Desde el inicio de la pandemia la venta de mascarillas se ha convertido en un negocio. Protegerse del coronavirus y hacerlo con estilo es una máxima para muchos ciudadanos. Sin embargo, pese a llevar ocho meses en emergencia sanitaria, todavía quedan mascarillas que no cumplen con el cometido de aislar al individuo ante la Covid-19, como es el caso de estas “redecillas quitamultas” de las que han alertado en redes sociales.

El químico Luis Jiménez, conocido en redes sociales bajo el seudónimo de Centinel, ha advertido de la existencia de un tipo de mascarilla que se está poniendo de moda entre la ciudadanía. Según explica el científico, éstas no protegen a quien las lleva, pero tampoco a las personas de su entorno.

“Cada vez veo más gente con este tipo de ‘mascarillas’, que más bien son ‘quitamultas’”, explica Centinel, quien subraya que "dicen que cumplen con la normativa europea", aunque lo considera "imposible".

En su perfil de Twitter, ha subido una imagen de esta mascarilla en la que se observa su aspecto de malla. Toda red tiene sus huecos y esta no iba a ser menos. Así lo demuestra el propio Centinel, con una foto en la que se puede observar cómo los pelos de la barba penetran por los agujeros de la mascarilla.

 “La eficacia de filtración bacteriana de esta redecilla es nula”, sostiene el propio Centinel, quien aprovecha para criticar el control del Ministerio de Consumo, calificándolo como “nulo”. El químico ha alerta de que el certificado de esta mascarilla está emitido por “una entidad no acreditada ni notificada”. A pesar de ello, estos elementos están en circulación.

La posición de Centinel queda refrendada por la de otra científica. Se trata de Isabel Maestre, doctora en Biología, quien también ha puesto el ojo crítico sobre estas mascarillas. La bióloga señala que su “eficacia de filtración” es idéntica a la de una “raqueta de tenis”.