España bate récord anual en gasto total de pensiones. Este año, nuestro país ha dedicado cerca de 10.0000 millones de euros -a fecha del mes de noviembre- a pagar este tipo de prestaciones contributivas, lo que supone un aumento del 2,26 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. 

La de las pensiones, se trata de la mayor partida dentro de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a la que se suma el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, es decir, ‘la hucha de las pensiones’, que en estos momentos almacena tan sólo 2.150 millones de euros. ¿Por qué? En varias ocasiones el Gobierno a echado mano de esta reserva para hacer frente, por ejemplo, a las pagas extraordinarias de julio y diciembre, entre otras ‘emergencias’. En definitiva, las arcas se están vaciando. 

Los números 

En cifras, las pensiones por jubilación suponen el mayor gasto de la partida de los PGE (7.144,39 millones de euros), seguidas de las de viudedad (1.713,31 millones de euros), incapacidad permanente (932,9 millones de euros), orfandad (138,98 millones de euros) y de favor familiar (25,52 millones de euros), según datos recabados por Europa Press Data. 

Pero ¿cuál es el talón de Aquiles de nuestro sistema de pensiones? La estructura del propio sistema. Desde que naciera el Pacto de Toledo (1.995) los problemas estructurales del sistema de pensiones han sido los mismos: menos financiación, déficit en la seguridad social, envejecimiento de la población y por ende incremento del número de pensionistas, falta de mano de obra, etc. Pero, además a estos problemas de base, se suman otras cuestiones.

Las prejubilaciones, por ejemplo, suponen que un 40 por ciento de los trabajadores salgan prematuramente del mercado laboral. Si tenemos además en cuenta que los datos del mes de noviembre son la secuela de la parálisis que la administración ha experimentado durante el periodo más crudo del confinamiento - con el primer Estado de Alarma quedaron cerradas la mayoría de las oficinas del INSS-  la ralentización en los trámites administrativos relacionados con nuevas altas de pensiones fueron evidentes y ahora, que el sistema parece activarse de nuevo, las nuevas altas de pensionistas engrosan las cifras de los últimos meses del año

De hecho, la sostenibilidad del sistema de pensiones pende de un hilo y es por ello que Bruselas, conocedora de las elevadas tasas de paro y la temporalidad, característica de los empleos, de este lado de la ribera sur de Europa, apremia a España para realizar una reforma estructural. ¿Cómo? Aprovechando la inyección de ayudas europeas. De hecho, Bruselas ‘exige’ al Gobierno de Sánchez que avance en tres áreas determinantes: garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, una ley de unidad de mercado y reducir la tesa de temporalidad laboral. ¿Será eso posible?

Más pensiones que pensionistas 

No se puede obviar que hay un aumento del gasto de las pensiones que se relaciona proporcionalmente con la cuantía media de las mismas, que ha ido creciendo en los últimos años. Por primera vez en la historia, las nuevas altas de jubilación superan los 1.500 euros. Es decir, la pensión media de jubilación ha ascendido un 2,30 por ciento más respecto al pasado año y las nuevas altas ascienden en un 7,28 por ciento de media.

Pero, ¿por qué si desciende el número de pensionistas - la Seguridad Social registra cerca de 30.000 pensionistas menos que a principios de año- el gasto en pensiones sigue creciendo?

Fácil. Una misma persona puede beneficiarse de más de una prestación contributiva. De hecho, a finales del mes de noviembre se abonaron en España 15.116 prestaciones. ¿Puede nuestro sistema soportar esta carga?

No por mucho tiempo. España afronta el reto de pagar las pensiones de la generación del ‘baby boom’, que a su vez es la generación que ha contado con mayor estabilidad laboral y por lo tanto, que ha cotizado durante más tiempo. Es decir, esos ciudadanos tienen derecho a pensiones más altas. Paralelamente el crecimiento económico y la creación de empleo están en declive. 

Según el Barómetro de Opinión realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la inquietud sobre el futuro de las pensiones se sitúa entre los diez problemas que más preocupan a los españoles. Aún así, el Ejecutivo ha presupuestado un gasto de 172.429 millones de euros para el próximo año en materia de pensiones. Es decir, un 4,3 por ciento más que el ejercicio anterior y que obedece a la revalorización de las pensiones contributivas (0,9 por ciento) y las no contributivas (1,8 por ciento), además de la prestación del Ingreso Mínimo Vital.

Brecha salarial, también en las pensiones

Tampoco se puede negar que la brecha salarial de género afecta también al concepto de las pensiones contributivas. De hecho, la pensión media de los hombres en noviembre de 2020, según datos de EP data, es de 1.236,01 euros,  mientras que las mujeres perciben una pensión media 814,82 euros. 

La mujeres tan sólo superan a los hombres en lo que respecta a la pensión de viudedad, donde perciben alrededor de 200 euros más de media que ellos. En el resto de prestaciones, son ellos quienes salen ganando.

Soluciones

De todas las salidas posibles que se plantea el Ejecutivo, quizá la que más apoyo cuenta hasta el momento pasa por impulsar un sistema de pensiones mixto: es decir, dar un empujón al ahorro privado a través de fondos de pensiones. 

Un sistema similar al que otros países como Austria con su famosa ‘mochila austriaca’ o Alemania, ya han puesto en marcha, en el que la pensión pública supone un 56 por ciento del salario de los últimos años cotizados frente al 80 por ciento que es en España. En Alemania, por ejemplo, tras la jubilación, los ciudadanos tienen la opción de continuar trabajando a tiempo parcial para generar más ingresos. Justo o no quizá esta parte sea la que más les cueste asimilar a los españoles que ansían rozar con sus dedos esos ‘años dorados’ de la jubilación.