En medio de una de las épocas más convulsas para Radio Televisión Española (RTVE) -tras el cese de su presidenta interina, Elena Sánchez, posterior nombramiento de Concepción Cascajosa así como la destitución del director de Contenidos Generales, José Pablo López-, UGT señalaba "el plan oculto" del Partido Popular (PP) para la Corporación. El sindicato indicaba que "no hay mayor peligro para nuestra radiotelevisión pública que las zarpas del PP" y recordaba el momento en el que Aznar nombraba al diputado Fernando López-Amor y García como director general de RTVE. Y es que, pasado y presente, el PP ha llevado a cabo un control sistemático en las televisiones públicas.

Instrumentalizar RTVE, el fetiche de los populares

Antes de pasar al plano autonómico, procedemos a centrarnos en el ámbito nacional. RTVE ha vivido sus etapas más oscuras cuando los populares llegaban al Gobierno. Aunque se podría hablar largo y tendido de este asunto, el episodio más negro de la actual Corporación se vivió durante el año 2004, coincidiendo con los atentados terroristas del 11-M.

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Las crónicas de la época recogen que "el Gobierno de Aznar" utilizó todos los "medios de comunicación públicos" en los que tenía influencia para trasladar una tesis a la ciudadanía: "atribuir la autoría de ETA" a los terribles sucesos que conmocionaron a todo un país. La maquinaria informativa estaba en marcha y Alfredo Urdaci, director de los Telediarios, fue la imagen de la manipulación.

En ese momento, el periodista capitaneaba las últimas horas, pero la cuestión es que tanto las informaciones como los comentarios contemplaron únicamente la autoría de ETA. Y todo esto ocurría como antesala a la celebración de elecciones generales en España, con una línea informativa que se mantuvo incluso después de que el ministro Ángel Acebes diese cabida a la hipótesis de Al Qaeda.

Y lo más curioso es que los periodos de paz en RTVE son prácticamente oasis en su prolongada línea histórica. Si nos remontamos a las últimas legislaturas con los populares al frente, las acusaciones de "manipulación" afloran por doquier. Centrados en los escándalos de corrupción que afectaron a la formación conservadora, los empleados de la casa alzaron la voz para dar a conocer el "secuestro" que sufría la Corporación.

  • "La información sobre corrupción que afecta al Gobierno se da tarde y en un breve de 20 segundos y lo que afecta a otros partidos políticos se magnifica con directos, piezas y grandes despliegues"
  • En 2011, cuando Mariano Rajoy llegó a la Moncloa, la dirección de Informativos tomó una decisión: "Teníamos que usar el concepto 'préstamo en condiciones ventajosas' en lugar de 'rescate'"
  • El Consejo de Informativos compartió una denuncia: "Estamos viviendo un momento malo en cuanto a manipulación y censura"
  • "Mis jefes en TVE me encargaron que hiciese la pieza sobre los audios del ministro Jorge Fernández Díaz. Les dije que sin audios ni firmaba ni leía y a los 10 minutos me apartaron de hacer la pieza", compartió el periodista Gabriel López

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Incluso se crearon los conocidos como "viernes negros" para seguir denunciando lo que estaba ocurriendo en RTVE. Y atención porque en este caso también se creó una "redacción paralela" en los Informativos de RTVE durante la dirección de José Antonio Álvarez Gundín. Aunque se argumentó que la contratación de once nuevos trabajadores se debía al "ciclo electoral" y la necesidad de refuerzo, la plantilla denunció que esta decisión solo servía para su consolidación.

Pero todavía hay más. Los populares cambiaron la ley para poder elegir sin consenso al presidente de RTVE. El Consejo de Ministros aprobó en abril de 2012 un decreto ley por el cual se modificaba la forma de elección del Consejo de Administración de Corporación. Hasta 2006 se exigía el consenso de dos tercios del Congreso de los Diputados; sin embargo, a partir de entonces, bastaba con la mayoría absoluta con la que contaba el PP en la Cámara Baja.

Telemadrid, de cantera mediática a la más absoluta irrelevancia

El caso de Telemadrid merece un análisis separado del resto por su insólita historia no tan lejana. La cadena pública de la Comunidad de Madrid fue una especie de cantera para formar a profesionales que terminaron triunfando en la televisión a nivel nacional. Es más, sus programas incluso se convirtieron en referencia absoluta para los habitantes de la capital, rivalizando frontalmente en audiencias contra sus competidores… hasta que esa relevancia se convirtió en una herramienta de propaganda.

