La derecha española está protagonizando un espantoso comportamiento en torno al asilo del opositor venezolando Edmundo González. Mientras que el Gobierno socialista ha conseguido garantizar la seguridad del lider de Mesa de la Unidad Democrática y es acusado por Nicolás Maduro de intentar dar un golpe de Estado a su régimen bolivariano, el PP sostiene que Pedro Sánchez es un aliado del chavismo.Los hechos no son importantes para ellos. Da igual que Zapatero se haya erigido como una figura clave en salvaguardar la seguirdad de Edmundo González y España haya hecho un ejercicio de alta diplomacia. El Partido Popular tiene una línea de opinión y no importa que la evidencia se imponga. Ellos siguen en sus trece. 

Uno de los argumentos que sostiene la derecha es que la Embajada de España en Caracas fue el lugar donde, coaccionado, González firmó al chavismo una carta en la que accedía salir del país. ¿Qué iba a hacer el Ministerio de Exteriores? ¿No darle amparo y hacer que se reúna con altos cargos bolivarianos en un edificio público venezolano y poniéndole en riesgo? Para conocer la situación es importante tener en cuenta la opinión del propio Edmundo González quien, a través de un comunicado difundido este jueves ha explicado lo siguiente. "No he sido coaccionado por el Gobierno español ni por el embajador en Venezuela", ha señalado, dejando en evidencia las acusaciones de la derecha española.

Este comunicado desmonta los argumentos del PP, que había acusado al Ejecutivo de Pedro Sánchez de intervenir en favor de Nicolás Maduro y de forzar el asilo de González para facilitar el camino al mandatario venezolano. El dirigente venezolano ha destacado que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, supervisó las gestiones, garantizando su bienestar y libertad de decisión. En respuesta, el PSOE ha exigido que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pida perdón por acusar sin pruebas al Gobierno español, y ha reclamado la dimisión de Esteban González Pons, quien acusó al Ejecutivo de favorecer un golpe de Estado en Venezuela.

Por otra parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comenzado una ronda de reuniones bilaterales con los presidentes autonómicos, iniciando con los mandatarios de Euskadi, Galicia y Andalucía. El principal tema a tratar es la financiación autonómica, especialmente tras la polémica por el acuerdo económico con Cataluña. Otros asuntos en discusión incluyen inmigración, infraestructuras e inversiones.

El PP ha criticado el enfoque bilateral de estas reuniones, destacando la necesidad de una negociación multilateral, especialmente en lo relacionado con la condonación de deuda y la reforma del sistema de financiación. Los líderes autonómicos del PP, como Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo, han rechazado el trato diferenciado a Cataluña y exigen un acuerdo más inclusivo. Además, se espera que se aborde la crisis migratoria, con especial atención al reparto de menores no acompañados, tema que divide a las formaciones políticas.

Mientras tanto, teniendo en cuenta los sucesos acontecidos en los últimos días, las empresas demoscópicas han continuado publicando datos sobre en qué estado se encuentran los principales partidos políticos de cara a unas hipotéticas elecciones generales. Después de revisar los estudios de la última semana llevados a cabo por CIS, Celeste Tel, Electomanía y ElPlural y realizar un promedio de sus resultados, este sábado publicamos una nueva edición de la madre de todas las encuestas. 

Intención de voto

En esta muestra, el panorama político ha reflejado una notable fragmentación, con el Partido Popular (PP) a la cabeza, obteniendo el 33% de los votos y consolidándose como la fuerza más votada a nivel nacional. A poca distancia se encuentra el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que ha logrado un 30.9% de apoyo electoral, lo que refleja una fuerte competencia entre las dos principales formaciones políticas del país. Cabe destacar que en la última semana, el PSOE ha conseguido recortarle dos puntos al Partido Popular. 

En tercer lugar, VOX ha mantenido su posición como la tercera fuerza más votada, obteniendo un 11% de los votos, lo que confirma su relevancia en el espectro de la derecha. Sin embargo, ha experimentado una ligera disminución en comparación con elecciones anteriores, lo que sugiere un posible trasvase de votos hacia otras formaciones, como el emergente partido Se Acabó La Fiesta (S.A.L.F.), liderado por Alvise Pérez, que ha conseguido un 3.7%. Este resultado es especialmente destacable, ya que S.A.L.F. ha superado a Unidas Podemos (UP), que ha obtenido un 3.4%. Este retroceso para UP pone de manifiesto las dificultades que ha enfrentado la formación de izquierda en conectar con su electorado, en un contexto de creciente competencia por el voto progresista.

Por su parte, Sumar, el proyecto político liderado por Yolanda Díaz, ha logrado posicionarse como la cuarta fuerza más votada con un 6.8%. Este porcentaje, aunque significativo, refleja las dificultades que ha tenido para consolidarse como una alternativa sólida en el espacio de la izquierda, en un momento en el que las alianzas y coaliciones siguen siendo clave para la gobernabilidad.

La aparición de Se Acabó La Fiesta (S.A.L.F.) con un 3.7% de los votos es uno de los fenómenos más interesantes de esta jornada electoral. Este partido, liderado por el polémico Alvise Pérez, ha conseguido captar una parte del electorado descontento con las opciones tradicionales, superando incluso a Unidas Podemos. Su discurso anti-establishment y crítico con la clase política ha resonado con un segmento del electorado, especialmente en un contexto de creciente desencanto político.

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