Hace escasos días, la Junta de Castilla y León, presidida por Alfonso Fernández Mañueco en compañía de sus socios de Vox, acaparó el foco de la polémica por el avituallamiento que recibían los bomberos forestales de la región. En plena oleada de incendios forestales, los bomberos se ven en la obligación de luchar contra el fuego durante horas, por lo que es necesario que reciban unas provisiones adecuadas. Sin embargo, esto no es lo que está ocurriendo en la región dirigida por PP y Vox:

“La Junta de Castilla y León debería mejorar estas vituallas y cuidar un poco al personal que trabaja en apagar sus incendios, es imposible mantenerse currando 14 horas con esto”, se puede leer en uno de los tuits de denuncia que se han publicado en la red social. El mensaje adjunta la imagen de un bocadillo que se antoja insuficiente para alguien que tenga que pasar muchas horas trabajando en condiciones extremas.

El Gobierno regional salió al paso de esas críticias, asegurando, en boca del propio presidente Mañueco que "era mentira", por ejemplo, que los efectivos dispusieran únicamente de un litro de agua al día. 

La otra cara de la moneda

Mientras los bomberos de Castilla y León han tenido que lidiar con esto, el caso de los forestales de Castilla La-Mancha es bien distinto. Han sido provistos de raciones de pasta y pollo, refrescos a elegir, varios litros de agua por efectivo, magdalenas y zumo. Una alimentación mucho más completa para pasar el día y mantener la energía.

“El avituallamiento que proporciona la Junta de Castilla La-Mancha a sus bomberos forestales es para destacarlo”, reza el tuit que, en contraposición a lo ocurrido en la CyL, se ha publicado al respecto. En este caso, el texto se acompaña del testimonio de una bombera forestal de la región, que expresa que disponían de bocadillos a elegir y de fruta variada. “Pillé un [bocadillo] de tortilla y me supo a gloria, y los plátanos me dieron la vida”, confiesa.