El ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, ha lanzado una advertencia directa sobre el testimonio ofrecido por Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, ante el Tribunal Supremo. A través de sus redes sociales, el ministro socialista ha señalado que, de confirmarse que el empresario mintió en su declaración como testigo, estaríamos ante un “delito”.
“Si la pareja de Ayuso ha mentido en sede judicial en calidad de testigo, ha cometido un delito. Y si ordenó a su abogado a llegar a un acuerdo, es porque admitió el fraude”, ha afirmado López, elevando así el tono político en un asunto que amenaza con salpicar a la presidenta madrileña.
Las declaraciones del ministro llegan después de que el abogado de González Amador, Carlos Neira, prestara declaración como testigo este martes ante el Tribunal Supremo. Neira ha asegurado ante el juez que su cliente le dio instrucciones, ya el 30 de enero, para alcanzar un acuerdo con la Fiscalía que evitara un escándalo público. Según el letrado, González Amador quería zanjar cuanto antes la investigación por sus presuntos delitos fiscales y así evitar que la polémica afectara a la imagen de Ayuso.
Si la pareja de Ayuso ha mentido en sede judicial en calidad de testigo, ha cometido un delito.
— Oscar López Agueda (@oscarlopeztwit) May 27, 2025
Y si ordenó a su abogado llegar a un acuerdo, es porque admitió el fraude. pic.twitter.com/A5ZevaSLac
Este testimonio contradice de forma frontal lo dicho por el propio González Amador el pasado viernes ante el alto tribunal, cuando aseguró que desconocía la existencia del correo electrónico que su abogado envió a la Fiscalía el 2 de febrero y en el que ofrecía reconocer los delitos fiscales a cambio de pactar una salida negociada.
El empresario, que compareció también como testigo, afirmó que no tuvo conocimiento del citado correo hasta más de un mes después, concretamente el 14 de marzo, tras la publicación de una información de la Cadena SER. Pese a esa supuesta ignorancia, González Amador declaró que, una vez fue informado por Neira, respaldó la decisión de su abogado, en quien, dijo, mantiene su confianza.
Una versión que ahora tambalea, especialmente a la luz de las palabras de Neira ante el juez. El abogado ha asegurado que sí contó con la aprobación expresa de su cliente para buscar un pacto con el Ministerio Público. De hecho, ha detallado que en esa reunión del 30 de enero le expuso las dos opciones disponibles: batallar judicialmente o reconocer los hechos, pagar una multa y cerrar el caso con el menor “ruido” posible.
El email en cuestión, enviado el 2 de febrero, fue remitido por Neira a una dirección genérica de la sección de delitos fiscales de la Fiscalía de Madrid, a su jefa, Virna Alonso, y también a un abogado del Estado. Apenas diez días después, el 12 de febrero, el fiscal asignado al caso, Julián Salto, respondió directamente. Ambos, abogado y fiscal, se encontraron de forma casual tres días después en los juzgados por otro asunto y aprovecharon para hablar del caso de González Amador.
Esta polémica declaración supone un revés en la causa que el magistrado Ángel Hurtado instruye en el Supremo contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y la jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid, Pilar Rodríguez. Ambos están siendo investigados por una supuesta revelación de secretos, precisamente a raíz de la filtración de este correo electrónico.
La versión de Neira ha sido clave en esta instrucción y plantea una paradoja jurídica y política de gran calado: si el abogado actuó por cuenta de su cliente, como asegura, la filtración del correo pondría en entredicho la confidencialidad de las comunicaciones abogado-cliente. Pero si, como sostiene González Amador, actuó por su cuenta, entonces el testimonio del letrado quedaría desautorizado. En cualquier caso, una de las dos versiones no es cierta.
Ahí es donde entra la advertencia de Óscar López. El ministro no ha dudado en poner el foco en la gravedad de que un testigo falte a la verdad ante el Tribunal Supremo, especialmente si se trata de una persona del entorno directo de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Su intervención supone, además, un claro movimiento político para presionar a Ayuso, que hasta ahora ha mantenido un firme respaldo público a su pareja, en medio del vendaval judicial.
A la espera de que la instrucción avance, lo cierto es que el testimonio de Neira no solo complica la situación procesal de González Amador, sino que reaviva la tormenta política en torno a Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña, que ha intentado desligar su figura de los problemas judiciales de su pareja, se enfrenta ahora a nuevas incógnitas que podrían dañar su imagen y credibilidad.