Una de cal y otra de arena. Esto se podría aplicar al Partido Popular de Galicia con respecto al trato que le otorga al idioma gallego.

Por una parte, tal y como han denunciado en repetidas ocasiones los partidos de la oposición, entidades sociales y organismos culturales, desde que Alberto Núñez Feijóo llegó a la presidencia de la Xunta en 2009, el uso del gallego ha ido decayendo por la ausencia de políticas que lo impulsen por “razones ideológicas”, según han criticado los ámbitos citados; estas acción de Gobierno es la que ha seguido también Alfonso Rueda desde que sucedió al de Os Peares en 2022, siendo el ejemplo más claro en este sentido la nueva ley propuesta para los medios públicos.

Sin embargo, por otra parte, hoy ha sorprendido con su decisión en el Parlamento autonómico con su apoyo a una petición que ha potenciado el Partido Socialista.

El mejor resumen lo ha ofrecido en su intervención la diputada del PSdeG, Silvia Longueira. En su intervención aseguró que “queremos poder hablar gallego en Bruselas y Estrasburgo, como se habla irlandés, maltés o finlandés”.

Lo hizo durante su defensa de la proposión no de ley en apoyo del uso de la lengua en el Parlamento Europeo por las “múltiples ventajas” que, a su juicio, tendría esta medida.

A la hora de citar esos aspectos positivos no dudó en destacar que “reforzaría el estatus de nuestro idioma como lengua cooficial en España y en Europa”. Del mismo modo, para Longueira “proyectaría la identidad gallega de cara al exterior fortaleciendo su dimensión cultural internacional”, a la vez que abriría la puesta “a que la Unión Europea financiase programas de promoción, traducción y aprendizaje”.

Que lo hablen los jóvenes

Precisamente, los tres grupos políticos con representación en el Parlamento autonómico (PP, BNG y PSdeG) dieron un apoyo total a la propuesta. Longueira no dudó en valorar el “apoyo unánime a la iniciativa”, porque además de lo anterior, la medida también puede servir para “dar impulso al uso de la lengua entre las nuevas generaciones, que verían que hablar gallego no es un obstáculo, sino una ventaja internacional”.

Cabe recordar que hace unos meses se abrió una gran polémica en Galicia a raíz de los datos hechos públicos por el Instituto Gallego de Estadística que revelaba en uno de sus informes que cada vez menos jóvenes hablan gallego.

Silvia Longueira aseguró que “no aceptamos más esa vieja cantinela de que hay que proteger el gallego en el ámbito familiar, pero dejar el castellano para cosas serias”. La también portavoz de Cultura del PSdeG añadió que “no hay lengua más seria que la que hablamos con nuestra abuela y con nuestra hija”, para ensalzar que “el gallego es tan válido para la poesía de Rosalía como para los tratados europeos, así que hagamos que Europa nos escuche, pero en gallego”.

La parlamentaria autonómica indicó que si la Unión Europea quiere ser “plural, diversa y justa” y representar a todos los pueblos del viejo continente, “entonces tiene que representar al nuestro”. De esta manera, la utilización del gallego en la Eurocámara es una cuestión de dignidad e igualdad, subrayando que “va siendo hora de que la lengua gallega deje de ser invitada de piedra en su propia casa”.

Hay que señalar que el visto bueno en el Parlamento gallego es una declaración de intenciones porque, como explicó la propia diputada socialista, lo vivido este miércoles, además de ser “un paso importante”, la consecución de la oficialidad en el Europarlamento ayudaría a “avanzar de cara al reconocimiento oficial pleno en la Unión Europea, como lengua de trabajo y publicaciones”. Si esto fuera así, se reforzaría “el derecho de los gallegos a vivir plenamente en su lengua, también en Europa”.