Septiembre de 2023, un ruido invade los teléfonos de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid. No era un whatsapp, tampoco un correo, ni ninguna notificación de otra aplicación, sino algo totalmente desconocido hasta el momento. Se trataba de un mensaje del sistema Es-Alert, un servicio de emergencias que los equipos de la región pusieron a funcionar como consecuencia de la DANA que golpeó la capital a finales del verano pasado.
El equipo de Carlos Mazón se acordó de aquello y, según publica este jueves el diario El Mundo, acudió al de Isabel Díaz Ayuso para elaborar los pasos a dar con el objetivo de informar a la población, aunque la petición llegaba demasiado tarde. De hecho, fue el tiempo perdido en la redacción del mensaje lo que provocó que el envío del SMS se demorara.
Fuentes del Consell señalan al medio mencionado que solamente a las 20:00 del 29 de octubre -la peor jornada del temporal que arrasó varias comarcas valencianas- el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, telefoneó a la consellera de Interior, Salomé Pradas -quien se encuentra en la cuerda floja por su gestión- sobre la posibilidad de rotura de la presa de Forata.
Fue en ese instante cuando se planteó el envío del mensaje a todos los móviles de los valencianos con el fin de que pudieran ponerse a salvo. Sin embargo, el aviso alcanzó los teléfonos cuando ya había personas desaparecidas y daños irreparables tanto a nivel personal como material.
El caos en los tiempos fue tal que la consejera Pradas llegó a señalar que no fue hasta la hora señalada que podía ordenar el envío de la alerta, para después desdecirse. Entretanto, Mazón había estado comiendo con la periodista Maribel Vilaplana para ofrecerle la presidencia de À Punt, por lo que se ausentó de la reunión del CECOPI. Esto último lo justificó el president el pasado lunes señalando que su presencia no era obligatoria dado que él no forma parte del órgano. Por su parte, la consellera llegó a decir que ella no sabía que la Comunitat Valenciana contaba con un sistema de avisos para estas situaciones.
Cada detalle que se conoce sobre la evolución de los hechos deja en peor lugar al Ejecutivo de Mazón. Al parecer, a las 18:00 horas -después de varias alertas de la AEMET y mientras el CECOPI seguía reunido sin saber muy bien qué hacer- la directora de comunicación de Emergencias 112 de la región valenciana contactó con uno de sus homólogos de Madrid para solicitarle la textualidad enviada a los ciudadanos ese mes de septiembre. Aquel escenario dejó cinco muertos en poblaciones de Madrid y Castilla-La Mancha y provocó a partes iguales las críticas por la “alarma social” generada sobre la población de la capital, en la que no cayó una sola gota de lluvia.
Con los ojos puestos en la Comunitat, Roca escribió a la persona de Madrid para pedirte la textualidad remitida a los madrileños y él, a título personal, le respondió enviándole un Whatsapp con el mensaje. La comunicación se produce en torno a las 18:10 horas, lo que da buena cuenta del grado de improvisación de las administraciones.
¿Más corto o más largo? ¿En castellano o en valenciano?
Estas fueron las preguntas que sobrevolaron la sala en la que estaba reunido el CECOPI mientras las riadas no hacían sino crecer. En concreto, el encuentro arrancó a las 17:00 horas. Sin embargo, hasta pasadas las 19:00 horas la Cuenca Hidrográfica del Júcar (CHJ) no comunicó verbalmente la situación de la rambla del Poyo, que se comunicaba con el CECOPI por correo electrónico y que recibieron el aviso de que el Magro y el barranco del Poyo se iban a desbordar, pero ya estaba pasando.
Una vez que los participantes son conscientes de la gravedad, la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, la cual recibió varias llamadas del riesgo que se vivía en localidad Catarroja, Benetúser, Alfafar, Sedaví o Picanya, se toma la decisión de mandar el mensaje de advertir con el sistema Es-Alert.
En ese momento comenzó la discusión sobre el contenido del mensaje que se iba a lanzar, debido a que era la primera vez que la Comunitat Valenciana recurría a él. En el debate, fueron varias las personas que defendieron que el texto tenía que ser corto y conciso -de no más de tres líneas-, mientras que otras voces apuntaban a que lo importante es que no resultara “alarmante”.
Otro de los puntos que se discutió sobre el contenido fue si era preferible enviarlo en valenciano o castellano. Finalmente se envió en los dos idiomas. Todo ello provocó que el mensaje se retrasara hasta más tarde de las 20:00 de la tarde.