Camarotes por 700 euros por persona al mes de alquiler para 500 trabajadores de Ibiza. Este es el precio de la "solución" que ha planteado el empresario holandés Hans van de Rakt al problema del acceso a la vivienda en Eivissa durante la temporada turística. Su compañía, Business Hippie Club, se encarga de estudiar y promover "soluciones imaginativas" al problema de la vivienda".
El crucero contaría con un total de 300 estancias disponibles para alquilar. Junto al camarote, que sería de entre una y tres plazas en total, el precio englobaría otra serie de servicios que estarían a disposición en el crucero para los nuevos habitantes. Por ejemplo, contaría con gimnasio, servicios de limpieza y restaurante, entre otros. Esto sin embargo, el proyecto aún está en ciernes.
Tal y como ha explicado elDiario.es, ninguna de las autoridades competentes tenía constancia del proyecto que quiere desarrollar la empresa de van de Rakt. Eso sí, el mismo empresario reconoció a dicho medio que requiere del permiso de la Administración y que le proyecto está condicionado a estos.
Eivissa: de las zonas de España donde es más grave el problema de la vivienda
Tal y como comentó Hans van de Rakt al medio elDiario.es, los trabajadores "necesitan un lugar decente" para vivir, "no en tiendas de campaña o en una habitación con otras 10 personas". El holandes considera que es mejor "un crucero para controlar todas las cosas y tener una infraestructura adecuada".
La vivienda en la isla de Eivissa es particularmente grave, lo cual fuerza a las familias residentes a abandonarla. Eso sí, estos trabajadores cuentan, en realidad, con con trabajos y sueldos que en otros lugares del país les aseguraría una mayor calidad de vida. En concreto y según los datos del INE del último trimestre de 2023, el salario por trabajador en Islas Baleares fue de 3.216,64 euros, una cantidad que solo es superada en otras cuatro autonomías. Pero también es una de las regiones donde el precio de la vivienda y, en concreto el alquiler, es más alto.
Baleares es una de las zonas de España que acoge mayor cantidad de turistas. Este, junto a la cantidad de viviendas turísticas de alquiler, es uno de los factores que afectan a la accesibilidad de la vivienda en la isla. A esto se suma la compra de segundas residencia, particularmente de extranjeros, que solo las ocupan durante unos meses y, más tarde, las emplean como forma de negocio. De igual forma, también influyen la enorme cantidad de empresas vacías en la isla y los fondos buitre, que expulsan a las personas trabajadoras de los hogares y les impiden el acceso a estos.
Del tráfico en la isla a los problemas medioabientales: qué consecuencias tendría el proyecto
El alojamiento de los trabajadores en el crucero no es una solución sencilla de ejecutar. Primero, porque la capacidad de alojar cruces, cargueros y ferris del dique de Botafoc es muy limitado. La Autoridad Portuaria de Baleares (APB), el Consell de Eivissa y el Ayuntamiento de la capital llegaron a un consenso que establecía que sólo pueden entrar dos cruceros al día y una restricción de 3.000 cruceristas. De esta forma, se buscaba "evitar atascos y falta de medio de transporte terrestre". Esta norma se estableció apenas en el mes de mayo, aunque en el verano de 2023 ya se empezó a trabajar en ella, con lo que aún falta ver cómo afectaría al puerto.
El proyecto del crucero para trabajadores obligaría al Ejecutivo balear a replantearse la aplicación de estas restricciones, debido a que ya habría un crucero atracado de forma permanente dentro del puerto de Eivissa, a falta de que se posicione la APB sobre este asunto.
A esto habría que sumar las consecuencias medioambientales y paisajísticas del amarre permanente del crucero. Además de los problemas que generan las dimensiones de los buques, también dejan una huella ecológica sustancial. Especialmente, se debería tener en cuenta un plan de infraestructuras que hagan eficiente la gestión de residuos, de energía para mantener las actividades, las afecciones por el ruido o la emisión de gases, entre otras necesidades.
Además, el puerto se localiza frente a la ciudad, muy cerca de la playa de Talamanca. En ella se encuentran las praderas de posidonia, que tienen un alto valor ecológico al constituir el ecosistema marino "más importante, complejo y extendido" del mar Mediterráneo, tal y como la califica la Secretaría de Estado de Medio Ambiente. Desde hace años sufren de una presión insostenible por el tráfico marino y por los residuos generados en Eivissa.