La Región de Murcia, una de las grandes protagonistas en el primer tercio de este 2021, capaz de sacudir el tablero político a escala nacional, y a veces olvidada e incluso vilipendiada por el resto del territorio. Una tierra que cuenta con muchas particularidades, pero quizás la que más pasa desapercibida es la que ha resaltado la revista Forbes. Se trata de una de las autonomías más pobres de España y que, a su vez, paradójicamente, cuenta con mayor número de ricos.

Resulta extraño que un territorio comprenda esa desigualdad tan marcada. Según la última lista Forbes, la Región de Murcia se disparó como una de las comunidades con una riqueza media más alta de España; superando a autonomías como Navarra, Cantabria o La Rioja.

Curiosamente este dato confronta con el extremo opuesto. Y es que Murcia es el territorio con uno de los salarios medios más bajos de todo el país, con 1.774,8 euros. Tan sólo tiene por detrás a Andalucía (1.773,03 euros), Canarias (1.749,85 euros) y Extremadura (1.682,64 euros) y siendo superada por Navarra (2.216,96 euros), Cantabria (1.959,82 euros) y La Rioja (1.987,39 euros).

Con estos datos encima de la mesa, la pregunta es evidente: ¿Cómo es posible? Lo primero que cabe reseñar es la potencialidad demográfica de la región, pues, a pesar de engrosar el conjunto de autonomías uniprovinciales, ostenta unos índices de población a tener en cuenta.

Según el último censo (2019), la ciudad de Murcia se cuela entre los siete primeros municipios (el séptimo) más poblados de todo el país con 459.403 habitantes, superando a grandes núcleos como Bilbao, Palma de Mallorca, Alicante o Valladolid. El mismo puesto lo ocupa en la escala provincial, con 1.488.000 habitantes), por detrás de Málaga, Sevilla, Valencia, Barcelona y Madrid.

Es curioso que de entre esos miles de murcianos, la lista Forbes destaca a unos cuantos empresarios que se hacen hueco entre los 100 españoles más ricos de este 2021.

La huerta murciana – tradición heredada de los tiempos previos a la Reconquista – es un auténtico vergel de frutas y hortalizas bañado por las aguas – sorprendentemente bien aprovechadas – del Segura. Una explotación tecnológica de la superficie agraria y un aprovechamiento óptimo de los recursos hídricos han engordado el tejido empresarial vinculado al sector hortofrutícola.