En el año 2018 el Partido Popular ha recibido un galardón de dudoso honor: se ha convertido en el primer partido político en la historia de la democracia española en ser condenado como entidad jurídica en un caso de corrupción. Según la sentencia relativa a la primera etapa de caso Gürtel, la formación se benefició (a título lucrativo) de un montante total que asciende a los 245.492 euros con 80 céntimos. La trama acabó por llevarse por delante al ya expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, quien puso punto y final a la política cediendo el testigo a Pablo Casado -primarias mediante-. Pero si hay quien piensa que con su retirada iba a evitar más salpicaduras, está equivocado. En 2017 le vimos declarar ante el tribunal Gürtel como testigo, en 2018 su partido fue condenado y en 2019 se espera su comparecencia en la comisión que investiga la caja B. ¿O no?

Estaba previsto que varios personajes relevantes vinculados de una u otra forma con la trama declararan en diciembre del año pasado. Es el caso del portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, Ignacio Cosidó; del chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos; del exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y del marido de María Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro. No obstante, dado el atropello informativo, dicho de otra manera, el aluvión de nuevas informaciones que aparecen día sí y día también, se decidió echar el cierre a la comisión y aplazar el desfile para febrero.

Esta nueva batería de citaciones tiene por objeto arrojar luz sobre las implicaciones de todos estos protagonistas en la red del comisario retirado José Manuel Villarejo, así como dilucidar la relación del entramado y sus diferentes personajes con la caja B del PP. Pero tanto Cosidó, como el chófer de Bárcenas y el matrimonio Cospedal no son más que meros teloneros de lo que se espera que sea el colofón: Mariano Rajoy.

Desde el minuto cero se acordó que el expresidente del Ejecutivo fuera la guinda del pastel, la última citación previa al desarrollo y consecuente votación de las conclusiones. Sin embargo, los acontecimientos de los últimos meses podrían desembocar en un cambio de guion.

En primer lugar, Rajoy ya no es ni presidente del Gobierno ni líder del PP, por lo que su comparecencia ha perdido cierta fuerza. Asimismo, en una entrevista concedida a ElPlural.com, el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y portavoz en la comisión de la caja B, Gabriel Rufián, aseguró que empiezan a llegarle rumores sobre un posible pacto PP-PSOE para evitar la comparecencia de Rajoy a cambio de no citar a Alfredo Pérez Rubalcaba.

“Me empiezan a llegar rumores de que se quieren cargar la comisión y ahí está jugando el PSOE también. Y el PSOE ante la duda siempre cede. También porque la gente que más ha hablado, principalmente Pablo Crespo, han señalado que manera total a Rubalcaba. Y yo siempre enlazo esta comisión con la comisión de investigación de la Operación Cataluña. Ahí viví por primera vez los sudores fríos del PP, PSOE, y evidentemente Ciudadanos como buen lacayo que es, cada vez que se mencionaba el nombre de Villarejo y de Rubalcaba. Recuerdo un día en el que nos viene el PP con el PSOE, y nos dice: si os olvidáis de Rubalcaba y de Villarejo os dejamos a Pino y a Gago. Y yo dije que no. Esto es un chantaje. Fuimos el único grupo parlamentario que seguimos pidiendo a Villarejo. Ni los más revolucionarios sigue pidiendo a Villarejo. Y me suena que esto puede pasar en esta comisión, precisamente porque se están poniendo en la diana a Rubalcaba, que aún es uno de los hombres más poderosos de este país y que maneja el grupo parlamentario que hay sentado a la izquierda del atril”, dijo Rufián.

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La red de Villarejo

Lo que sí es seguro es que el próximo paso de la comisión será arrojar luz sobre la red del comisario retirado. López del Hierro no solo solo podría ser preguntado por aparecer unas siglas vinculadas con su nombre en los Papeles de Bárcenas, lo cual fue negado por Cospedal en su comparecencia ante la comisión, sino también por sus vínculos con Villarejo. Según las grabaciones publicadas por Moncloa.com -que a la postre provocaron la dimisión de Cospedal tanto de la Ejecutiva del partido como de su escaño-, López del Hierro despachaba asiduamente con el excomisario, haciendo las veces de intermediario (junto con su mujer) entre Génova y Villarejo con el objetivo de torpedear investigaciones.

Entre ambos, López del Hierro y Villarejo, fraguaron una reunión con Cospedal que se celebró en Génova 13 con nocturnidad y alevosía. Todo esto cristalizó en encargos de la exministra de Defensa y exsecretaria general del PP al polémico comisario para que investigara a Javier Arenas por sus relaciones con Luis Bárcenas y al hermano de Alfredo Pérez Rubalcaba. Por supuesto, estos trabajos fueron pagados, a pesar de que el PP no tiene constancia de dichas facturas, tal y como desveló ElPlural.com.

Los tentáculos del excomisario no parecen tener fin. El motivo por el cual tanto Cosidó como Fernández Díaz como el chófer de Bárcenas se ven abocados a acudir a la comisión de la caja B del PP no es otro que la red de “inteligencia y penetración” de Villarejo en la trama Gürtel.

El excomisario formaba parte de un operativo de hasta 80 agentes (después condecorados) que escapaba al control judicial y cuyo objetivo era recuperar documentos del extesorero del PP que pudieran comprometer a Cospedal, Arenas o Soraya Sáenz de Santamaría -entre otros-.

Este despliegue, denominado Operación Kitchen, fue coordinado por Ignacio Cosidó, entonces director general del Cuerpo Nacional de Policía. Uno de lostopos de esta red de espionaje (que llegó a utilizar las cámaras del Metro de Madrid para seguir a familiares de Bárcenas) era el chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, quien cobró 2.000 euros al mes entre 2013 y 2014 por sus servicios. Y cumplió. ¡Vaya si cumplió! Gracias a Ríos, la Policía incautó documentos que probarían la financiación ilegal del PP a nivel nacional. Unos nuevos papelesque no fueron puestos a disposición de la Audiencia Nacional (hasta ahora). Y todo esto bajo el mandato de Jorge Fernández Díaz como ministro de Interior.