El norovirus es un agente infeccioso que causa gastroenteritis aguda. Se transmite por contacto directo, a través de alimentos o agua contaminados y por superficies infectadas. Los síntomas incluyen diarrea, vómitos y malestar general. Es una causa frecuente de brotes en todo el mundo.
Cada invierno, los casos de gripe y resfriados se vuelven más comunes, pero este año el norovirus, conocido como ‘gripe estomacal’, ha cobrado especial atención tras las fiestas navideñas. Aunque destacó por un importante brote en España en 2016, en este 2025 ha resurgido con fuerza, propagándose rápidamente. Pero ha habido varias oleadas de norovirus registradas en la historia de España.
¿En qué consiste el Norovirus?
El norovirus es un virus responsable de la gastroenteritis viral, conocida también como gripe estomacal o intoxicación alimentaria. Pertenece a la familia Caliciviridae y se clasifica en cinco genogrupos (del GI al GV), con al menos 34 genotipos. Los genogrupos GI, GII y GIV afectan a los humanos, provocando gastroenteritis, mientras que GIII y GV suelen infectar a animales. Este virus es el principal causante de gastroenteritis aguda en Europa y está asociado con numerosos brotes de toxiinfección alimentaria, junto con la salmonella.
La transmisión del norovirus está estrechamente relacionada con una higiene deficiente en la manipulación de alimentos y el consumo de mariscos crudos o mal cocidos. Este virus es extremadamente contagioso, ya que solo se necesitan unas 10 partículas virales para causar una infección. Las personas infectadas pueden contagiar desde el inicio de los síntomas hasta varios días o incluso semanas después de la recuperación. Además, el norovirus puede sobrevivir en el ambiente durante períodos prolongados, resistiendo temperaturas extremas, tanto frías como calurosas. Su rápida propagación se observa especialmente en espacios cerrados como residencias, guarderías, cárceles, cruceros y hogares para ancianos.
Primeros casos en España
Los primeros casos documentados de norovirus en España se registraron en entornos sanitarios y comunitarios. La falta de herramientas avanzadas dificultó inicialmente su identificación. Con el tiempo, se reconoció su rol en brotes de gastroenteritis en hospitales y colegios.
Algunos de los brotes más conocidos en España incluyen:
- Cruceros turísticos: afectaron a cientos de pasajeros por contaminación de alimentos o agua.
- Escuelas y guarderías: infecciones rápidas debido al contacto cercano entre niños.
- Eventos masivos: casos reportados en bodas y celebraciones.
En estos brotes, la rápida transmisión y la alta resistencia del virus complicaron su control.
Lechugas españolas
En marzo de 2024, el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF) notificó la presencia de norovirus genogrupo I y II en ostras rizadas (Crassostrea gigas) procedentes de Francia y distribuidas en España. La alerta, clasificada como de riesgo serio, se emitió tras reportarse dos casos de personas afectadas con síntomas de dolor abdominal, diarrea y vómitos tras consumir este producto. Aunque la notificación indicaba que el producto presumiblemente ya no estaba en el mercado, el caso puso en evidencia la importancia de los controles de calidad en la distribución de alimentos, especialmente en productos de alto riesgo como los moluscos bivalvos.
En febrero de 2023, se emitió una alerta sanitaria en toda Europa tras detectar en Italia un brote de norovirus proveniente de lechugas de España contaminadas. Este caso generó preocupación por la seguridad alimentaria y destacó la capacidad del virus para transmitirse a través de alimentos mal manipulados. Las autoridades sanitarias reaccionaron rápidamente, retirando los productos afectados y reforzando los controles de calidad para evitar nuevos brotes. Un incidente que puso de relieve la importancia de mantener estrictos estándares de higiene en toda la cadena alimentaria para proteger la salud pública.
