La ley de amnistía todavía se encuentra "ultimándose" y "queda pendiente de acuerdos con ciertas formaciones políticas", de acuerdo con el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Así lo ha expresado en una intervención a los medios de comunicación en la que ha anunciado y explicado los acuerdos a los que el PSOE ha llegado con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), entre los que la aprobación de la ley de amnistía es uno de los más destacados. El titular de Presidencia ha intervenido junto al secretario general del PSC, Salvador Illa, quien ha expuesto que los acuerdos alcanzados son "una oportunidad para continuar avanzando en el camino de la convivencia".

"Hoy, la inmensa mayoría de catalanes apuesta por el camino del diálogo, de la reconstrucción. Los catalanes, igual que el resto de los españoles, son gente de concordia, de diálogo y de afecto. Como primer secretario del PSC y como catalán, estamos presenciando una nueva etapa que va a servir para pasar página y evitar una situación de ruptura social y política muy dolorosa, así como para evitar más años de resentimiento, de ausencia de diálogo, enfrentamiento y de conflicto. No será fácil, pero estoy convencido de que valdrá la pena", ha expuesto el ex ministro de Sanidad.

En la misma línea, Bolaños ha explicado los acuerdos alcanzados con la formación independentista catalana. Sin embargo, ha evitado pronunciarse sobre la ley de amnistía, debido a que "se encuentra todavía en proceso de negociación con otras formaciones", en referencia a Junts, que ha pospuesto la intervención de Carles Puigdemont precisamente a este respecto, al no haber alcanzado hoy ningún acuerdo.

"Comparecemos para informarles de que acabamos de suscribir un acuerdo con Esquerra Republicana para la investidura de Pedro Sánchez. Seguimos avanzando hacia la investidura y hacia un nuevo gobierno progresista. Tenemos bien claro lo que la ciudadanía votó el 23 de julio: acuerdos entre diferentes, diálogo, y avanzar", ha arrancado Bolaños.

"Es lo que desde el PSOE estamos tratando de conseguir, un gobierno progresista que haga avanzar a nuestro país. Quiero agradecer a ERC su compromiso con el diálogo y con el bien de nuestro país. Lo que hemos pactado con ERC tienen una característica común, y es que son mejoras, en la convivencia de la sociedad catalana y del conjunto de la sociedad española", ha expuesto. 

"Ratifican la apuesta por el diálogo como la única respuesta, y mejoran los servicios públicos. El acuerdo incluye la aprobación de una ley de amnistía, que devolverá a la política lo que nunca debió salir de ella: el diálogo. Es una ley que todavía se está ultimando con otras fuerzas políticas y que como todavía no hay acuerdo para su tramitación, permítanme que no me pronuncie sobre ella", ha señalado.

El tiempo se acaba

El límite para presentar la proposición de ley, dado los plazos que maneja la investidura de Sánchez y las condiciones que se han impuesto desde Junts para votar a favor a la misma, es este jueves a las 23:00 horas. ¿El motivo? Si la proposición de ley no es presentada antes de dicho momento, tendría que hacerse el viernes, por lo que su publicación por parte de la Mesa del Congreso tendría que esperar al lunes que viene. El problema en estos plazos se da en que la semana del 6 de noviembre estaba prevista para ser la de la investidura, por lo que al no estar la proposición de ley tramitada, los votos de Junts en la investidura estarían en el aire.

De terminar haciéndose, la iniciativa debe registrarse como proposición de ley porque un Gobierno en funciones no puede presentar un proyecto de ley propiamente dicho. A su vez, tramitar la medida mediante este formato es favorable para acortar los plazos de aprobación, ya que evita la elaboración de informes de órganos como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o del Consejo de Estado. 

A continuación, será clave la primera semana de diciembre. Si pasan treinta días y el Gobierno no niega expresamente su conformidad a la tramitación, queda en condiciones de incluirse en el orden del día del Pleno para ser debatida. En otras palabras, si pasa un mes desde que la iniciativa se registre y publique y el Gobierno no se pronuncia contra dicha medida (lo que evidentemente no va a ocurrir, porque la proposición sale de su propio seno), la proposición de ley pasará a tenerse a bien en el Pleno.

Las trabas del Senado

Si la proposición de ley se aprueba en el Pleno, dará el salto al Senado, ya como proyecto de ley. Es ahí donde encontrará su primer obstáculo, ya que el PP tiene mayoría, y puede posponer hasta un máximo de dos meses su tramitación, evitando así su carácter de urgencia. En la práctica, lo que provocaría esta decisión es que la ley se pasaría dos meses en la nevera, en lugar de los veinte días como máximo que la ley contempla para las medidas que han de aprobarse con carácter de urgencia. 

Transcurridos los dos meses de espera, el texto volverá al Congreso de los Diputados, sin ninguna modificación, y salvo imprevistos, saldrá adelante con los mismos votos que sirvieron para hacer presidenta de la Cámara Baja a Francina Armengol.

Aspectos formales de la ley de amnistía

Ya que Bolaños ha decidido no pronunciarse sobre la ley de amnistía porque todavía se encuentra en proceso de negociación, lo único que se conoce sobre ella son rumores y mensajes en clave interna que poca luz arrojan sobre lo que realmente será el texto legal.

En este sentido, cabe recordar cuáles fueron los imperativos que planteó Carles Puigdemont el pasado 5 de septiembre, cuando el expresident compareció en rueda de prensa desde el exilio para invertir su papel de juzgado a árbitro de la gobernabilidad de España. En primer lugar, el exiliado abogó por el reconocimiento y respeto a la legitimidad democrática del independentismo, seguido del abandono completo y efectivo de la vía judicial. En tercer lugar, pidió la creación de un mecanismo de intermediación con un verificador externo que fiscalizase el cumplimiento de los acuerdos, y, por último, estableció el respeto de las libertades individuales y los derechos humanos como único límite de la lucha independentista.

Así, la ley, de pasar por todas las puertas legales que tiene por delante y entrar en vigor, recibiría el nombre de Ley orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña. Puigdemont y el resto de dirigentes independentistas condenados por el 1 de octubre de 2017 serán exculpados de sus delitos a cambio de los votos que apoyarán la nueva investidura de Pedro Sánchez.

Por otra parte, en clave interna del Partido Socialista, este fin de semana serán las bases del partido las que deberán dar luz verde a un texto que el propio presidente del Gobierno lleva una semana defendiendo como "la única y legítima solución para el reencuentro total con Cataluña". Una propuesta que ha adquirido urgencia a la vista de los números electorales: nadie en las filas socialistas esconde que la elaboración de esta medida no era la primera idea que se tuvo antes del 23 de julio. Pero la urgencia y la necesidad han llamado a la puerta.