Fue la llegada de Esperanza Aguirre a la presidencia de la región en el año 2003 lo que se convirtió en el principio del fin de la época dorada de Telemadrid. El juego político llegó a la televisión pública con el nombramiento de Manuel Soriano, el que fuera su propio jefe de prensa, como director general de Radio Televisión Madrid (RTVM). La premisa de partida fue convertir Telemadrid en un canal de referencia a nivel nacional en todo lo relativo a la información.

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Y entonces comenzó la polarización y el sectarismo político con la destitución del jefe de Informativos: Alfonso García Mora salió de la cadena tras años de éxito para ser sustituido por un rostro afín a los populares. En definitiva, la nueva Telemadrid quedó al servicio del PP y los espectadores se dieron cuenta: ya no es que las audiencias cayesen en picado, sino que los ingresos derivados de la comercialización de publicidad se desplomaron un 70%.

Telemadrid se sumía en la irrelevancia más absoluta con el paso de los años y la crisis económica puso de manifiesto que la situación era insostenible. La producción propia brilló por su ausencia mientras que el ente público acumulaba una deuda de 260 millones de euros; una gestión que terminó por la puesta en marcha de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en 2008: el resultado, se despidió a 861 trabajadores mientras.

En ese momento, los hombres fuertes de RTVE eran Ángel Martín Vizcaíno, subdirector y hombre de confianza de Ignacio González; José Antonio Sánchez, director de Telemadrid y profesional cercano a Urdaci en su época durante RTVE; Tomás Morales, director económico y financiero del ente; y Agustín de Grado, director de informativos. Pero la cuestión es que este ERE fue declarado "ilegal" años después y ninguno de ellos se planteó, no solo pedir disculpas, sino dimitir.

Lo peor de todo esta convulsa historia se aderezó con la creación de una "redacción paralela" denunciada por los sindicatos, germen de la creación de la plataforma 'Salvemos Telemadrid' para intentar que el sesgo político saliese de una televisión pública. Hubo un periodo temporal en el que la plantilla estuvo compuesta por más de 1.100 trabajadores; cifras a años luz de las privadas. 

Eso sí, hubo un periodo en el que Telemadrid intentó recuperar su vocación de servicio público con una renovación completa. Lo que se convirtió en una realidad con la llegada de nuevos profesionales se convirtió en un espejismo gracias a Isabel Díaz Ayuso: un adelanto electoral le permitió retomar el control de una cadena que no le rendía pleitesía. Y lo mejor de todo es que su medida estrella fue recuperar a José Antonio Sánchez como director; sí, ese hombre que impulsó un ERE que terminó siendo ilegal.

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Ahora, Telemadrid ha vuelto a las andadas con elevadas dosis de sesgo y manipulación incluso en sus informativos. Los hechos más recientes se encontraron en las emisiones de 'Telenoticias' durante las marchas por la sanidad, mentiras sobre Mónica García, las manifestaciones en Barcelona y hasta guardar silencio respecto a las supuestas compras de votos del PP.

La quiebra de Canal 9 

En terreno autonómico, encontramos los casos del desaparecido Canal 9 en la Comunidad Valenciana, de Canal Sur en Andalucía o de la Televisión de Galicia (TVG) en su ámbito de emisión. En el caso de la televisión valenciana, la primera emisión se produjo el 9 de octubre de 1989, bajo el mandato socialista de Joan Lerma en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, el PP tomaba el relevo en 1995 con Eduardo Zaplana al frente. En esta etapa se intentó privatizar el ente, aunque nunca llegó a lograrse. Sí que se creó una red de colocación que provocó la deformación de la empresa. 

Al frente del canal se colocó a los jefes de prensa de la agrupación política, Vicente Sanz, ex presidente provincial del PP en Valencia pasó a ser uno de los directivos de la Rádio Televisió Valenciana (RTVV) y José Vicente Villaescusa, exdiputado autonómico, se convirtió en el jefe de Informativos. Además, comenzó a planear la sombra del veto a periodistas no afines y el encargo de proyectos a productoras de amigos. 

Con la llegada de Francisco Camps en 2003 no se detuvieron las asignaciones a dedo. El presidente colocó al frente de la dirección general de RTVV a su antiguo jefe de prensa, Pedro García, imputado posteriormente por los contratos de la empresa con la trama Gürtel para la cobertura de la visita del Papa a Valencia en 2006. El presupuesto se disparó hasta llegar a 268 millones de euros en 2008, lo que facilitó el llamamiento a tertulianos agradecidos a golpe de talonario. La radiotelevisión valenciana se puso al servicio de la política de grandes eventos, por lo que nada malo relacionado con la gestión del gobierno popular podía salir a la luz. 

