La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha confirmado que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para el próximo año experimentará, como mínimo, un aumento equivalente al Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 2024. La medida, destinada a proteger el poder adquisitivo de los trabajadores, podría extender su negociación más allá de diciembre, según señaló la ministra tras reunirse con la Comisión de Expertos encargada de analizar el ajuste.

Actualmente, el SMI se sitúa en 1.134 euros distribuidos en catorce pagas, tras un incremento del 5% el año pasado. Este aumento, que se llevó a cabo sin el apoyo de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ni de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), marcó un nuevo capítulo en el diálogo social. En contraste, los salarios pactados en convenio colectivo durante este año han subido un 3,8%, mientras que la inflación media acumulada en los últimos 11 meses alcanza el 2,8%. En este contexto, Díaz subrayó que el próximo ajuste del SMI deberá superar el ritmo inflacionario para garantizar su impacto real.

Un SMI retroactivo y vinculado a estándares europeos

Durante su intervención, Díaz recordó que el nuevo SMI se aplicará con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2025, incluso si las negociaciones no concluyen antes de fin de año. La ministra defendió el papel del salario mínimo como "una herramienta clave" para garantizar su alineación con el 60% del salario medio, tal como lo establece la Carta Social Europea.

Además, indicó que los expertos designados tienen la tarea de analizar fórmulas para automatizar las subidas del SMI, evitando así su dependencia de decisiones gubernamentales puntuales. Según la ministra, esta propuesta también buscaría promover una convergencia más significativa con las medias salariales de la Unión Europea, en un país donde la mediana salarial actual ronda los 22.383 euros anuales. “El salario mínimo no solo es una cifra; es un proyecto de país para construir una sociedad más equitativa y moderna, con salarios dignos”, aseguró Díaz.

“El SMI es una herramienta esencial para combatir la desigualdad y la pobreza laboral”

Díaz destacó que las sucesivas subidas del SMI han beneficiado directamente a los trabajadores que perciben este ingreso, quienes ahora ganan 5.573 euros más al año en comparación con 2017. Este avance ha reducido en un 25% la brecha salarial entre hombres y mujeres, en un contexto económico marcado por la caída del Producto Interior Bruto (PIB) en 11 puntos durante los últimos años.

“Estos son datos que reflejan evidencias científicas: el salario mínimo es una herramienta esencial para combatir la desigualdad y la pobreza laboral, especialmente entre los colectivos más vulnerables, como jóvenes y mujeres”, afirmó la ministra.

Desde 2017, el SMI ha experimentado un incremento acumulado del 54%, lo que, según Díaz, refuerza su capacidad para impulsar un modelo económico más inclusivo.

Desmiente cualquier “hecatombe” por subir el SMI

En esta línea, ha cargado contra las políticas neoliberales que han pronosticado que el SMI destruiría el empleo, empequeñecería a las empresas y que era muy malo para algunos sectores del modelo productivo español. "Nada de eso ha pasado", ha recalcado.

"No hubo ninguna hecatombe ni nada semejante y no les voy a dar datos, pero en todos esos sectores productivos, como saben, los niveles de ocupación hoy son de récord en España. Toda la teoría neoliberal resultó no ser cierta", ha recalcado.

Así, ha recordado que en la actualidad dos de cada tres nuevos empleos en la eurozona los ha creado España y que la economía nacional "crece más" que los países avanzados, con un crecimiento cercano al 3%.

"Detrás del salario mínimo hay números, hay familias, hay rostros y, desde luego, hay infancia y esto es muy importante que lo tengamos claro", ha concluido.

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