El pasado martes se estrenaba bajo la iniciativa ‘Martes de cine indie’ La Paradoja de Antares. La película, que se podrá ver en los cines de todo el país a partir del próximo viernes, lleva la firma de Luis Tinoco (Caronte), quien se estrena como director de largometrajes.

La protagonista del filme es Andrea Trepat (El club de los incomprendidos, Todo parecía perfecto, 100 metros…), quien interpreta a Alexandra Baeza, una científica que está a punto de descubrir que hay vida en otros planetas mientras se ve en la necesidad de atender una emergencia familiar.

Se trata de una cinta de ciencia ficción, suspense, reflexión… Como lo es esta entrevista con actriz y director, quienes hablan para ElPlural.com sobre su último trabajo pero también sobre aspectos como la atención que desde las instituciones prestan al cine o el techo de cristal.

PREGUNTA (P): Alexandra es una persona que se debate entre atender una emergencia familiar o centrarse en un descubrimiento que puede cambiar el mundo. Es un debate lícito y que se da más de lo que pensamos. Mucha gente “desatiende” su vida personal para centrarse en el ámbito laboral, pero es verdad que si no seguramente no se avanzaría en ciertos sentidos (curas, sacar a la luz informaciones…). ¿Os ha pasado alguna vez?

Luis (L): Una vez escuché que no se puede escribir el guion de una buena película si no entiendes bien el mundo o los personajes sobre los que estás escribiendo. Yo reconozco que soy un poco esa persona cuya pasión es al mismo tiempo su trabajo, por lo que fácilmente me pasa que trabajo de lunes a lunes y dejarme abducir por fechas de entregas y demás. Hay veces que me he dado cuenta pasado el tiempo de que he dejado de hacer cosas por el trabajo. La película es un caso muy extremo, pero creo que también esto hace partícipe al público, que se pregunta qué haría en esa situación, empatiza con la protagonista…

Andrea (A): Con el paso de los años me he dado cuenta de que hay otras cosas importantes con familia, amigos… e intento que no me sobrepase la parte profesional, trato de poner límites.

P: Buena parte de la película transcurre en una sala. Me recuerda a The Whale (La Ballena), por la que ganó el Óscar Brendan Fraser. Se está explotando mucho este cine, ¿hace más partícipe también al público? ¿Crea una mayor sensación de thriller en este caso?

L: No había pensado en The Whale, que además me parece un peliculón; y Brendan Fraser es uno de mis actores favoritos. Pero sí, creo que este tipo de películas tienen un mérito especial de mantener enganchado al espectador durante dos horas en una sala con un solo personaje. La historia tiene que estar bien construida porque si no es fácil que el público se desenganche. Y en ese sentido las sensaciones que nos llegan son buenas.

P: Y tú, Andrea, ¿cómo te sientes en ese papel de “sola contra el mundo”? Además de que es un poco distinto a lo que venías haciendo con la salvedad quizás de Todo parecía perfecto.

A: Ha sido un reto interpretativo, desde luego. He notado mucho la ayuda de Luis, de todo el equipo técnico…y me ha encantado descubrir esta nueva manera de trabajar, de estar sola en el set pero con el resto del reparto en los ensayos previos, bien en llamada o videollamada, como pasa en el filme. Fue muy fácil también trabajar con el otro actor de forma directa.

P: Luis, has trabajado como técnico y supervisor de efectos visuales en ‘Interestelar’ o ‘Hellboy’. Parece que la gente de la interpretación está un poco en la sombra, cuanto más, imagino, la de personal de efectos visuales y mucho más aspectos de producción y demás. ¿Cómo es una profesión que, por otro lado, tiene cada vez más importancia?

L: Recuerdo cuando era como un tabú. Antiguamente, montaban un croma y la gente se ponía nerviosa. Ahora los efectos visuales están en todas las producciones, por pequeñas que fueran.

