Huelga histórica para el motor de Estados Unidos. Más de 10.000 trabajadores de tres empresas clave para la industria automovilística internacional, General Motors, Ford y Stellantis, se declaran en huelga este viernes contra los grandes fabricantes de automóviles sindicados en EEUU. Se trata del primer movimiento en la historia del país norteamericano en el que los trabajadores de distintas empresas del sector se unen de forma simultánea para luchar contra los grandes protagonistas del motor a nivel internacional.
Los más de 10.000 empleados declarados en huelga pertenecen a las tres plantas de montaje de los gigantes del sector del motor estadounidense, con una fuerte presencia en el resto del mundo. "En huelga los Tres Grandes. Huelga Stand Up", ha publicado el sindicato United Auto Workers (UAW) en su cuenta de X, antes la red social Twitter.
El sindicato explica en su página web que se trata de una huelga tipo Stand Up, es decir, "un nuevo enfoque huelguístico" que consiste en convocar parones locales que irán aumentando paulatinamente con el paso de los días. Una estrategia con la que la fuerza sindical prevé conseguir "máxima influencia y flexibilidad en la lucha” para conseguir un contrato “justo” en cada uno de los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses, General Motors, Ford y Stellantis, con millones de ventas repartidas por el mundo.
Los sindicatos han convocado esta huelga histórica después de que los tres gigantes del sector del motor estadounidense no ofrecieran lo exigido por United Auto Workers (UAW) en las negociaciones mantenidas en los últimos días. UAW ha reclamado repetidamente a las empresas recuperar los beneficios perdidos "hace más de una década, cuando las empresas carecían de liquidez y estaban al borde de la quiebra", según informan los medios locales norteamericanos.
Los trabajadores reclaman a los gigantes del motor "ambiciosas reivindicaciones"
El sindicato habría rechazado aumentos salariales, que considera insuficientes, para llevar a cabo “ambiciosas reivindicaciones” con respecto a los salarios de los más de 10.000 trabajadores que han secundado la huelga, así como sus prestaciones y una protección de empleo para toda la plantilla. Especialmente en un momento en el que el sector del automóvil estadounidense se recupera del fuerte impacto de la pandemia de coronavirus, y las consiguientes restricciones a la movilidad y los problemas de abastecimiento en la cadena de suministros, con altos beneficios para las empresas del motor, según sus últimas presentaciones de resultados.
Por el momento, la huelga en el sector del motor estadounidense ha sido secundada por los empleados de los tres gigantes automovilísticos. Según las cifras de los medios locales, este primer parón ha sido secundado por los empleados de la planta de montaje de General Motors, situada en Wentzville (Misouri), con un total de 3.600 trabajadores; de la planta de camiones de Ford en Warren (Michigan), con 3.300 trabajadores; y la planta de Stellantis situada en Toledo, en el Estado de Ohio, con un total de 5.800 trabajadores declarados en huelga en esta primera jornada de parones.
La primera jornada de la huelga simultánea contra los gigantes del motor estadounidense ha contado con un seguimiento de más de 10.000 trabajadores. No obstante, las previsiones del sindicato convocante pasan por aumentar el número de empleados que secundan los parones en los próximos días.
Ford y sus despidos en Almussafes
Al otro lado del Atlántico, también en España, uno de los gigantes del sector del motor tiene problemas con la viabilidad de su negocio. Se trata de Ford que, en los últimos meses, ha anunciado el despido de 1.100 trabajadores en su planta valenciana de Almussafes tras renunciar a las ayudas públicas del PERTE para el Vehículo Eléctrico en agosto de 2022. El sector de la automoción a nivel mundial, y especialmente europeo, está inmerso en una etapa de cambios para avanzar en transición energética y adaptarse a una nueva realidad en la que los coches eléctricos serán los protagonistas y casi los únicos vehículos de la carretera.
El Parlamento Europeo ha aprobado un proyecto en los últimos meses con el que prohibirá la venta de coches nuevos con motor de gasolina o diésel a partir de 2035. Es decir, en doce años todos los coches que se pongan a la venta tienen que ser eléctricos o de emisión cero. Las grandes multinacionales del sector tienen diferentes planes para alcanzar este objetivo europeo, entre ellas Ford, General Motorts, Stellantis o Volkswagen, protagonista en los últimos días por la polémica tras las palabras de su consejero delegado sobre el futuro de Seat en el Salón del Automóvil de Múnich.