Este viernes se sentará ante el Tribunal Supremo (TS) Alberto González Amador, el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por la querella que presentó contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por las presuntas filtraciones en su contra, en la que se espera que sea una de las últimas diligencias de esta causa.

La Abogacía del Estado, que defiende tanto a García Ortiz como a la otra imputada, Pilar Rodríguez, la jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid, reclamó desde un principio que González Amador acudiera al Supremo para ratificar su querella, pero el instructor, el magistrado Ángel Hurtado, lo denegó.

Para ello, alegó dos razones: “Por no ser habitual”, ya que el testimonio del querellante "viene a resultar perjudicial para el acusado", "porque su posición ya viene prefijada en la querella", y por la actuación de su abogado a lo largo de las pesquisas. Tras estas razones, Hurtado entendió que la testifical de González Amador supondría únicamente "una dilación para la declaración de los investigados".

A su vez, Garcia Ortiz y Rodríguez recurrieron y la Sala de Apelación del Supremo les dio la razón y ordenaron a Hurtado tomar declaraciones a González Amador. "Tan a disposición de la instrucción se encuentra el querellado como el querellante", dijeron los magistrados. En su opinión, el testimonio del querellante es importante para "averiguar todos los contornos de la supuesta difusión de datos", unos contornos que han ido fluctuando desde que comenzaron las pesquisas.

Volviendo al principio de las investigaciones iniciadas por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) centradas en la nota de prensa emitida por la Fiscalía el 14 de marzo de 2024 para dar detallada cuenta del intercambio de correos electrónicos entre la defensa de González Amador y el fiscal que le investigaba por presuntos delitos fiscales, Julián Salto.

El caso saltó al Supremo y por ello, el alto tribunal abrió causa contra el fiscal general por un presunto delito de revelación de secretos, aunque descartando la entidad delictiva. Aunque, desde que el Supremo encausara a García Ortiz, el pasado 16 de octubre, todos los hechos investigados se han ido amplificado hasta abarcar el citado comunicado, las presuntas filtraciones y  de las propias pesquisas contra González Amador y del correo electrónico que su defensa envió a Salto el 2 de febrero de 2024 ofreciéndose a reconocer los delitos fiscales a cambio de pactar.

García Ortiz salió a defender desde el primer momento que la nota de prensa era necesaria para desmentir lo que él considera un “bulo”, haciendo referencia a la información que publicó ‘El Mundo’ a las 21:29 horas del 13 de marzo de 2024 donde comentaron que fue el fiscal quien ofreció pactar. 

Asimismo, se espera que esta sea de las últimas diligencias, después de que Google y WhatsApp respondieran al requerimiento de Hurtado con información sin interés para el caso. Aunque el magistrado confiaba y esperaba recuperar los mensajes borrados por García Ortiz. 

A su vez, esta semana, en nombre del fiscal general, la Abogacía del Estado ha pedido una nueva batería de diligencias, donde incluyen la declaración como testigo del abogado del novio de Isabel Díaz Ayuso, Carlos Neira, que envió un correo electrónico al fiscal Julián Salto -que investigaba a su cliente por presunto fraude fiscal– ofreciendo reconocer dos delitos fiscales a cambio de un pacto con la Fiscalía. La defensa ha asegurado que su testimonio puede ser clave para archivar la causa, pero el juez todavía no ha tomado una decisión al respecto. 

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