Antiguamente montaban un croma y la gente se ponía nerviosa

Mi trabajo está bipartido, paso la mitad del tiempo en rodajes, con actores, producción, arte, maquillaje… porque los efectos visuales están muy relacionados con el resto del departamento. En este sentido me gusta mucho “bajarme al barro” y luego aplicar a los guiones mucho de lo que aprendo en los rodajes.  Y la otra mitad del tiempo lo paso en el estudio de grabación que dedicamos a películas de Netflix, Amazon, Apple…

P: ¿Cómo ha sido dar el salto a dirigir tu primer largometraje?

L: La verdad es que como ha sido una película autoproducida por nosotros y que se hizo un poco en petit comité en una sala de nuestra propia productora y demás, se me ha hecho como un corto largo.

La manera de rodar no ha sido muy diferente a la de Caronte (2017). En ella también aparecían naves espaciales, aunque era otra forma de ciencia ficción… Pero se rodó en la misma productora y con un ambiente muy familiar. Evidentemente, el montaje, el color, el sonido… es más tedioso en un largometraje; pero el rodaje de La Paradoja de Antares duró unas tres semanas y lo considero una continuación de mi carrera como cortometrajista.

También es cierto que la película la tenía muy clara en la mente, que hicimos muchas pruebas… Pero bueno, dentro del infierno que puede ser hacer cine indie con pocos relativos recursos, fue como una extensión de lo que había hecho en cortos.

P: Hablando de los recursos limitados. ¿Tenemos un problema en España con el cine y la cultura? Lo digo porque si vosotros, con una carrera consolidada, nominaciones a Goya y demás os encontráis con obstáculos, no quiero imaginar la gente que empieza de cero.

L: Yo creo que es un problema no solo en España sino a nivel mundial. Obviamente la gente con más bagaje tiene más oportunidades, pero sigue siendo difícil. Me pareció increíble una noticia que leí la semana pasada de que Guillermo del Toro iba a hacer solo animación porque le habían dicho que no a cinco proyectos en dos años. ¿Qué nos queda al resto?

A Guillermo del Toro le han dicho que no a cinco proyectos en dos años. ¿Qué nos queda al resto?

Si a nosotros con cierta experiencia nos es complicado, para la gente que empieza… Tienes toda la razón, pero sí pienso que no es un problema solo de España, normalmente el ámbito artístico en todas sus facetas vivimos por normal general en una constante montaña rusa.

P: Andrea, tú tienes un añadido, el famoso techo de cristal. ¿Has notado especiales dificultades por el mero hecho de ser mujer?

A: Directamente diría que no, pero indirectamente sí. Yo misma alguna vez he normalizado que un actor cobre más que una actriz. Y nos pasa a todos, por desgracia, entre todos hemos contribuido en cierto modo a que esto siga siendo así.

Yo misma he normalizado que un actor cobre más que una actriz. Entre todos hemos contribuido en cierto modo a que esto sea así

P: Reunificando todo, ¿qué pediríais al Gobierno que salga de las urnas el 23J?

A: Le pediría que apoye la cultura y al cine; y que ponga remedio a la precariedad laboral. Creo que trabajan 8 de cada 100 actores, si no recuerdo mal el dato. A esto hay que añadirle que hay poca ayuda por parte de las instituciones. Se nos tiene poco en cuenta en definitiva, y es algo perfectamente atribuible igualmente a otros ámbitos; el de la ciencia, por ejemplo, aprovechando el papel de Alexandra.

L: Yo soy muy radical en el tema político. Tengo 46 años, no he votado nunca y nunca votaré. Dicen que no te puede defraudar alguien del que no esperas nada. No espero nada de los políticos, así que no puedo pedirles nada.

Para mí mienten por regla general por profesión. Por supuesto, la cultura es algo a tener en cuenta, pero no sabría decirte qué pedirles. Me parecen todos un poco lo mismo. Me sabe muy mal no poderte responder nada escribible, pero soy bastante anarquista en este sentido. Nunca he recibido una ayuda, y después de más de 20 años en el cine, todo lo que he hecho en él me lo he tenido que pagar.