Nueva última hora en el caso que ahora sacude al musical Malinche y a su productor, Nacho Cano. Según han desvelado fuentes policiales, 17 becarios que realizaban sus prácticas en el espectáculo tenían denegado el permiso de estudios desde mayo.
En la mañana de este martes se conocía que el ex de Mecano había sido detenido por la Policía Nacional por contratar supuestamente para su obra a inmigrantes en situación irregular, y se le acusa por tanto de delitos contra los derechos de los trabajadores y contra los derechos de la población inmigrante. Horas después de la detención, Nacho Cano declaraba en una rueda de prensa de la que ha salido con libertad sin cargos y especialmente polémica por sus declaraciones sobre la policía. De forma tajante, el productor musical culpaba a esta de estar bajo una “maniobra orquestada” y señalaba que “el criminal no soy yo, el criminal es la policía. […] Si me encuentran muerto en la cuneta, ya saben quién ha sido”.
Pese a su puesta en libertad, la investigación sigue su curso. Lo último que se ha podido conocer es que, respecto a los expedientes de 17 estudiantes en prácticas, “todos tenían la misma documentación y todos fueron resueltos a finales de mayo denegando el permiso de estudios y obligando por ello a la salida obligatoria”, según han podido detallar fuentes de la policía. Estos llegaron en diciembre a España y todos ellos procedían de Guadalajara (México).
Tal y como se adelanta en la investigación, recibieron instrucciones para que “se hiciesen pasar por turistas, que tenían un billete de regreso, una guía turística de Madrid e instrucciones para hacer creer que volverían en ese plazo de tiempo y no les parasen en la entrada”. Pero, lejos de los planes orquestados en un primer momento, la Delegación de Gobierno de Madrid optó por denegarles el permiso de estudios y se les solicitó que abandonaran el país al considerar que no tenían formación relacionada con el trabajo que iban a desarrollar en España.
Sin embargo, estas mismas fuentes añaden también que los jóvenes desconocían la situación en la que se encontraban, “estaban siendo engañados” y desmienten lo que la defensa del productor expuso en rueda de prensa sosteniendo que estos becarios “no necesitan visado para entrar en territorio Shengen y para los primeros 60 días se solicitó una estancia por estudios en tiempo y forma”. Añadía además que “esta documentación incluía la matrícula de un centro homologado de estudios y un certificado médico. Toda esta documentación se encuentra a la espera de que la Delegación de Gobierno resuelva y todos sabemos que estos recursos están colapsados”.
El origen de la investigación
La detención del director de la obra se ha producido ahora. Sin embargo, los orígenes de la investigación se remontan al mes de enero cuando una de las bailarinas procedentes de México se dirigió a la Comisaría de Centro para poner la que sería la denuncia que destaparía el caso. Alegaba que las condiciones en las que se encontraban ella y el resto de los compañeros procedentes de su país eran pésimas. De hecho, la investigación policial que arrancó en se momento pudo desvelar que estos estudiantes vivían en habitaciones compartidas de cuatro en cuatro, solo les pagaban un menú de 10€ al día y siempre en el mismo restaurante y tenían que pagarse ellos el desayuno y la cena. Además, recibían una paga de 20€ el fin de semana y 500€ al mes. Respecto a los horarios de trabajo, también pésimos. De 9:30 a 19:30 horas de lunes a sábados y, en ocasiones, también los domingos.
La versión del acusado
“Operación orquestada” por ser amigo de Ayuso es lo que el productor ha sostenido como causa principal de su detención. Pero ha ido más en su comparación con Venezuela. “Esto es Venezuela, solo me han detenido para decir que me han detenido. Es a ellos a quien hay que investigar”.
En otra línea similar, según la versión defendida por Cano, “no estamos hablando de traer trabajadores porque no están trabajando, ellos están haciendo prácticas, pero muchas de ellas son en el escenario”.
Ahora mismo se encuentra en libertad sin cargos esperando a una nueva citación judicial.