El pasado 14 de febrero Eurostat -oficina estadística europea- salvaba los muebles del la economía de la zona euro y estimaba que, en conjunto, el crecimiento de la economía en el último trimestre de 2022 se había situado en el 0,1%. Sin embargo, la publicación de los datos definitivos ha traído aparejada una revisión a la baja de la evolución del Producto Interior Bruto de la eurozona, situando el valor en el estancamiento (0%). De las grandes economías, principales motores de la zona con divisa común, España fue la que mejores evolución presentó (0,2%), tan solo seguida por Francia (0,1%). En sentido opuesto, Alemania e Italia registraron valores negativos, -0,4% y -0,1%, respectivamente, y ven cerca la posibilidad de recesión técnica -evolución negativa del PIB durante dos trimestres consecutivos-.

Los datos son peores para la Unión Europea (UE), que ya reflejaba una contracción el último trimestre del pasado año. No obstante, tras la revisión de la oficina estadística comunitaria, el dato final de crecimiento de la economía del conjunto de los Veintisiete en el -0,1%. De esta manera, el conjunto de la Unión se asoma también a la recesión técnica que, si bien no es sinónimo de lo que conocemos como una recesión al uso o una crisis económica, si establece una tendencia perjudicial para la inversión y la economía como la que experimentó Estado Unidos al término del segundo trimestre de 2022.

Más allá de las cuatro grandes economías, entre los países de la UE aparecen países con datos mucho mejores.  Las mayores tasas de crecimiento del PIB en el cuarto trimestre de 2022 respecto de los tres meses anteriores se observaron en Grecia (+1,4%), seguida de Malta (+1,2%) y Chipre (+1,1%). En contraposición, los mayores descensos correspondieron a Polonia (-2,4%), Estonia (-1,6 %) y Finlandia (-0,6%), economías castigadas por su gran dependencia de Rusia.

A pesar de lo negativo que desprenden los datos, la comparativa con el mismo periodo del año 2021 muestra que los crecimientos de la zona euro y la UE fueron del 1,8 y 1,7%, respectivamente. También muestra una evolución positiva el cómputo anual, que muestra un aumento del 3,5% tanto del PIB de la eurozona como de los Veintisiete, valor que fue superior en el año 2021. Queda lejos aun así una gran economía mundial como EEUU, que reflejo un crecimiento del 2,1%, después de registrar una expansión del 0,7% en el cuarto trimestre del año pasado. En el otro lado del intervalo aparece España, con un crecimiento del 5,5% de su economía.

Posición de España

El crecimiento de la economía española culminó el último trimestre del año anterior en positivo, alcanzando una subida del 0,2% en comparación con el trimestre anterior y del 2,7% con respecto al mismo periodo de 2021. Con esto, la media del año situaba la evolución del PIB en el 5,5%, a escasas tres décimas de recuperar sus valores prepandemia que podrían obtenerse en la primera parte del curso presente. No corre el riesgo la economía española de entrar en recesión técnica, ni mucho menos, algo que confirmó la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, en una entrevista concedida a Espejo Público.

“No hemos estado en recesión. La perspectiva de 2023 es que podemos volver a la mejora de la economía y estaremos en un lugar más positivo”, adelantaba la mandataria, que aseguraba no ver una recesión en el conjunto de la zona euro en 2023. “Podemos tener una recesión técnica en algunos países, es decir, dos trimestres en negativo, pero en general se proyecta que Europa y España estarán en una situación positiva. No vemos una recesión en el horizonte”, tranquilizaba, haciendo hincapié en que España se encuentra en "mejor situación que otros" en cuanto al crecimiento del PIB.

¿Qué es la recesión técnica?

Atendiendo a parámetros técnicos, la economía de un país entra en recesión técnica cunado se registran contracciones de su Producto Interior Bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos. El término fue acuñado hace casi 100 años, pero no fue hasta 1975 cuando el economista Julius Shiskin definió el espectro temporal de dos meses. Sin embargo, aunque su denominación pueda inducir a confusiones, una recesión técnica no es lo mismo, ni de lejos, que una recesión o crisis económica.

Una recesión o crisis económica es un periodo temporal en el que se produce un decrecimiento significativo de la economía que, acarrea inestabilidad en los merados y una afectación directamente a los principales macroeconómicos. Esto significa que el empleo, el consumo interno, los niveles de producción y la capacidad de pago (ahorro) se desploman. Por el contrario, una recesión técnica no trae aparejada por naturaleza ninguna de estas situaciones.