La Conferencia Episcopal Española y, en particular, el sector más radical de la misma, está poniendo muchas trabas a las investigaciones que tienen que ver con los abusos practicados en la iglesia. Esos impedimentos se refieren, sobre todo, a la falta de transparencia a la hora de ofrecer datos sobre esos episodios.

El silencio es lo que, hasta que las personas que los sufrieron dieron el valiente paso de denunciarlo públicamente, ha apartado a los cargos eclesiástico españoles de tener que dar explicaciones. Por ello, la decisión de un sacerdote de no atender la llamada de la justicia y decidir no presentarse para entrar en prisión, echa por tierra el velo al que recurre en más de una ocasión la confesión católica en su delegación española.

El episodio ha ocurrido en Vigo y lo protagoniza un salesiano al que los tribunales habían condenado a 32 años de cárcel por haber abusado sexualmente de hasta seis menores.

La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha emitido una orden de búsqueda y captura de Segundo C.V. por no ingresar de manera voluntaria en prisión en el plazo que se le había dado.

Este cura, según fuentes judiciales, había presentado "numerosos recursos” que provocaron que “se retrasase el inicio de la ejecución de la sentencia del Tribunal Superior de Xusticia de Galicia", probablemente buscando ese objetivo de demorar la decisión final. Sin embargo, el TSXG ratificó en mayo de 2022 la condena impuesta por el tribunal provincial en octubre del año anterior.

No obstante, esa resolución del alto tribunal gallego no fue firme hasta octubre también del pasado año, pero los recursos por parte del acusado hicieron que la Audiencia Provincial de Pontevedra mantuviese en suspenso la ejecución de la pena hasta noviembre, momento en que se iniciaron los trámites para su cumplimiento.

Como ese último procedimiento también podía ser impugnado, el sacerdote echó mano de esa opción, de forma que finalmente el proceso se prolongó hasta el pasado jueves, día en el que la Audiencia pontevedresa dio al condenado un plazo "inaplazable" de tres días para ingresar en prisión y cumplir la pena impuesta.

Como esto no ha sucedido, la justicia ha emitido la citada orden de búsqueda y captura.

Este caso provocó una gran indignación en la sociedad gallega. Este cura, Segundo C.V., sacerdote y encargado de actividades extraescolares en el colegio de los Salesianos de la ciudad olívica, fue juzgado en julio de 2021 en la Audiencia Provincial de Pontevedra.

Camino de Santiago

La justicia lo condenó entonces a penas que sumaban 32 años y medio de cárcel, y a 36 años de libertad vigilada, por haber abusado sexualmente de seis menores, alumnos de ese colegio religioso. Asimismo, en la resolución, también se le prohibió acercarse y comunicarse con sus víctimas entre 4 y 9 años, y fue inhabilitado durante 31 años para el ejercicio de cargo, profesión u oficio que requiera contacto con menores.

Los hechos por los que fue condenado se refieren a que, durante un campamento en la localidad pontevedresa de Cambados, en una peregrinación a Santiago de Compostela y en la sede de una asociación juvenil vinculada al colegio, el acusado realizó tocamientos en los genitales a varios menores, aprovechando su condición de superioridad, al ser profesor de los jóvenes y monitor en sus actividades extraescolares.

En total, según la sentencia de la Audiencia Provincial, fueron hasta seis los chicos afectados y que sobre ellos Segundo C.V. cometió siete delitos de abusos sexuales, tres de ellos continuados. En todos los casos, ha señalado el tribunal, se dio la circunstancia agravante de abuso de superioridad.

Los magistrados otorgaron credibilidad al testimonio de los menores y rechazaron que hubieran denunciado los hechos guiados por un ánimo espúreo o por interés de perjudicar al encausado. Al contrario, en su resolución recordaron que el acusado "no era solo un profesor, era su amigo, su referente" y los menores no ganaron nada denunciando los hechos, sino que, por contra, "sufrieron las insidias y menosprecios de otros compañeros que los llamaron mentirosos".

Finalmente, en mayo del año pasado, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ratificó esta condena y rechazó el recurso presentado por el condenado. Tras esto se produjo el periplo de recursos e impugnaciones para retrasar el ingreso en prisión, algo que ahora el condenado ha incumplido.