Yolanda Díaz quería cerrar el acuerdo de la reforma laboral a finales de noviembre. Un ideal que, a día de hoy, 30 de noviembre, parece complicado. Más aún con unas peticiones muy claras por parte de sindicatos y patronal -que se convierten en líneas rojas- y que podrían provocar que las partes no ratifiquen el acuerdo con el Gobierno. La negociación de la reforma laboral se ha intensificado durante las últimas semanas, con el objetivo de cumplir los plazos previstos con Bruselas y buscar el máximo acuerdo entre las partes.
Hace unas semanas entraron en la mesa de negociación otras voces del Gobierno, no solo procedentes del Ministerio de Trabajo, sino también del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, de Educación y de Asuntos Económicos, liderado este último por la máxima responsable económica del Gobierno, Nadia Calviño. Una ampliación de la negociación que, según aseguraba Pepe Álvarez (UGT) en una entrevista a ElPlural.com, “no está ayudando”.
Ahora el Gobierno ha pegado un acelerón para cumplir con los plazos previstos con Bruselas y tener todo cerrado antes de finales de año, con dos Consejos de Ministros a la semana y, para avanzar con la reforma laboral, tres reuniones semanales de la mesa de diálogo. El Ejecutivo ha convocado a sindicatos y patronal este mismo martes para seguir negociando, ya in extremis, teniendo en cuenta que queda un mes para acabar el año, con periodos festivos entre medias.
Unas negociaciones que se amplían a tres días semanales: martes, miércoles y viernes, coincidiendo este último con un Consejo de Ministros extraordinario convocado por el presidente del Gobierno. Díaz ya ha ampliado sus plazos y se da hasta diciembre para alcanzar un acuerdo con las partes. La ministra de Trabajo no quiere renunciar al compromiso de aprobar la reforma antes de que acabe el año, ni de hacerlo sin los agentes sociales.
“Cumpliremos con los tiempos”, tranquiliza Díaz, con el último Consejo de Ministros del 2021 previsto inicialmente para el martes 28 de diciembre. Es decir, menos de un mes para alcanzar un consenso que derogue la reforma laboral de Rajoy. “No me gusta agotar los tiempos, pero la negociación es compleja", explica.
¿Qué piden los sindicatos?
Los sindicatos tienen clara su postura -lo han tenido desde el principio- y piden respetar una de sus líneas rojas: la negociación colectiva. Durante los últimos días, tanto UGT como CCOO han reclamado al Ejecutivo desbloquear las negociaciones de convenios colectivos y proteger esta fórmula para garantizar el equilibrio en las relaciones laborales.
"Estamos en un momento especialmente importante; tenemos abierta una mesa de negociación de la que queremos que cambie sustancialmente el sistema de relaciones laborales de nuestro país y queremos hacerlo a partir de la negociación colectiva", aseguraba Pepe Álvarez, secretario general de UGT, hace solo una semana. Unas palabras que reitera Unai Sordo, secretario general de CCOO, que pide “dar carpetazo” a la reforma laboral del Partido Popular de 2012.
No hay duda, la negociación colectiva es una línea roja de los sindicatos y van a luchar por ella. Tanto que han mandado sendos mensajes a las otras partes de la negociación. A la patronal le reprochan la “actitud premeditada” por el bloqueo de la negociación colectiva “después de chupar del bote”. "O hay reparto o hay conflicto. Si no se mejoran los salarios, los conflictos laborales en empresas y en sectores están garantizados", amenaza a la patronal.
Otra amenaza lanza al Gobierno, esta vez con el no acuerdo de los sindicatos en la reforma laboral. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, lo ha dejado claro en una entrevista en Invertia este mismo lunes: “Si no se reequilibra la negociación colectiva, si no se impide que un convenio de empresa pueda reducir los salarios de un convenio sectorial, si no se recupera la vigencia del convenio colectivo, si no se regula mejor las subcontratas… Ya adelanto que no va a haber acuerdo con los sindicatos. Ni con CCOO ni con UGT. Así que nadie dé por sentado el acuerdo con nosotros”. Una línea roja que los sindicatos no piensan pasar.
Con este panorama, Sordo ve complicado alcanzar un acuerdo para la reforma laboral este martes, tal y como ha pedido la ministra de Trabajo en múltiples ocasiones, pero no descarta que ocurra en las próximas semanas. “Si las negociaciones avanzan y continúan con la secuencia actual, espero que podamos llegar al final antes de que termine el año; de manera que se pueda incluir la reforma en el BOE. Es una negociación muy compleja porque está abordando temas muy delicados”, asegura Sordo.
¿Qué piden los empresarios?
En el lado opuesto están las patronales de empresarios, CEOE y Cepyme, que ya se han caído de varios acuerdos -que en principio se suponían tripartitos- como la subida del SMI o el aumento de los años de cotización en el sistema de pensiones. Ahora Antonio Garamendi, presidente de CEOE, también pone líneas rojas en la reforma laboral.
“Si nos hablan de puntos de mejora del marco laboral, siempre estamos dispuestos. Ahora bien, si de lo que se trata es de ideologizar, ahí no nos van a encontrar. No debemos olvidar que la ley no crea empleo”, asegura Garamendi en una entrevista en ABC. Con este panorama, alerta: “Si no es bueno para las empresas no lo será para el conjunto país, no nos sumaremos al acuerdo”.
Es decir, podría cerrarse un acuerdo de la reforma laboral solo con los sindicatos, como ha ocurrido en otras ocasiones, a pesar de las voces críticas que dicen que la patronal tiene derecho de veto. Algo que tanto Garamendi como representantes del Gobierno rechazan de pleno.