Frente a sus amenazas y su violencia, ayer como hoy, se encontrarán a la clase trabajadora organizada”. Los movimientos sociales estuvieron, están y estarán y este viernes, una vez más, han demostrado que organizaciones violentas y ultraderechistas como Desokupa no conseguirán detener su acción. La lona de la vergüenza ha sido dignificada gracias a una acción organizada del Movimiento de Vivienda de Madrid. Conocedores reales de los barrios, conscientes que el problema de la vivienda no es la okupación, han boicoteado la campaña publicitaria de Desokupa, sobreponiendo dos lonas sobre la que anteriormente lucía en calle Atocha.

Ellos por dinero, nosotras por amor”, es quizá la mejor explicación que han podido dar los protagonistas para explicar las diferencias de las dos actuaciones. “Ni alquileres, ni hipotecas, ni deudas: vivienda gratuita, universal, de calidad y bajo control obrero”, reza la pancarta principal. Los movimientos por la vivienda no tienen la intención de permitir que se instaure el relato que eleva a lo okupación como principal problema de la vivienda, pese a tertulias y empresas de alarmas; mientras los alquileres se encuentras disparados y las hipotecas inaccesibles, a merced de la especulación inmobiliaria y la connivencia política.

“El problema no es la okupación, es no poder vivir”, resumen los activistas. Mientras empresas como Desokupa facturan grandes cantidades de dinero a cambio de desalojar a personas vulnerables de sus hogares, incentivando el odio y la aporofobia, los sindicatos de barrio han puesto en el centro los verdaderos problemas. 7.600 desahucios forzados son las cifras obtenidas en ocho años de las que se vanagloria el líder de la organización violenta, condenada a indemnizar a un activista por persecución.

En los últimos ocho años se han llevado a cabo 482.549 desahucios, una media de 165 diarios, según las cifras de el Movimiento de Vivienda. Un total de 28.552 personas se encuentran sin hogar, a pesar de que existen 3,8 millones de casas vacías. Si bien aún con hogar, los que no se encuentran en esta situación de vulnerabilidad hacen malabares para poder el alquiler. El porcentaje de ingresos destinado al alquiler cada vez es mayor y España se erige como unos de los países en los que mayor parte de la población sufre estrés financiero. 1,6 millones de hogares ni siquiera pueden hacer frente a los gastos básicos con sus rentas.

Frente a los matones del capital, respuesta colectiva

“En los últimos días, los matones del capital inmobiliario se han hecho virales gracias a una pancarta en la que se jactaban de las agresiones y las coacciones a las que someten a nuestra clase. Hoy han recibido su respuesta”, celebran los movimientos en favor de la vivienda que ha participado en la acción. El Sindicato de Vivienda de Carabanchel, la Asamblea de Vivienda de Villalba, la PAH de Vallekas, el Sindicato de Barrio de Moratalaz y la Asamblea de Vivienda de Tetuán son las organizaciones implicadas.

En los últimos días, Desokupa ha vuelto a la actualidad por el despliegue de una lona que carga contra personalidades de izquierda y ensalza sus actuaciones. “Tú a Marruecos. ¡Desokupa, a la Moncloa!”, refleja la pancarta por la que han pagado 8.000 euros y que expone una foto del presidente del Gobierno. Más grave ha sido la declaración de Daniel Esteve, cabecilla, asegurando que será “uno de los cabecillas del ejército de la calle”. Entre tanto, falsa propaganda asegurando que la fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado recomienda su actuación.

Espero que las urnas echen a estos tíos de por vida (Pedro Sánchez y el Gobierno de coalición), le demos armas a nuestro ejército y a nuestra policía y se cierren las fronteras de una puta vez, que es lo que tiene que pasar aquí”, ha pedido Daniel Esteve, líder de Desokupa, advirtiendo de que “si no, nos veremos en la calle, pero yo no pondré una velita. Si vienes a por mí, yo iré a por ti”.

Frente a los matones del capital y la pasividad de las autoridades, han decidido actuar. “No podemos perder de vista que el refuerzo autoritario del Estado y el auge de grupos parapoliciales no responde a la voluntad de uno u otro partido. Es uno de los síntomas de un orden social en crisis, en decadencia”, lamentan. Los movimientos tienen claro también que, “más allá de promesas electorales”, la vida de la clase trabajadora “sigue en crisis”. Los que se resisten a esta situación, organizándose, reciben “más mordazas, más multas, más detenciones y más criminalización”.

Nada de esto frena a los movimientos sociales, último reducto de contención frente a los “nazis”, como han acertado a denominar a Desokupa. Las elecciones que se celebrarán el próximo 23 de julio pueden suponer un fuerte retroceso para la sociedad, pero, de revalidarse el Gobierno progresista, las políticas deberán ser mucho más ambiciosas para que los barrios obreros, representados por estos movimientos, consigan mejorar realmente sus vidas. Suceda lo que suceda, el lunes las organizaciones continuarán evitando desahucios y luchando contra las injusticias, siempre con una máxima: “Ellos lo hacen por dinero, nosotras por amor”.