Brotes en hoteles
Mucho mayor fue el brote de norovirus que afectó a un establecimiento hotelero en la localidad almeriense de Mojácar y que dejó un total de 144 afectados. Un brote rápido que puso en evidencia el alto potencial de contagio del virus. Aunque la mayoría de los casos se resuelven con reposo e hidratación, el incidente del hotel de Mojácar subrayó la necesidad de medidas preventivas en espacios donde el riesgo de contagio es mayor, como hoteles, hospitales y colegios, especialmente durante los meses de verano, cuando los brotes de norovirus son más comunes.
En septiembre de 2016, un brote de norovirus en un hotel de Menorca afectó a 151 personas, incluidos 123 clientes y 28 empleados, con una tasa de ataque global del 7,5%. El personal de limpieza, principalmente mujeres, fue el grupo más afectado, con una tasa de infección del 19,7%, frente al 6,6% de los clientes. Los síntomas predominantes fueron vómitos (93,4%), dolor abdominal (90,1%) y cefalea (72,8%). Aunque la mayoría de los casos se resolvieron en tres días, seis personas necesitaron tratamiento hospitalario por deshidratación. Este brote destacó no solo por su alcance, sino también por las estrategias implementadas para controlarlo.
El estudio científico realizado en 2020 analizó la eficacia de las medidas de control aplicadas en este caso. Las acciones incluyeron la intensificación de la limpieza en zonas comunes y habitaciones afectadas, el uso de soluciones desinfectantes específicas como Virkon® y la incorporación de limpiadoras de vapor a presión para textiles. Además, se mejoraron las prácticas de higiene en el restaurante, con la introducción de geles desinfectantes y la preparación individualizada de alimentos. Estas medidas, combinadas con la utilización de equipos de protección personal por parte del personal de limpieza, demostraron ser efectivas para detener la propagación del virus, con el último caso reportado el 27 de septiembre. Este brote sirvió como referencia para optimizar los protocolos de prevención en futuros eventos similares.
El agua de Andorra contaminada
En abril de 2016, se vivió uno de los mayores brotes de norovirus de la época reciente y afectó a 4.136 personas en Barcelona y Tarragona, vinculado al consumo de agua embotellada contaminada procedente del manantial de la Fuente de Arinsal, en Andorra. Según la Agencia de la Salud Pública de Cataluña, los primeros casos se reportaron el 12 y 13 de abril, presentando síntomas de gastroenteritis, diarrea, dolor abdominal y deshidratación. El brote fue declarado controlado el 25 de abril, y todos los afectados se recuperaron por completo para el 3 de mayo.
La investigación reveló que el agua contaminada, embotellada por la empresa andorrana Aigües del Pirineu y distribuida en España por Eden Springs, contenía 110 unidades virales del genotipo II de norovirus por cada 5 litros. Este hallazgo llevó a la clausura definitiva de la embotelladora el 6 de mayo y a la retirada de 120.000 botellas del mercado. La compañía emitió un comunicado pidiendo disculpas a los afectados y lamentando el incidente, que subrayó la importancia de los controles de calidad en la producción y distribución de agua potable.
Evolución en la gestión
Con el paso de los años, la detección del norovirus ha mejorado gracias a pruebas de laboratorio más precisas. Se establecieron protocolos de higiene y desinfección en hospitales y restaurantes. Los sistemas de vigilancia epidemiológica permitieron actuar con mayor rapidez frente a brotes.
El norovirus tiene un impacto mayor en niños pequeños, ancianos y personas con problemas de salud previos. En estos grupos, puede provocar deshidratación severa y complicaciones médicas. Los hospitales han reforzado medidas para proteger a estos pacientes.
Consecuencias en el sistema sanitario
Los brotes de norovirus generan una sobrecarga en el sistema sanitario debido a ingresos hospitalarios y atención en urgencias. Además, causan pérdidas económicas por bajas laborales y cierres temporales de servicios. La prevención es clave para reducir estos efectos.
Actualmente, el norovirus sigue siendo una causa común de gastroenteritis en España. Las campañas de concienciación sobre higiene han reducido algunos brotes, pero su alta contagiosidad sigue siendo un desafío. Se están desarrollando vacunas que podrían ser una solución en el futuro.