Se consuma la victoria del Partido Laborista 14 años después de que Gordon Brown saliera de Downing Street tras perder las elecciones en 2010 ante David Cameron. Keir Starmer era el nombre sobre el que descansaban las esperanzas de la izquierda británica, tras casi tres lustros marcados por los recortes, la inestabilidad y, por supuesto, el Brexit. Rishi Sunak dejará de ser primer ministro, el tercero en los últimos tres años tras los dimitidos Boris Johnson y Liz Truss -que ha perdido su escaño-. En suma, son más de 230 asientos perdidos en una Cámara de los Comunes que ha dado un volantazo a la izquierda tras el “fracasotorie.

Sunak asumió la derrota con todas las consecuencias. “Hay mucho que aprender y reflexionar. Asumo la responsabilidad”, dijo el primer ministro tras conocer los resultados electorales. La debacle del Partido Conservador llega tras una legislatura de lo más convulsa. Tras la victoria en los comicios de 2019 con Boris Johnson a la cabeza, la mayor desde la época de Margaret Thatcher, el Reino Unido ha contado tres primeros ministros en los últimos tres años.

El que fuera alcalde de Londres dimitió tras acumular una ristra de escándalos durante la pandemia, cediendo el cetro a una Liz Truss que acometió una efímera y fracasada reforma fiscal que hundió la libra. Tras concatenar varias crisis ministeriales, la ex primera ministra renunció al cargo y entregó las llaves del número 10 de Downing Street a Rishi Sunak, que heredó una administración descompuesta por los innumerables bandazos y las consecuencias que aún colean en el país tras su salida de la Unión Europea.

Este caldo de cultivo ha provocado la caída en desgracia de los tories. Hasta once ministros conservadores han perdido su escaño, incluyendo la expremier Truss. Un retroceso de más de 242 escaños que los laboristas han aprovechado y con creces. A pesar de que el resultado de la fuerza progresista es un éxito, tan sólo han crecido un 2% con respecto a los comicios de 2019. Con un 33,8% de los votos, los de Keir Starmen han conseguido un total de 409 escaños en el momento de la publicación del artículo -aun faltan asientos por repartir- que devuelven a los laboristas al Gobierno tras más de tres lustros en la oposición. “El trabajo del cambio comienza hoy”, ha prometido el que será el próximo jefe de Gobierno del Reino Unido.

Vuelve el laborismo a Downing Street

De este modo, tras 14 años, los laboristas vuelven a tener un representante en el número 10 de Downing Street. “Esta mañana podremos ver que el pueblo británico ha votado para pasar página tras casi tres lustros, pero no pretendamos que había algo inevitable en ello. No hay nada predestinado en política. Las victorias electorales no caen del cielo, se ganan con esfuerzo y se lucha por ellas. Esta sólo podía ganarla un Partido Laborista cambiado”, ha subrayado el futuro primer ministro.

Starmer ha profundizado en que la reforma que ha tenido que afrontar su partido en estos últimos años ha sido clave para recuperar el poder político en Reino Unido. Según el líder laborista, los británicos tienen ahora la oportunidad de reparar sus servicios públicos porque han “cambiado de partido”. “Tenemos la oportunidad de hacer que el trabajo valga la pena; de ayudar a los trabajadores; a los jóvenes y a las personas vulnerables, los más pobres de nuestra sociedad porque cambiamos de partido”, ha precisado.

En este sentido, ha precisado que los cambios laboristas “son permanentes e irreversibles”. Por ello, ha continuado, han de “seguir adelante”. “Nos presentamos como un Partido Laborista cambiado y gobernaremos como tal. No prometo que sea fácil”, ha advertido Starmer, antes de señalar que “cambiar un país no es como apretar un interruptor, sino que es un trabajo duro, paciente y decidido”. “Dijimos que pondríamos fin al caos, y lo haremos. Dijimos que pasaríamos página y lo hemos hecho. Hoy empezamos el siguiente capítulo. Comenzar el trabajo de cambio, la misión de renovación nacional, y empezar a reconstruir nuestro país. Gracias a todos”, ha rematado.

Farage, en la Cámara de los Comunes

El triunfo de Starmer se explica con el hundimiento del Partido Conservador, que ha favorecido ampliamente el crecimiento del Partido Liberal Demócrata de Ed Davey, que ha cosechado sus mejores resultados; pero también el de un viejo conocido de la política británica como Nigel Farage. El euroescéptico, que lidera el partido Reforma, ha conseguido cuatro asientos en la Cámara tras recolectar siete bofetadas electorales previas. En este sentido, otro de los grandes derrotados de la noche es el triunfo del nacionalismo escocés. El Partido Nacional Escocés (SNP) ha retrocedido cerca de 40 escaños y no alcanza las expectativas de la demoscopia, que le concedía del orden de diez escaños, pagando muy caras las recientes investigaciones por sus finanzas.

Por su parte, los independentistas galeses (Plaid Cymru) han cosechado su mejor resultado al redoblar su grupo en la Cámara de los Comunes con hasta cuatro asientos. Este crecimiento ha provocado que en País de Gales, los tories se hayan quedado sin representación por primera vez desde el año 1997. Por su parte, los Verdes, aupados por el voto joven, han arañado un escaño después de que sus dos líderes, Carla Denver y Adrian Ramsay, vencieran en sus respectivas circunscripciones.

Así, la Cámara de los Comunes da un giro de 180 grados por primera vez en poco menos de década y media. Giro a la izquierda y récord de presencia femenina en el parlamento, dado que 242 candidatas han conseguido un escaño, lo que supone un incremento de 22 con respecto a la pasada legislatura. El correctivo electoral a los tories les deja con 120 asientos y una crisis interna galopante. Varios actores de primer orden del partido han cargado contra sus compañeros por realizar “declaraciones incendiarias” e incluso “estúpidas”, así como por no escuchar a los votantes pese a que les han votado durante 14 años.

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