Este jueves comienza en el Parlament de Cataluña el debate de la investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat en lo que podría llegar a ser un primer intento. Intento porque el PSC no tiene todas consigo para que pueda salir adelante, y no porque no cuente con los apoyos necesarios ya cerrados con ERC y los comunes. Y es que el riesgo se encuentra en el regreso del dirigente de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, a territorio español y su potencial detención por parte de las autoridades.
En concreto, Junts reclama la necesidad de suspender el pleno en el caso de que, como todo apunta, se arreste a Puigdemont a su llegada a Barcelona para asistir a la sesión de investidura. Con este movimiento de presión pretenden usar la vuelta de su líder para entorpecer al máximo que Illa se convierta en president catalán. Sin embargo, los partidos aliados -véase PSC, ERC y los Comuns- ya han acordado aplazar la votación así como buscar otra fecha en el calendario en el caso de que esto se produzca.
La investidura, a la espera de Puigdemont
PSC, ERC y los comunes ya han asumido que esta semana Salvador Illa podría no ser el president de la Generalitat. La mirada está puesta por ahora en Waterloo y en el aeropuerto de Barcelona, donde en las próximas horas podría aterrizar el expresident Carles Puigdemont. Las opciones pasan por la detención del dirigente de Junts en medio de la sesión de investidura, lo que podría obligar a que esta se suspenda. Esto es lo que quieren precisamente los neoconvergentes, especialmente teniendo en cuenta que el Parlament está dirigido por uno de los suyos, Josep Rull.
Ante esto, el tripartito aliado ya ha contemplado la posibilidad de aplazar el pleno y poder sacar pecho de su mayoría -previo acuerdo entre el PSC y ERC y entre el PSC y los Comunes- aunque sea dentro de unos días. La clave para esto se encuentra en la Diputación Permanente, el órgano que está operativo dentro de la Cámara autonómica en periodos entre sesiones y en el que, precisamente, las tres formaciones tienen mayoría. Este organismo pone límites al papel de Rull, que todo parece apuntar a que podría retorcer el reglamento para no volver a convocar el pleno.
Entre tanto, los socialistas y sus socios ya tienen encima de la mesa un plan y, sobre todo, una lista de cuestiones con las que tienen que contar, más allá del reglamento. Una de ellas es que, si finalmente Puigdemont es detenido en horas previas al debate, el pleno no se celebraría con "normalidad". Cabe destacar que no solo es diputado sino que es jefe de la oposición, por lo que habría que dilucidar qué sucede con el político en el marco de su arresto. La decisión estaría en manos del Tribunal Supremo y la aplicación de la ley de amnistía, aunque no tendría que llevar muchos días.
Aquests dies, en previsió de la decisió que ERC va prendre ahir, he estat preparant una carta per fer pública després de conèixer els resultats de la consulta a la militància. Espero que en dispenseu la llargada i que tingueu interès i paciència per llegir-la sense pressa. pic.twitter.com/EiqnV2WOOZ
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) August 3, 2024
Por su parte, Puigdemont insiste en cargar contra el Gobierno central. "A propósito de los acontecimientos políticos catalanes y de mi regreso tras siete años de exilio, escribo esta carta. El rechazo del Tribunal Supremo español a aplicar la ley de amnistía no es nada menos que un golpe de Estado híbrido", ha escrito en un post de su perfil oficial de la red social X, antes conocido como Twitter. La misiva la ha titulado como "Siete años en el exilio, la amnistía, la investidura y la cárcel", dando por sentado su final más inmediato.
Buscando otra fecha en el calendario
Otra de estas posibilidades radica en tener la posible fecha alternativa marcada ya en el calendario antes de que suceda nada. Por ahora parece que podría ser a las 48 horas, este mismo sábado, o ya esperar a los primeros días de la semana que viene. En este punto también se dejaría margen para que Puigdemont, si entra en prisión provisional, pudiera delegar su voto. Los tres partidos reconocen que esta coyuntura es complicada, por lo que piden flexibilidad entre todas las partes para que salga lo mejor posible. La mirada está puesta especialmente en ERC, ya enfrentado con Junts.
📰 President @joseprull: “Si detenen el president @KRLS Puigdemont, no puc acceptar que el ple es desenvolupi amb normalitat.”
— Junts per Catalunya🎗 (@JuntsXCat) August 7, 2024
📌 Llegeix l’entrevista a @VilaWeb: https://t.co/VWhDywsuwY
En este extremo hay varios asuntos a tener en cuenta. Y es que el día 26 de agosto es el día máximo para que se convoquen de forma automática la repetición electoral si no se produce una investidura. Otra es que, aunque Rull se niegue a convocar un nuevo pleno, el tripartido podría hacer gala de su fuerza en la Diputación Permanente. Eso sí, este órgano deja de operar más allá del 15 de agosto, por lo que todo quedaría en manos del Parlament, la Mesa y la Junta de Portavoces, complicando el proceder.
Por ahora no parece que el regreso del expresident pueda servir para tumbar el ascenso del dirigente del PSC al Palau de la Generalitat, más allá de retrasarla unos días o, como mucho, unas semanas. Sin embargo, el gesto va más dirigido al independentismo, especialmente en hacer daño a ERC. Los neoconvergentes pretenden poner entre la espada y la pared ideológica y de principios soberanistas a los independentistas que lidera Oriol Junqueras, al que acusan de sucumbir al socialismo tras el acuerdo que han alcanzado. Por ahora habrá que esperar a este jueves y los acontecimientos que rodeen la investidura.