El sistema público de pensiones es cuestionado a menudo. Desde hace años se nos amenaza con la dificultad de sostener unas prestaciones con un número creciente de jubilados y una población activa cada vez más reducida y con peores condiciones de trabajo que sus padres. En España,desde la firma del Pacto de Toledo, se tratararon de poner en marcha políticas a largo plazo para garantizar que cuando la vejez, implacablemente, nos llegue a todos, tengamos un sistema que nos permita vivir con dignidad. Y sin embargo, políticas como vaciar la hucha de las pensiones o declaraciones como las que hizo ayer el Secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, nos permiten suponer que las pensiones públicas están sometidas a más vaivenes de los que parece. Granado declaró que el sistema de pensiones sólo “tiene arreglo para los próximos 10 años”. Y después, ¿qué?

Las pensiones son la mayor partida de gasto del Estado

Las declaraciones de Granado se hicieron en la presentación del estudio Las pensiones en España, editado por el Consejo General de Economistas. Guillem López-Casanovas, director del estudio, no tiene mucha fe en la estabilidad del sistema: "Nigún político piensa a largo plazo", reflexiona López-Casanovas en conversación con ElPlural.com. "La magnitud del problema es tan grande que dejarlo al debate del Pacto de Toledo me parece muy atrevido". El economista explica que las pensiones producen un déficit anual de 18.000 millones de euros en las cuentas públicas.

¿Qué es lo que nos puede garantizar, entonces, que se mantenga un sistema público de pensiones que sea eficiente y justo? El mayor problema no está tanto en lo que se gasta en pensiones (que ya es la mayor partida de los presupuestos generales del Estado), sino por la vía de los ingresos. Las cotizaciones a la Seguridad Social no parecen ser suficientes para que el sistema se mantenga con las circunstancias actuales. Y hay que procurar que entre más dinero del que sale.

Para López-Casanovas no hay manera de ingresar dinero que no cause un destrozo del sistema y cree que la Seguridad Social terminará incumpliendo su cometido de proporcionar unas pensiones dignas. "La cotización media de los españoles es de 5.600€ euros anuales; o aparecen 3,5 millones de puestos de trabajo de la nada o se nos aparece la virgen o no hay manera de mantener el sistema tal y como está ahora". Antonio González, economista, miembro de Economistas Frente a la Crisis y Exsecretario General de Empleo, lo ve de manera muy diferente. "El 60% del déficit de la Seguridad Social se debe gastos indebidos, si se clarifican las cuentas y cada cual paga lo que le corresponde, el déficit hasta puede desaparecer". 

Los planes de pensiones privados no son una alternativa

Y si bien los más pesimistas nos hacen advertencias acerca de la conveniencia de abrirse planes de pensiones privados, en España éstos son caros y menos rentables que la propia Seguridad Social, incluso cuando las pensiones públicas suben por debajo del IPC, algo que en lo coinciden tanto López-Casanovas como González. "Las tasas de rendimiento de los fondos privados son muy bajas, tanto que se las come la comisión fija que pagamos a sus gestores, lo hagan bien o lo hagan mal", explica López-Casanovas. Y González advierte que, a diferencia del Estado, los bancos no garantizan sus propios planes de pensiones. "Si hay una crisis, adiós muy buenas". 

Así pues, si no hay alternativa, ¿qué puede hacerse para garantizar que se sigan cobrando pensiones dignas? ¿Cuáles son los auténticos problemas y qué soluciones hay sobre la mesa? 

Nuestro mercado laboral destruye empleo para siempre

Para Antonio González el problema principal -el cual derivan los problemas de las pensiones- es que tenemos un mercado laboral mal regulado, que se encarga de resolver las crisis mediante despidos masivos y sueldos bajos. "En ningún país de la Unión Europea ha caído tanto el empleo durante la crisis como en España", explica. "Incluso los países que han tenido recesiones mayores que la nuestra han tenido caídas del empleo de 3%, ¡mientras que nosotros (descontando al sector de la construcción) hemos tenido caídas del 16%!". España ha llegado a niveles de paro del 26%, impensables en cualquier país con economías similares a la nuestra. Cuando en España suben los niveles de paro, la destrucción de empleo es prácticamente permanente. "Hacer los ajustes de la crisis mediante el paro y los sueldos se va a llevar todo por delante y tiene un efecto mulitplicador en toda la economía", expone González. 

Además, se cotiza según los salarios y los salarios en España también han pagado el precio de la crisis y tardarán lustros en recuperarse, si es que no nos encontramos con otra recesión por el camino. Para colmo, existe un tope máximo de cotización, por lo que los sueldos más altos -a partir de cierto nivel- cotizan muy por debajo de lo que deberían. Esto, advierte González, es una forma de subvencionar a las empresas con muchos directivos y son 6.000 millones de euros que no se ingresan. La precariedad, además, hace que la afiliación a la Seguridad Social fluctúe en exceso y con ella las cotizaciones. 

Financiar vía impuestos

La generación del Baby Boom, próxima a jubilarse, fue tan numerosa que han hecho -y aún hacen- las mayores contribuciones a la Seguridad Social. Tantas, que se usó ese dinero para pagar cosas que se debían de haber financiado por otras vías. Entre ellas, partidas que aún se mantienen. La administración de la Seguridad Social se financia vía cotizaciones y no a través de las partidas del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Otros 3.000 millones que pueden ahorrarse del déficit. 

Pero no es el único gasto que se paga con las prestaciones y que tendría que depender de los presupuestos de los ministerios. González señala que muchas "tarifas planas" y ayudas al empleo son "políticas muy razonables, pero son políticas de empleo, de mujer, de juventud y deberían ser financiadas por el ministerio correspondiente". Los ministerios, aún así se financian vía impuestos, ¿habría que subirlos? El exdirector de Empleo está convencido de ello: "A nivel de ingresos fiscales España está al nivel de Letonia, Lituania, Rumanía o Bulgaria, ingresamos un 8% menos que la media europea y es algo inaceptable para nuestro nivel de desarrollo". Si en su día se aprovechó el superávit de cotizaciones de la generación del Baby Boom para no crear impuestos, "ahora toca hacerlo al revés", aspostilla González. 

Las cuentas claras: las pensiones son y deben ser sostenibles

¿Qué pasa con el propio funcionamiento de la Seguridad Social? ¿Las cuentas públicas son tan eficientes como deberían? ¿Cómo influyen en el resto de la economía española las pensiones? El 60% de los 18.000 millones de déficit de las pensiones se debe regímenes diferentes del régimen general de la Seguridad Social. Hay cotizaciones artificialmente bajas, como las que eligen para sí algunos autónomos con grandes ingresos y otras excesivamente altas, como la del resto de autónomos, que pagan casi 300€ al mes tengan ingresos o no. 

Pero, ¿qué dicen los diferentes estudios? La mayor parte de los estudios están financiados por entidades financieras, por lo cual no se muestran muy favorables al sostenimiento del sistema actial. Y aún así no pueden evitar señalar que las pensiones suponen para España la creación de un 3% de nuestro PIB, casi 35.000 millones de euros anuales. Y que del poder adquisitivo de los pensionistas dependen directamente 700.000 puestos de trabajo. 

La Comisión Europea y estudios como los emitidos por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) hacen proyecciones que indican que en 2050 el gasto en pensiones en España estará entre un 13,5% y un 14% del PIB, cifras muy inferiores de las de los países de nuestro entorno y manteniendo el sistema actual. Y para ello, nos cuentan los economistas, son obligatorias las políticas a largo plazo.