De esta manera, la Gürtel arrasaba la Generalitat, pero Canal 9 no daba voz al asunto. En 2020, el exdirector de RTVV, Pedro García Gimeno, reconocía en el juicio que adjudicó a Gürtel, la trama de corrupción relacionada con el PP, un contrato de más de siete millones de euros con motivo de la visita del papa a Valencia en 2006 tras recibir “instrucciones políticas”. Sin embargo, el canal había desaparecido nueve años antes, en 2011, cuando el Gobierno valenciano -con el popular Alberto Fabra como presidente- decretara su cierre después de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) que declarara nulo el ERE en RTVV. 

El descrédito de Canal Sur

En cuanto a Canal Sur, en su etapa más reciente, la "manipulación informativa" bajo el mandato de Moreno Bonilla ha sobrevolado los Informativos. De hecho, este mes de marzo, la plantilla de Málaga emitía un duro comunicado en el que mostraban su "preocupación" por la "deriva" y las "malas prácticas" de los Servicios Informativos.  En dicho comunicado, el Consejo Profesional Canal Sur Radio y Televisión "constata" la "preocupación" de la plantilla "por la creciente instrumentalización política de los informativos". De hecho, se exponían algunos de los ejemplos aportados, como el "veto expreso a cualquier noticia relacionadas con la alcaldesa de Marbella y las acusaciones de tráfico de drogas a su marido –ya fallecido- y a su hijastro". 

"Preocupa la sobrerrepresentación de la Junta de Andalucía. Un ejemplo más de politización sería el ya referido de movilizar equipos para una manifestación inexistente de agricultores contra el gobierno", añade el órgano. Los profesionales malagueños indicaron otros problemas que "no son nuevos", como un retroceso en el "relato informativo" de Canal Sur en torno a temas "como la igualdad, los derechos sociales, los problemas de la infancia o de la juventud". Por último, también se abordaron asuntos como las "preguntas rogadas o la imposibilidad de hacer programas de radio en exteriores si no están patrocinados". 

Los trabajadores aseguraron que no se sienten "respetados" por la Dirección, "que apenas tiene en cuenta sus criterios o que prefiere, en muchas ocasiones, casi siempre en temas políticos, que se envíen los brutos a Sevilla para ser elaborados por la redacción". En el comunicado se reflejan algunos ejemplos aportados por los trabajadores, que acusan una "sensación de falta de confianza". "Habitualmente, los editores imponen los criterios de la Dirección de Informativos, desoyendo los puntos de vista de los profesionales que están sobre la noticia. Criterios muchas veces alejados de la realidad de un medio audiovisual", se leía.

'TeleFeijóo' en Galicia

En el caso de la TVG, hace años que los propios trabajadores protestan en público contra la manipulación a favor del Partido Popular. El gran señalado siempre ha sido Alberto Núñez-Feijóo y es que durante sus mandatos la CRTVG ha acumulado centenares de sentencias en contra por manipulación, acoso a periodistas, vulneración de derechos fundamentales, intentos de reventar huelgas legítimas y legales, etc. Además, en estos años también se han denunciado abusos laborales como traslados forzosos, a modo de castigo por reclamar el pluralismo para participar en las reivindicaciones.

Especialmente sonada ha sido la actuación de la TVG durante la campaña electoral celebrada de cara a las elecciones del 18 de febrero. La Corporación pública allanaba el terreno a Alfonso Rueda, candidato del Partido Popular de Galicia (PPdeG), ya que no hubo más representantes de la derecha en el debate celebrado en la cadena. Tal y como informaban, la elección se tomó en base al siguiente criterio: "Los tres primeros como fuerzas políticas representativas y los dos últimos cómo grupos políticos significativos siguiendo el criterio de la Xunta Electoral". Por ello, Vox quedaba fuera de la cita.

Conclusión: todo por el pueblo, pero sin el pueblo

Como se ha descrito, en la serie histórica hay un sinfín de ejemplos en los que el PP no solo lo ha intentado, sino que ha instrumentalizado las televisiones públicas en beneficio propio. En definitiva, medios de comunicación que son de los ciudadanos y que, dada su financiación pública, deberían estar al servicio de todos y no ser la vía fetiche para manipular.

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