Este lunes fue un día importante para el Real Club Celta de Vigo y, además, por lo que verdaderamente ocupa y preocupa a sus aficionados. Ha sido la jornada en la que se ha materializado el regreso de un jugador que salió de su cantera y tras un periplo importante por España y el extranjero, con su presentación como nuevo integrante de la plantilla celtista.

Borja Iglesias, 'el panda', se emocionó ante los medios de comunicación, sobre todo con la presencia de su abuela.

Esta parte deportiva, sin embargo, viene lastrada desde hace tiempo por la institucional, que está marcada por la justicia desde que se iniciaron las obras de la nueva ciudad deportiva Afouteza. Precisamente, la presentación de ayer de Iglesias, probablemente por el punto nostálgico, no tuvo lugar en las nuevas instalaciones ubicadas en el concello de Mos, sino en las antiguas de A Madroa.

Y es que desde hace tiempo Afouteza está en el punto de mira de la justicia, tras las denuncias de la comunidad de montes, colectivos vecinales y organizaciones ecologistas por posibles delitos medioambientales. Los tribunales han fallado ya en este sentido.

Los propietarios del Celta cuentan con el respaldo total de la Xunta de Galicia. El mismo Alberto Núñez Feijóo fue el encargado de inaugurar la ciudad deportiva en noviembre de 2020, como presidente gallego. El actual, Alfonso Rueda, ha ido un paso más allá y, en opinión de los denunciantes, no ha dudado en tratar de proteger las instalaciones mediante su declaración como proyecto de interés autonómico.

A lo anterior, se sumó hace menos de dos meses otra denuncia, esta vez relativa al vertido contaminante que Ecoloxistas en Acción puso, entonces, en conocimiento de la justicia, después de analizar su contenido.

Ahora se acaba de conocer que el juzgado de Instrucción número 2 de Vigo ha decidido abrir diligencias previas para investigarlo, puesto que aprecia posible delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, tal y como ha explicado la entidad naturalista.

Compuestos químicos

El auto judicial es por el vertido contaminante procedente de las instalaciones deportivas del Celta en el municipio de Mos, de las que salen “residuos sobre los manantiales de las traídas vecinales de las parroquias de Tameiga, Petelos y Sanguiñeda”, han informado.

Precisamente, para apoyar la denuncia Ecoloxistas incluyó en el juzgado los resultados de la analítica del vertido. En ella se pone de manifiesto la presencia de una “altísima concentración de fecales y la presencia de varios compuestos químicos asociados a los pesticidas y fertilizantes habitualmente utilizados en el cuidado y mantenimiento de los campos de fútbol”.

Se da la circunstancia de que, al poco de hacer pública esta situación y la correspondiente denuncia, la propia alcaldesa de Mos, la 'popular' Nidia Arévalo, en opinión de la organización ecologista, con sus declaraciones “confirmó la denuncia”. Esto es así porque, según han recordado, el Ayuntamiento de esta localidad “reconoció que la tubería procede de las instalaciones del Celta y que además es un emisario del aliviadero de una cuba de recogida de pluviales y aguas residuales de los riegos”.

Del mismo modo, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil ha ratificado que el vertido en cuestión “carece de autorización”, por lo que ha iniciado “un expediente” para investigarlo, ha aclarado Ecoloxistas.

Su portavoz, Xaquín Pastoriza, ha afirmado que "desde que tuvimos conocimiento de la contaminación pusimos toda la información a disposición del Concello de Mos”. Sin embargo, esta administración “no actuó para atajar este problema sabiendo que ladera abajo del vertido se encuentran varias atopanse captaciones de agua de la que bebe gran parte de los vecinos” de esta localidad.

Por ello, Ecoloxistas en Acción han señalado la existencia de un posible delito de prevaricación “que puede estar cometiendo la alcaldesa de Mos al negarse a clausurar el emisario de los vertidos de Afouteza, a pesar de ser conocedora de su ilegalidad.

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