En Estados Unidos​ continúan haciendo caso omiso a la tozuda realidad de los datos que muestra la pandemia de coronavirus allí.  Con un Presidente al que le ha costado seis meses de crisis sanitaria mostrarse en público con mascarilla y con una reapertura prematura antes de alcanzar el pico en muchos Estados, el parque temático más famoso de América ha reabierto sus puertas.

Disney World Orlando, en Florida, ha vuelto a recibir a los 20 millones de visitantes que acuden cada año. Una cifra que, pese a su temprana reapertura, es difícil que se alcance este 2020. Tras 160 días cerrado, el parque abre sus puertas a pesar de las protestas de sus empleados, que pedían atrasar algo más esta fecha, tal y como han hechos sus compañeros de Disneyland California.

Y es que, precisamente, esta reapertura se escapa de toda lógica en unos días en los que la republicana Florida registra un nuevo récord de fallecidos, con más de 200 decesos en un día.
Lo mismo sucede con la cifra de contagios, que suma más de 15.000 personas cada 24 horas, acumulando a 1 de cada 4 nuevos casos en EE.UU, con las UCI al 80% y el sistema de Salud acercándose peligrosamente al colapso, superando la crisis de hace dos meses en Nueva York.
Pero las 4.200 defunciones en Florida desde el inicio de esta crisis se quedan pequeñas al compararlas con las 134.000 víctimas mortales que deja el coronavirus en EE.UU. y los 3,2 millones de infectados. 

Desde la web de la multinacional ya han avisado de su limitada responsabilidad: "Existe un riesgo inherente de exposición a la COVID-19 en cualquier lugar público donde haya personas presentes" y añade que los visitantes "asumen voluntariamente todos los riesgos relacionados con el parque".