Pablo Motos ha dado una vez más rienda suelta a su crítica contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con un tema que lleva semanas oyéndose en la tertulia del programa de Trancas y Barrancas, de la que también forman partes otros rostros conocidos como Juan del Val o Miguel Lago

No fue el primero de la mesa en pronunciarse, pero sí uno de los más contundentes desde su posición de máximo responsable del programa. Así, el conductor del espacio de Antena 3 ya el pasado miércoles se "reveló absolutamente ante esta mierda" de "no poder tener libertad de expresión, a cambio de que no te digan una palabra". Todo esto, siempre en palabras de Motos. 

"Nunca había sentido vergüenza de ser español"

Pero no se quedó ahí, y es que si se analiza la opinión al completo del presentador añadiéndola a la de la pasada noche, Motos se pronunció de una manera más dura de lo habitual hasta el punto de llegar a sostener que "nunca había sentido vergüenza de ser español". "Llevo toda mi vida en los medios de comunicación, que ya son unos años, y nunca había sentido vergüenza de ser español, jamás me había pasado", era la frase que empleó concretamente. 

Y añadió: "Si viajo fuera y me preguntan de dónde soy, probablemente diré que soy europeo porque no quiero decir que soy español, de un país donde parece ser que hay presos políticos y, por lo tanto, este no es un sitio libre".

Juan del Val o Tamara Falcó 

Tampoco es que el resto de la mesa se haya quedado atrás a lo largo de la semana a la hora de pronunciarse en términos contundentes contra el acuerdo entre PSOE y ERC (con Junts aún está por cerrar, aunque las partes son optimistas).

De esta manera, la periodista Cristina Pardo asumió como "poco igualitario" la firma entre la formación de Oriol Junqueras y los socialistas. La informadora destacó que, a su juicio, "no somos iguales en derechos ni deberes sin enfrentar las deudas" y se reconoció "sorprendida" de que el PSOE "vaya en contra de la igualdad", siendo éste "uno de sus principios fundamentales". 

No fue la más dura. De hecho, en un tono mucho más opinativo hablaron otros miembros de las tertulias, como Tamara Falcó, quien asumió como "indignante" las negociaciones y se preguntó "cuál es la forma de frenar todo esto"; o Nuria Roca, que habló directamente de "chantaje". 

Por su parte, Juan del Val respondió que la manera de solucionarlo es "el cumplimiento de las leyes", de forma que "quien cometa un delito lo tenga que pagar". Asimismo, el tertuliano tachó también de "mentira" el relato catalán respecto de los presos políticos. "Nunca ha habido", mantuvo.

Miguel Lago, en su línea

El humorista Miguel Lago es otra de las personas que participan del programa y que históricamente se mojan sobre los temas de actualidad, habitualmente en contra del gobierno de Pedro Sánchez. Y esta vez no iba a ser la excepción.

Así, tras reconocer que él no votó al presidente del Gobierno en funciones pero evidenciar que "va a ser su presidente cuatro años más" y subrayar que le gustaría que "gobernara también" para él, emplazaba al secretario general de los socialistas a "preguntar a todos los españoles si estamos a favor de la amnistía".

Con todo, si hubo alguien que ha cogido la delantera en las tertulia, ese ha sido Rubén Amón: "Luego dirán en redes sociales que esta tertulia es el reflejo de un grupo de fachas, que se rebela contra un gobierno progresista. Pero es que el escándalo es unánime, también para los propios socialistas". 

Y ya nadie soltó el relato. Así, primero fue nuevamente Juan del Val quien opinó que "el cuestionamiento de Sánchez y de todas sus medidas te convierte de inmediato en un facha". "Fenomental, pero la simplificación es un insulto a la inteligencia. Y este gobierno no es progresista, por mucho que lo digan una y otra vez", apostillaba defendiendo las declaraciones con que EH Bildu y Junts eran parte de los socios. 

La única que mantuvo un tono moderado del debate, el silencio de hecho, fue Maria Dabán, a quien Motos culpó de "estar callada para salvarse". Ella se defendió diciendo que no había podido opinar, y ahí entro nuevamente en escena el humorista diciéndole que tenía "dos minutos para igualarnos en facha". Pero la periodista optó por no decir nada y siguieron con el siguiente tema de la mesa.