La interferencia rusa en las elecciones presidenciales de EEUU tuvo un alcance mayor de lo que las empresas tecnológicas Facebook, Twitter y Google aseguraron en sus comparecencias ante el Senado de los Estados Unidos. El Comité de Inteligencia del Senado hizo públicos este lunes dos nuevos informes que encargó a entidades independientes, para analizar las campañas de desinformación rusas en Facebook, Instagram, Twitter y otras plataformas de redes sociales durante las elecciones de 2016, en las que Donald Trump fue elegido presidente. Ambos documentos, elaborados por la Universidad de Oxford y la empresa de ciberseguridad New Knowledge, describen la escala de las operaciones rusas, llevadas a cabo por la llamada Agencia de Investigación de Internet (AII), en San Petersburgo, Rusia. Los testimonios de algunos ex-empleados y unos supuestos correos electrónicos robados por el colectivo de “hackers” Shaltai-Boltai -que ya ha sido desarticulado y encarcelado por las autoridades rusas- ligan a la AII con el GRU (servicio de inteligencia militar) y al vicepresidente ruso Dmitri Medvédev.

Esta agencia y empresas asociadas a ésta son sobre el papel propiedad de Evgeny Prigozhin, un oligarca ruso del círculo del presidente Vladimir Putin. Su función era crear usuarios falsos, que se hacían pasar por nacionales de otros países y difundir noticias falsas o manipuladas, a la vez que realizaban campañas publicitarias en las redes dirigidas a colectivos muy específicos

Fomento del abstencionismo afroamericano

Los informes de Oxford y New Knowledge afirman que los esfuerzos de desinformación rusos se concentraron, sobre todo, en la población negra estadounidense. El informe de New Knowledge afirma textualmente que mientras que "otros grupos étnicos y religiosos tenían dedicadas dos o tres páginas de Facebook o cuentas de Instagram, la comunidad negra era un objetivo preferente al que se le dedicaban docenas de cuentas y páginas". Los anuncios de Facebook estaban segmentados para dirigirse a usuarios que hubieran mostrado interés en la historia de los afroamericanos, el partido de los Panteras Negras o Malcolm X. La cuenta de Instagram más seguida se llamaba @blackstagram, con 303.663 seguidores.

Ambos informes afirman que Instagram -red social de fotografías propiedad de Facebook- ha desempeñado un papel igual o mayor al que se ha atribuído a Facebook, así como otras redes de menor tamaño, como Tumblr o Reddit. Los datos analizados muestran que los contenidos de la Agencia de Investigación de Internet en Instagram tuvieron 187 millones de interacciones, frente a los 76,5 millones registrados en Facebook. Aunque la presencia rusa se ampliaba a casi todas las redes sociales existentes, independientemente de su tamaño: Google +, Vine, Gab, Pinterest, Gab e incluso la red de podcasts (radio por Internet) SoundCloud.

Mientras, en YouTube, la red social de vídeos propiedad de Google, los rusos se centraron en mostrar ejemplos de violencia policial contra personas negras desarmadas, emitidos en canales con nombres como Don't Shoot (No disparen) o BlackToLive (Negro para vivir). Aunque la atención de los medios se ha centrado, sobre todo, en las actividades rusas en Facebook dando alas a derecha nacionalista blanca, el esfuerzo dedicado a desinformar a la población negra estadounidense fue mucho mayor. De 81 páginas que se han probado como creadas y gestionadas por la AII, 30 estaban dedicadas a los afroamericanos, reuniendo a una comunidad de 1,2 millones de usuarios. 

El objetivo tras esta selección de audiencia era evitar la movilización de posibles votantes demócratas en 2016 -de los cuales los afroamericanos son una parte sustancial- mediante llamamientos a boicotear las elecciones. El informe de la Universidad de Oxford recoge bulos a tal efecto como acusar a la candidata demócrata, Hillary Clinton, de haber recibido donaciones del Ku Klux Klan. Además, las cuentas rusas apelaban a los partidarios del precandidato demócrata Bernie Sanders (considerado más progresista que Clinton) a abstenerse o a votar a Jill Stein, la candidata del Partido Verde. Además, se difundieron falsas normas para votar o consejos que, en la práctica, provocaban votos nulos. 

Hace tiempo que se sabía que Rusia empleaba estas tácticas de desinformación como parte de la llamada "Guerra Híbrida", especialmente en zonas de interés estratégico para ellos, como Ucrania o Siria. Aunque se ha alertado de intentos de interferir en países europeos, como en Francia, Gran Bretaña o en España, con campañas de desinformación alrededor de la crisis del procés catalán

Dentro de España también hay partidos que han querido emplear técnicas similares a las de los rusos como, por ejemplo, las ejecutadas por la EICO, empresa propiedad de Alejandro de Pedro, que está procesado en el "Caso Púnica" por realizar "trabajos de reputación online" para el Partido Popular mediante el empleo de cuentas falsas, webs que se hacían pasar por medios de comunicación y hasta réplicas de la Wikipedia con datos manipulados.