La guerra sigue su escalada. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, va a mantener todos sus compromisos en las próximas semanas, sin tener previsto la cancelación de ninguno de ellos. De hecho, en concordancia con la postura adoptada en su última escaramuza con Pablo Casado, asistirá el próximo viernes a un concierto de Raphael en el WiZink, donde se espera otra sonora ovación como ya ocurriera con El canto del loco.

Tras varias semanas de aparente calma, se ha desatado de nuevo un huracán que nadie esperaba. Las cenas de Navidad han tensado aún más la relación entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. El veto de Génova a la celebración de estas ha enfadado a la presidenta regional, que incluso desafió la directriz de la cúpula de suspenderlas asistiendo a tres de ellas.

Las hostilidades, como viene siendo habitual en esta guerra fratricida por el control del PP de Madrid, han trasladado incluso la esfera de lo privado. La jefa del Ejecutivo regional afeó a la dirección nacional su postura y acusó directamente a Génova de “generar caos” y “contradicciones”. Por su parte, Casado respondió con virulencia, recordando que aún siguen engrosándose los fallecidos por coronavirus en España, aunque Carlos Alsina refutó este mismo dato.

El cruce de declaraciones no ha servido sino para echar más gasolina al fuego. Ayuso, fiel a su estilo y en consonancia con su lema de “Madrid no se cierra”, mantendrá una agenda intensa en las próximas semanas, sin que exista la previsión de cancelar cualquier tipo de acto planificado por la situación sanitaria.

De hecho, Ayuso se ha preparado otro baño de masas en el WiZink Center, como el que protagonizó semanas atrás en el concierto de El Canto del Loco. Esta vez, el artista que recibirá la visita de la presidenta regional será Raphael, que tendrá lugar en el pabellón de la Plaza Felipe II el próximo viernes. Una imagen que dará que hablar, pues se produce en pleno pulso con Génova.