El uso continuado de mascarillas, geles hidroalcohólicos y otros productos desinfectantes ha aumentado de forma exponencial los problemas dermatológicos. Son muchas las personas que acusan daños en la piel, motivo por el cual, el Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha publicado un Documento Técnico sobre los cuidados y atención a los problemas de la piel en tiempos de COVID-19.

Según sus autores, entre los que están el Dr. Juan Jurado Moreno y la Dra. Ana Mur Pérez, entre el 74,5% y el 97% de los sanitarios han reportado algún tipo de trastorno cutáneo, siendo las manos y la cara (dorso nasal, mejillas y frente) los más frecuentemente afectados. Los pacientes presentan xerosis, dermatitis con prurito/escozor/dolor, descamación incrementada, maceración, grietas y sobreinfecciones.

En el caso de las personas que ya tenían algún problema cutáneo, como dermatitis atópica, dermatitis seborreica, eccemas, dermatitis irritativas y alérgicas de contacto, foliculitis, psoriasis, forúnculos nasales o fotosensibilizaciones, el empleo de este tipo de productos empeora la patología.

Múltiples factores indicen en los trastornos: concentraciones, tiempo de exposición, frecuencia de utilización, temperatura ambiental, actividad desarrollada y estado previo de la piel.

No obstante, los especialistas hacen una serie de recomendaciones que pueden contribuir a evitar daños y a empeorarlos:

1. Higiene facial: Antes de ponerse la mascarilla, se recomienda limpiar la cara con agua y limpiadores no jabonosos sin aditivos (fragancias). Conviene hacerlo de forma muy suave y, en caso de que sea necesario un detergente, emplear un syndet (no jabonoso y sin conservantes).

2. Evitar la aplicación de maquillajes.

3. Elegir bien la mascarilla: A la hora de adquirirla, debemos dejar a un lado la estética y cerciorarnos de que esté homologada y cumplan su función. Conviene evitar aquellas que originen mayor efecto de rozamiento o presión, y seleccionar la talla adecuada.

4. Utilizar la mascarilla el tiempo imprescindible y no exceder el que marca de uso el fabricante.

5. Aplicar en la piel facial un emoliente adecuado durante los periodos en los que no tengamos que utilizar la mascarilla.

6. Secar perfectamente todos los dedos y espacios interdigitales tras el lavado de manos.

7. Emplear cremas emolientes tras el uso del gel hidroalcohólico, esperando el tiempo suficiente para su evaporación.

8. Deben utilizarse cremas que eviten la pérdida de humedad natural de la piel y que estabilicen la barrera hidrolipídica.

9. Aplicar filtros solares no alcohólicos junto a los emolientes, en caso de riesgo por exposición solar.

10. Evitar el estrés: El documento informa de que influye en la piel mediante distintos mecanismos, fundamentalmente, modificando el sistema inmunológico y bajando las defensas cutáneas. Se ha observado que se genera una mayor producción de histamina, adrenalina y cortisol, desajustando el equilibrio hormonal. Estos desequilibrios afectan de manera negativa a la barrera cutánea, que se vuelve más reactiva. Puede agravar enfermedades inflamatorias de la misma (dermatitis, psoriasis, vitíligo, rosácea) o, incluso, provocar nuevos problemas cutáneos (acné, eczemas).

Junto a estas recomendaciones, los especialistas apuntan también, que, en caso de sufrir algún tpo de patología cutánea, es importante mantener los tratamientos tópicos pautados: emolientes, queratolíticos, corticoides, antiinflamatorios, etc.