La nueva película de
Steven Soderbergh,
La suerte de los Logan, retrata a la familia Logan, de la que son parte Jimmy (
Channing Tatum), Clyde (
Adam Driver) y Mellie (
Riley Keough), que sufren pérdidas de brazos y cojeras, además de otras pérdidas, como frustraciones personales. Planifican un atraco a las oficinas de la NASCAR, la National Association for Stock Car Auto Racing, la categoría automovilística más comercial de Estados Unidos. Tendrán la ayuda de Joe Bang (
Daniel Craig) y sus dos hermanos, Sam (
Brian Gleeson) y Fish (
Jack Quaid). El guion de
Rebecca Blunt sirve a Soderbergh para desarrollar la trama con un ritmo variado y enérgico. Una entretenida ironía sobre personajes, paisajes y situaciones arquetípicas que, tras su aparente livianidad, trasciende con críticas económicas y políticas. Un reflejo de las falsas apariencias de la realidad.
Una cinta que va en línea con el cine más reciente del director, como
Hayware (2012), con un agente laboral enfrentado a una retorcida maraña.
O Magic Mike (2012, que, a partir de un espectáculo sexual, repensaba como todo se convierte en mercancía.
Efectos secundarios (2013) era el complemento a
Contagio (2011), también crítica con los engaños o fraudes en que se basa la sociedad, en gran medida.
La suerte de los Logan no deja de parecerse a otro título de
Soderbergh, Ocean's
eleven, pero desde el lado opuesto, con
hillbillies en lugar de personajes glamurosos.