Los vecinos de Moaña (Pontevedra) han dado esta semana un ejemplo de dignidad por su Sanidad y los servicios públicos. Varias decenas de ciudadanos acudieron en bus el pasado miércoles al Parlamento de Galicia encabezados por integrantes del gobierno local con la alcaldesa, Leticia Santos, para exigir a la Xunta que ponga en marcha las urgencias.

Por el momento, los ciudadanos tienen que acudir a Cangas, un pueblo cercano, para poder recibir este bien que no tienen garantizado. El trayecto en coche -en función de otros factores- puede ser de entre diez y veinte minutos. Todo ello, a la vez que la mujer de Alberto Núñez Feijóo, Eva Cárdenas, disfruta de “playa privada” -así la califican voces detractoras- en O Con.

Quienes se desplazaron hacia la Cámara autonómica lo hicieron con el objetivo de el nuevo centro de salud en construcción en el municipio disponga de un servicio del que llevan cerca de cinco años privados. Sin embargo, salieron con las mismas dudas, o más, de las que entraron, dado que el equipo de Alfonso Rueda no terminó de prometer nada.

De manera más concreta, el Conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, limitó el compromiso de su Ejecutivo a “evaluar las urgencias de Moaña en el momento de puesta en servicio del nuevo centro, teniendo en cuenta la premisa de garantizar la mejor asistencia sanitaria a los vecinos y la opinión de los profesionales”.

La problemática de las urgencias se suma a lo que para muchos en el municipio consideran un privilegio, más allá de que haya personas que el asunto del chalet lo vean secundario en referencia con el sanitario, lo cual es totalmente comprensible. En estos términos se pronunciaba el pasado fin de semana en declaraciones a ElPlural.com. “Hay cosas peores y más ilegales que podrían echar abajo (…) Nos tenemos que ir al pueblo de al lado para las urgencias”, emplazaba.

El chalet de Eva Cárdenas, la otra polémica de la localidad

Sea como fuere, nada escapa a que el chalet del que la también ex directiva de Zara Home es propietaria desde 2019 ha dividido a la población. Desde que este periódico empezara a hacerse eco han sido varias las partes políticas que se han pronunciado, especialmente en contra, desde el punto de vista del discurso, pero también elevando alegaciones para que el inmueble desaparezca en los términos que se conoce ahora.

En este sentido, el PSOE de Galicia (PSdeG), el propio consistorio de Moaña, asociaciones como Ecologistas en Acción u otros como la Plataforma en Defensa del Sector Marítimo y Pesquero de Galicia (Pladesemapesga), han presentado peticiones para que la esposa del líder nacional del PP no disfrute de la concesión del terreno durante 30 años más.

Hay que recordar que Eva Cárdenas pidió esta concesión, a la que no tendría derecho según voces conocedoras de esta materia, después de que el BOE publicara que el Estado había reclamado la recuperación de una zona a todas luces de dominio público marítimo-terrestre. En caso de que se le dé la razón, la asimismo administradora de Niebla Azul dispondría de un enclave privilegiado hasta 2037, ya que se empieza a contar desde el momento en que se aprueba el deslinde (2007).

Todavía hay que esperar para conocer cuál será el futuro del chalet, pero si se atiende a las leyes de Costas, todo apunta a que el muro que separa el interior del mismo del mar debería ser demolido. La parte defensora apela al paso del tiempo, pero aún con estas podría estarse incumpliendo la normativa. Así las cosas, si se mira hacia la ley por la que se rigen actualmente los puertos y costas del Estado, se puede concluir que la situación es irregular, ya que la normativa de 1988 emplaza lo siguiente.

“En la zona de servidumbre de protección estarán prohibidos las edificaciones destinadas a residencia o habitación”. Y apostilla lo siguiente: “Las obras e instalaciones construidas con anterioridad a la entrada en vigor de la presente Ley, sin la autorización o concesión exigible con arreglo a la legislación de costas entonces vigente, serán demolidas cuando no proceda su legalización por razones de interés público”. Sobre esto, puede referirse al texto que se encontraba activo en el momento de construcción de la casa; la ley de Costas (entonces recibía otro nombre) de 1928.

La propia alcaldesa aseguraba que no son conocedores de ninguna licencia en estos términos. “No tenemos constancia de que los anteriores propietarios a Eva Cárdenas obtuviesen licencia para la construcción de ese muro”, dejaba claro Santos en conversación telefónica con este medio.

Versión de Eva Cárdenas

De acuerdo con lo solicitado por el representante legal de Eva Cárdenas, se recoge su versión y se parafrasea lo que piden que se publique como rectificación:

"Que la llamada (por su principal detractor) "mansión ilegal" no ha sido declarada así ni por sentencia judicial firme ni por resolución administrativa, ni  consta incoado ningún procedimiento judicial al respecto; que su construcción es anterior a su adquisición por parte de Dña Eva Cárdenas Botas, cumple con la normativa que le es de aplicación, que el muro no ha sido edificado por Dña Eva Cárdenas, que se ha limitado a la conservación del mismo; que la dificultad del acceso a la playa no le es imputable a Dña Eva Cárdenas, sino a los dos tramos rocosos que hay a su lado y que no es una "playa privada" y que el cartel que prohíbe el paso y las boyas han sido instaladas por Costas por el mal estado del muro".

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