Los representantes de ERC continúan, y así lo seguirán haciendo haya o no acuerdo sobre el 6% en catalán de las producciones que impulsen las diferentes plataformas audiovisuales, con la defensa su idioma. Lo hacen porque esa estrategia lleva encima parte de su credibilidad como partido independentista y, además, le sirve como una suerte de demostración de fuerza y, de paso, justificar otras cesiones anteriores.

En Galicia, desde hace tiempo, sin llegar a las exigencias de los republicanos catalanes, sí se dan movimientos que trabajan por hacer más visible el gallego, un idioma que, a tenor de algunos informes y análisis a nivel europeo, desde que gobierno el Partido Popular se ha visto claramente en regresión.

El Bloque Nacionalista Galego ha elevado al Parlamento autonómico una propuesta a la Xunta para que dé los primeros pasos que conduzcan a la preparación de un nuevo decreto para la normalización del gallego en la enseñanza.

Mientras en Cataluña se discute acerca del 25% de castellano en la educación tras sentencia judicial, en Galicia el BNG recuerda que para su solicitud deben seguirse las indicaciones de la Real Academia Galega.

En palabras del portavoz nacionalista en la materia, Manuel Lourenzo, “reivindicamos el consenso lingüístico”, el mismo que reclama “el Consello da Cultura Galega, la Propuesta de Bases para un acuerdo por la Normalización Lingüística en la Enseñanza, la Unesco, la Red Europea para la Igualdad de las Lenguas (ELEN), el Consejo de Europa, la Carta Europea de las Lenguas Minorizadas o la Real Academia Galega (RAG)".

En su intervención en sede parlamentaria, el diputado del BNG advirtió de que los datos sobre lo que denominó “involución de la lingua en el país son muy preocupantes”. En concreto, aseguró que el 24% de los menores de 15 años no saben hablar gallego y “solo el 14% de los niños de hoy tiene como lengua inicial el galego y de ese 14%, el 10,5% lo pierden en el primer contacto con la educación infantil”.

En la actualidad, solo el 1 por ciento de niños habla gallego en Secundaria en ámbitos urbanos, segundo datos de la RAG e o Instituto Galego de Estatística (IGE).

Cabe recordar que hace dos años, un informe del Consejo de Europa ya tiraba de las orejas a la Xunta de Galicia y al Gobierno que preside Alberto Núñez Feijóo por el retroceso que experimenta este idioma. Acusaba el órgano comunitario de que las políticas puestas en marcha por la administración autonómica estaban haciendo mella, sobre todo, en las escuelas. Esta denuncia se apoyaba en datos de la propia oficina estadística de la Comunidad Autónoma, según la cual, en 10 años -de 2008 a 2018- había subido más de un 15% el número de niños que no hablaban gallego.

El primer informe internacional contra las políticas de Feijóo se conoció a finales de 2009, justo unos meses después de acceder a la presidencia de la Xunta. Se da la circunstancia de que desde hace más de una década, en las escuelas e institutos gallegos se debe impartir el mismo número de asignaturas en castellano y gallego. El sistema anterior, puesto en marcha por el bipartito de PSdeG y BNG (2005-2009) daba la opción de dar más clases en gallego. Curiosamente, este plan estaba basado en uno impulsado anteriormente por Manuel Fraga.

Ahora el BNG, sin entrar todavía en estas cuestiones, si apela al “consenso” y pide al PP que se sume y que deje a un lado los “prejuicios”. Lourenzo, ante la negativa de los ‘populare’ de participar, les acusó de negar “los datos objetivos” de la situación real del idioma gallego y “se hacen trampas al solitario para justificar su propio negacionismo".

Precisamente, en el Parlamento, el portavoz de Educación del BNG trajo a colación, una vez, los informes del Consejo de Europa en los que se ponen de manifiestos “sus incumplimientos sistemáticos en materia lingüística”.