El conocido rapero Arkano ha hablado este viernes sobre su paso por Supervivientes’, y no para decir cosas buenas. El artista, que participó en la penúltima edición del formato de Telecinco, y que finalmente se hizo con el cuarto puesto, ha explicado sin tapujos lo que supuso para él concursar en el reality show durante una entrevista en el podcast ‘El sentido de la birra’, por el que han pasado rostros muy conocidos del panorama televisivo actual.

El rapero, que en anteriores ocasiones había confesado que se aferraba a la idea de poder pasar el concurso sin demasiados esfuerzos, ahora ha desvelado que el hambre y el aislamiento, además del trato extremo que según él reciben los concursantes en ocasiones, provocaron que sus peores recuerdos volvieran a florecer.

“Nos trataban muy mal”

El artista alicantino ha desentrañado en el podcast de Ricardo Moya cuál era la realidad del concurso para los participantes. “Nos trataban muy mal, y así consiguen ese punto de desesperación tan real”, ha explicado sin pelos en la lengua. Además, el artista ha contado algunos de los entresijos que ocurren dentro desde la administración del programa para que los espectadores pudieran dimensionar la gravedad del asunto y cómo intentan minar la moral de los participantes. 

“Para que te hagas una idea, en las nominaciones te tiran pintura a la que le han metido mierda para que huela peor. Es algo que no se ve en la tele y lo hacen para que tu yo interno piense que eres una mierda y estás fatal”, ha narrado en el podcast, para rematar que todo el programa “es muy real, es tal y como se ve”.

Arkano habla de sus compañeros de edición

Además de ello, el artista también ha tratado la temática del aislamiento, algo que, durante 103 días que aguantó en la isla, fue una situación muy recurrente para él, ya que no consiguió entablar ningún vínculo con el resto de sus compañeros. “Lo he pasado muy mal con gente que, en la mayoría de los casos, no te cae muy bien”, ha zanjado.

Entre las muchas confesiones de Arkano, también ha querido compartir que, ya durante la recta final de su concurso, llegó a sentirse muy superado por la situación, considerando la posibilidad de renunciar.  “Hubo un momento en el que me quise ir. Lo digo de verdad: ir a Supervivientes es vivir un infierno diario desde que te despiertas. No tienes nada para huir o despejarte. No puedes coger el móvil, no te puedes tomar una cerveza, no puedes hablar con tu gente... es un espacio muy limitado”, ha concluido sobre ello.

Necesitó la terapia del programa

Después de aclarar los sentimientos que experimentó en la isla, el rapero de free style también ha contado que durante su experiencia necesitó tratamiento y ayuda psicológica, algo que desde el programa se les ofrecía semanalmente. “Hay una psicóloga con la que hablas cada semana. Yo en los primeros días decidí no ir porque había estado toda mi vida en terapia y no veía que me fuera a ayudar”, ha confesado el alicantino.

Sin embargo, conforme el reality avanzaba, sí sintió la necesidad de poder acudir a las sesiones con la psicóloga del concurso. Un motivo de peso para ello era su idea de beber alcohol, algo con lo que ha lidiado durante años. “Fíjate cómo estaba mi cabeza que yo lo único que pensaba era que cuando saliera de allí, me tomaría una cerveza, a pesar de que es algo que llevo trabajando años”, ha explicado.

"Una bendición" en otros aspectos

Debido a ello, el artista narra que profundizó en su relación con la bebida. “Salía de las sesiones con ella convencido a nivel racional de que no quiero beber, al menos en esta etapa de mi vida, porque no me viene bien. Y conforme pasaban los días se me desdibujaba”, ha confesado.

De esta manera, finalmente y a pesar de “el infierno”, el rapero también describe como “una bendición” algunas de las experiencias vividas dentro del concurso. “Me han obligado a la fuerza a estar cuatro meses solo en un sitio conviviendo con gente con ayuda psicológica tratando un tema muy importante para mí y labrándome un camino sobre el que he salido muy reforzado”, ha contado.

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