindicales brasileñas para afianzar la victoria del líder del PT. “El nuevo tiempo que se abre en Brasil ofrece enormes posibilidades para que las organizaciones sindicales brasileñas vuelvan a cumplir con su rol fundamental como defensoras de los derechos y de unas mejores condiciones de trabajo”, han destacado.