El actual Gobierno seguirá siendo una coalición progresista con el PSOE como principal partido, pero el cambio para con Podemos, que finalmente no tendrá representación alguna en el Ejecutivo, es significativa, tanto que todos los nombres que ostentaba la formación morada se quedan fuera y entran ahora los de Yolanda Díaz. Y precisamente una de las apuestas principales de la ministra de Trabajo es Ernest Urtasun. La líder de Sumar no dudó en colocarle como portavoz del partido magenta y ahora le premia con el ascenso a la cartera de Cultura.

Nacido en Barcelona (1982), estudió Economía en la Universidad Autónoma de la Ciudad Condal, donde después cursaría un posgrado en Relaciones Internacionales. Su faceta profesional destaca en el Parlamento Europeo, pero su trayectoria hasta convertirse en responsable de Cultura es mucho más compleja.

Forjado en Europa

Urtasun destaca por el papel desempeñado en Europa. En 2004 se presentó a los comicios europeos en la lista de ICV que lideraba Raül Romeva. A posteriori ejercería como su asesor en el Parlamento Europeo (entre 2004 y 2008), mientras que Romeva sería conseller de Asuntos Exteriores con Carles Puigdemont, seguramente la figura más clave de las últimas semanas.

Todavía respecto del trabajo en el continente, Díaz decidió situarle al frente de la portavocía, pero sin incluirle en las listas electorales, lo que hacía suponer que la ministra de Trabajo prefería mantenerle como hombre fuerte fuera de nuestras fronteras, donde la vicepresidenta quiere dar la batalla.

Así la cosas, en 2009 formó parte de la candidatura de la Izquierda al Parlamento Europeo, pero sin conseguir escaño, algo que sí logró en 2014, aunque ya para ser miembro de los Verdes y no de la Izquierda como sucede con los eurodiputados de Podemos.

En 2010 aprobó la oposición y comenzó a estudiar la carrera diplomática asumiendo distintas responsabilidades en el Ministerio de Asuntos Exteriores que, dicho sea de paso, repite José Manuel Albares.Un año más tarde pasó a ser director de la secretaría general de la organización internacional Unión por el Mediterráneo.

Perfil verde

Hijo de militantes del PSUC, en seguida se implicó en política mientras se define en redes sociales como menómalo y cinéfilo. Así, con tan solo 15 años empezó a militar en Joves d’Esquerra Verda y poco después se situaría en la dirección de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV).

Con un perfil ecologista, durante sus años de actividad política ha ahondado en cuestiones como la reducción de combustibles fósiles y en contra de los festejos taurinos.

se postula como el as de la formación magenta, ya que comprende a la perfección el conglomerado de ideas que ha querido unificar Díaz bajo unas siglas nuevas aunque algunos fuentes apuntan a la posibilidad de que eche de menos sus anteriores funciones, y es que es un salto cualitativo sobre todo si se tiene en cuenta que se prevé una legislatura cuanto menos turbulenta en la que el Ejecutivo de coalición tendrá que hacer poco menos que malabares para que algunas propuestas lleguen a buen puerto.

Como contrapeso, juega a su favor que es un perfil muy poco desgastado, algo que, por otro lado, le diferencia de perfiles salientes del Gobierno como Ione Belarra o Irene Montero. La experiencia es un grado y, en este sentido, había quinielas que no le otorgaban ningún ministerio, pero finalmente se cumple lo que después se fue conociendo y se quedará con un departamento que, si bien no suele ser objeto de demasiadas críticas, aleja al catalán de lo que viene haciendo en Europa.

Actualmente ejerce como vicepresidente de la Asamblea Parlamentario Euro-Latinoamericana, miembro de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (ECON), miembro y coordinador de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género y miembro suplente de la Comisión de Asuntos Exteriores.

Retos en Cultura

Los principales retos a los que Urtasun se enfrenta dentro del ministerio de Cultura son los respectivos a la Ley del Cine, que finalmente quedó desbaratada el pasado verano por la convocatoria de elecciones, el Estatuto del Artista y un presunto ajuste presupuestario que vaya al compás de Europa.

En este último punto se enfrenta al desafío de seguir optando a los fondos europeos para financiar programas como el Bono Cultural Joven, que lleva dos años en funcionamiento y que el Ejecutivo tiene previsto prorrogar durante los próximos años.

Entre otros aspectos presupuestarios, el que fuera portavoz de Sumar se ha mostrado de acuerdo con introducir una “casilla cultural” en la declaración de la Renta y con impulsar una Ley de Mecenazgo que el sector de lleva años reclamando.