Muchos meses de guerras internas, y mucho ruido después, finalmente hay un boceto del nuevo Gobierno liderado por Pedro Sánchez. Una Administración repartida entre el PSOE y Sumar donde hay alguna sorpresa y nombres nuevos, pero sobre todo una diferenciación en las estrategias de un socio y el otro. Mientras los socialistas se enmarcan en un Ejecutivo continuista, los cambios más fuertes tienen sello fucsia. Yolanda Díaz ha cumplido sus pretensiones y finalmente Sumar va a ostentar cinco ministerios: solo se mantiene la dirigente de la lista de representantes que ya había a este lado de la coalición, aunque sí se produce un cambio de bloque para ciertas carteras.

Asimismo, se ejecuta un cierre de puertas con golpe sonoro a Podemos, que se queda totalmente fuera tras el rechazo de Nacho Álvarez. Asimismo, la idea inicial parecía ser que la nueva coalición supusiera una reducción del número de ministerios en una muestra de recorte de gastos y de efectividad, pero la promesa ha quedado en papel mojado. No solo se mantienen las 22 áreas de trabajo que ha habido en la última legislatura sino que se conserva la cuota de reparto para PSOE y Sumar. Se agrupan unos y se crean nuevos, con más o menos posibilidades reales de trabajar. Los de Díaz se quedan con Trabajo, Cultura, Derechos Sociales, Sanidad y Juventud e Infancia, esta última una cartera completamente novedosa.

Sumar se queda con cinco ministros

Si había un único nombre encima de la mesa como indispensable e indiscutible ese era el de Yolanda Díaz. La dirigente de Sumar y hasta ahora ministra de Trabajo mantiene este cargo así como la vicepresidencia en el nuevo Gabinete liderado por Pedro Sánchez. Pero junto a ella se ha llevado a otras cuatro figuras, todas nuevas frente a un claro continuismo en la parte del PSOE y con algunos cambio de bloques. De hecho, sus elegidos eran su responsabilidad. Así, Sanidad sale de las filas socialistas y pasa a Más Madrid con un apellido muy conocido en la capital. Tras muchos rumores, finalmente Mónica García ha sido designada como ministra de Sanidad siguiendo su trayectoria laboral y política. Este salto supone una estrategia política de cara a su proyección futura una vez salga del ministerio y en la Comunidad de Madrid.

Así, la madrileña abandona la Asamblea regional como líder de la oposición de Isabel Díaz Ayuso y da el salto a la escena nacional. Médica de profesión, concretamente anestesista, García ha tenido gran relevancia política durante la pandemia del coronavirus por su batalla en las calles en defensa de la sanidad pública y en el parlamento madrileño contra el Gobierno de la lideresa popular. No es un cargo fácil. Sanidad cuenta con la mayoría de las competencias transferidas a las comunidades autónomas, por lo que va a tener que seguir enfrentando al Partido Popular en los 11 de las 17 regiones que ostenta desde la Administración. También en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Otro de los confirmados es Ernest Urtasun, portavoz de Sumar, eurodiputado y vicepresidente de los verdes europeos. Urtasun es uno de los hombres fuertes de Díaz, de hecho es su mano derecha, y va a ser ministro de Cultura. El economista, diplomático y político español es cuota catalana y fue elegido en 2014 como diputado del Parlamento Europeo en la lista de La Izquierda Plural. Cabe destacar que es un recuperado. El barcelonés ya rechazó en 2019 ser titular de Universidades -que primero fue ostentado por Manuel Castells y después por Joan Subirats, que continúa a esta hora en funciones- y ahora se convierte en dirigente de una cartera desmembrada. Cultura ha ido de la mano de deportes en la última legislatura, pero ahora ese área queda en manos de Pilar Alegría junto a Educación.

Un punto clave se encuentra en Izquierda Unida, en plena guerra interna y en mitad de una reestructuración tras la salida de Alberto Garzón del organigrama orgánico. Así, IU va a tener su espacio con un perfil nuevo a nivel administrativo. Se trata de Sira Rego, eurodiputada y portavoz de esta formación, y que finalmente se han cumplido todas las expectativas y ha sido elegida para dirigir el futuro Ministerio de Juventud e Infancia, de nueva creación y que va a ser un desglose del Ministerio de Derechos Sociales. Una cartera que ha dirigido hasta este lunes Ione Belarra, secretaria general de Podemos y que ahora pierden los morados pero adhiere Sumar.

Cierra la lista Pablo Bustinduy, que va a ser el relevo de Belarra en Derechos Sociales. Ha estado desde el 2019 fuera de la política, cuando renunció a encabezar la candidatura de Podemos a las elecciones europeas, pero regresa de esta forma a la primera línea después de haber estado trabajando desde este verano en el equipo de campaña de Díaz. No es nuevo en política, ni en experiencia ni en familia. Su madre, Ángeles Amador, fue ministra de Sanidad durante el Gobierno de Felipe González, entre los años 1993 y 1996. Además, es "experto" en cuestiones de política internacional con un acreditado y extenso currículum en el campo de la investigación, lo cual llevó al propio Pablo Iglesias a plantearle como la alternativa para la cartera de Asuntos Exteriores en las negociaciones con el PSOE.

Podemos se queda sin espacio

En el dibujo que se ha hecho de la nueva organización, se queda fuera del Gobierno y del Consejo de ministros todos los nombres de Podemos. Es uno de los grupos mayoritarios dentro de Sumar como resultado de las elecciones generales del 23 de julio, pero Díaz no ha concedido ningún puesto en la mesa de dirección del Ejecutivo a los morados, que tanto lo han pedido en los últimos meses. De hecho, durante la misma votación de la investidura de Sánchez, Belarra lanzó una convocatoria a los medios y denunció desde el patio del Congreso el "veto" que estaba perpetrando la dirigente fucsia. La líder morada metió en el saco también a Sánchez en un intento de solicitarle directamente al socialista que diera marcha atrás. "Hay tiempo para rectificar", sostuvo el pasado jueves. Pero no ha habido giro argumental. 

No ha sido una sorpresa. Los de Belarra y Díaz no mantienen buena relación desde hace meses, hasta el punto de que no se dirigen la palabra. Ya la secretaria general de los morados lo dijo abiertamente en esa misma comparecencia aparentemente improvisada asegurando que "no la llama" desde julio de este año. Pero también quien fuera líder del partido, Pablo Iglesias, dio por rotas las relaciones entre ambas siglas, amenazando incluso con que los suyos irían por libre en la toma de decisiones dentro del Hemiciclo. Es decir, romper las directrices de voto. Los morados tampoco han sido informados de los términos de acuerdo entre PSOE y Sumar ni han participado de las propuestas de la hoja de ruta hacia el futuro.

No es que no haya nadie de Podemos, es que tampoco repiten en el puesto institucional ninguno de los nombres morados que han operado en esta legislatura. El nuevo gobierno "progresista y verde" echa a andar este martes con la jura del cargo de todos los titulares, entre los que no se encuentran Belarra, Montero, Alberto Garzón ni Joan Subirats. A este último, quien ha sido ministro de Universidades, le dio paso Manuel Castells, también morado, y quien ha salido de las filas. Yolanda Díaz también formaba parte de este grupo de Podemos, hasta que decidió formar un proyecto propio, rompiendo todos los lazos con la formación que la llevó a la vicepresidencia por segunda vez y sin querer ser ministra.