Tras meses alejada de la pequeña pantalla, Rocío Carrasco volvía a ponerse ante los focos este 2024 gracias a su participación en Bake Off, el talent culinario de La 1. La hija de Rocío Jurado se ha convertido en una de las finalistas junto a Alba Carrillo, Ana Boyer y Blas Cantó, pero antes de conocer si se llevará el trofeo a casa ha revelado una la importante decisión que ha tomado con respecto a su matrimonio con Fidel Albiac.

Rocío Carrasco llevaba ocho años sin aparecer en la portada de una revista por voluntad propia. Este miércoles, la madrileña es protagonista de un reportaje en la revista Lecturas, donde ha comunicado la gran noticia sobre su matrimonio. Tras "25 años maravillosos" de relación, se casará por la Iglesia con su pareja Fidel Albiac: "Nos haría mucha ilusión celebrar las bodas de plata casándonos por la Iglesia, igual que en su día nos casamos por lo civil en una celebración de gratitud para todos los que habían estado con nosotros todo el tiempo", confiesa. Además, Carrasco ha reconocido que el deseo de casarse por la Iglesia a los 25 años de relación no es algo nuevo, sino algo que "siempre" habían hablado.

Cómo será el enlace aún no está claro, aunque admite que "podría ser en la línea de nuestra primera boda" y que el objetivo es "compartir con nuestra gente todos estos años que llevamos juntos con una gran fiesta". "Pueden decir que no llevamos 25 años casados... Llevo 25 años, 365 días al año, todas las horas y todos los días de la semana, ¡que es más que muchos matrimonios!". Y es que, pese a llevar un cuarto de siglo junto, la pareja no se casó por lo civil hasta 2016.

Carrasco ha confesado cuál fue su primer pensamiento cuando vio a Albiac por primera vez: “No sé cómo ni cuándo, pero es mío”. También ha reconocido que fue "amor a primera vista": "Sentí que había algo, una conexión que se va fortaleciendo según vas conociendo a la persona. Es muy importante ese pellizco. El corazón me dio un vuelco literal. Pasa muy pocas veces en la vida, a mí solo una vez", dice.

Rocío Carrasco, feliz en Bake Off y alejada de Mediaset

Con la renovación del Código Ético de Mediaset, Rocío Carrasco volvía a apartarse de los focos. Sin embargo, la hija de Rocío Jurado volvía a la televisión con más ganas que nunca gracias a su participación en Bake Off, el talent culinario de La 1. Desde su estreno en enero de 2024, la concursante ha ido sorprendiendo con su destreza entre los hornos, hasta convertirse en finalista del concurso. Este miércoles 3 de abril, tras un nuevo episodio de 4 Estrellas, los espectadores descubrirán quién es el ganador: ¿Rocío Carrasco,  Alba Carrillo, Ana Boyer o Blas Cantó?

Antes del estreno del concurso, ElPlural.com tuvo la oportunidad de hablar con la concursante, quien nos confesaba cómo afrontaba esta nueva etapa en su vida. "Aquello fue el camino hacia la sanación y hoy en día se puede decir, no del todo porque hay cosas que no sanarán nunca, pero ese camino ha florecido. Ha dado su fruto y por ese camino estoy aquí", reconocía, refiriéndose a su paso por Mediaset España con las docuseries Rocío, contar la verdad para seguir viva y En el nombre de Rocío.

"A mí siempre me ha gustado trabajar en la tele y siempre me ha gustado el entretenimiento puro y duro que es lo que entiendo que es Bake Off, y por eso estoy aquí", destacaba ante su aterrizaje en la televisión pública. La concursante valoraba su experiencia durante las primeras semanas de grabaciones y reconocía que se lo estaba "pasando teta" en un formato que se estaba tomando "como un regalo". Además, Carrasco ha coincidido en la edición con muchas personas a las que considera su "gente": Alba Carrillo, Terelu Campos, Yolanda Ramos y la presentadora Paula Vázquez.

Aunque algunos de sus compañeros han destacado la "presión" a la que están sometidos; Carrasco aseguraba que, "pese a ser un programa que es duro", ha estado "acostumbrada" a ella a lo largo de su vida: "La presión ha sido compañera mía durante mucho tiempo. Esto para mí es duro, pero al final, en el sentido en el que ellos lo están diciendo, para mí es un juego de niños". Eso sí, reconocía la complejidad y el "estrés" que suponen el "tener que hacer una determinada cosa en una hora y cuarto o una hora y media" y la competencia con el resto de concursantes. 

 

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