La Unión Europea (UE) ha anunciado este miércoles su décimo sexto paquete de sanciones contra Rusia para mantener la presión sobre el país al inicio de las negociaciones de paz en Ucrania entre el Kremlin y el presidente estadounidense, Donald Trump. Estas nuevas sanciones incluyen el veto a la importación de aluminio ruso y más medidas contra la llamada “flota fantasma” del Kremlin.

“La Unión Europea está trabajando aún más en frenar la elusión [de sanciones], teniendo como objetivo los buques de la flota fantasma de Putin e imponiendo nuevas prohibiciones sobre las importaciones y exportaciones”, comunicó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Nos comprometemos a mantener la presión sobre el Kremlin", ha asegurado.

Entre las medidas incluidas en el paquete europeo de sanciones desde la invasión rusa, destacan castigos a 73 buques de la flota clandestina con la que el presidente ruso, Vladimir Putin, trata de sortear las restricciones comerciales, además de medidas contra 53 empresas que facilitan estas maniobras, han confirmado fuentes diplomáticas.

Igualmente, los Estados miembros acuerdan ampliar el foco de las sanciones para sancionar también a la propia tripulación y capitanes de los barcos que emplea Rusia para evitar las medidas preexistentes. La UE redobla sus sanciones individuales con 48 personas y 35 entidades adicionales, que se suman a los casi 2.400 personas y empresas que tienen prohibida la entrada en la UE y ven congelados sus bienes en el Unión.

¿Qué es la flota fantasma?

Esta colección de buques exporta energía rusa, evitando las sanciones occidentales impuestas desde el inicio de la invasión de Ucrania en 2022. Es la forma en la que Rusia mantiene una exportación constante de aceite, de acuerdo con un estudio de la Unión Europea, pero su uso de tácticas complejas para evitar la atención y sanciones internacionales ha aumentado la preocupación europea.

Los buques utilizan banderas de diferentes países, transfieren el cargo entre barcos, provocan apagones en el sistema automático de identificación, usa posiciones falsificadas, transmite datos erróneos y llevan a cabo “otras decepciones u métodos incluso ilegales”, para transportar y vender aceite ruso de forma prohibida. Además de los riesgos obvios en la falsificación de la identificación, la mayoría de los buques están anticuados y en mal estado, lo que supone una carga innecesaria sobre el medioambiente. En diciembre de 2024, el 87% de los buques utilizados tenían más de 15 años, según la Escuela Económica de Kiev (KSE).

Flotas fantasmas han sido empleadas por varios países, como Irán, Corea del Norte y Venezuela, pero Rusia ha aumentado exponencialemtne las capacidades de operación de los buques. Un informe de la KSE estima que Rusia ha invertido 10 mil millones de dólares en las flotas, sin embargo, el estudio de la UE remarca que muy pocos buques de la flota operan exclusivamente para Rusia. “Los buques de la flota fantasma rusa normalmente trabaja a tiempo parcial u ocasionalmente para clientes rusos, normalmente sirviendo a múltiples clientes y transportando cargo que no está sancionado, además de aceite ruso”, detalla el informe.

El KSE remarca que gestores de buques chinos y de Emiratos Árabes Unidos son los principales apoyos a Rusia en su venta de aceite por encima del limite de precio establecido. También predice que Moscú ingresará 141 mil millones de dólares este año en aceite, pero, en el caso de una implementación débil de las sanciones, esta cifra aumentará.

La UE y Estados Unidos, en posiciones contrapuestas  

Esta ronda de sanciones se acuerda a días del tercer aniversario de la invasión rusa y cuando Moscú busca un acercamiento a Estados Unidos para acercar posturas, retirar sanciones y lanzar negociaciones de paz sobre Ucrania, sin contar de momento con europeos ni ucranianos. Putin ha afirmado este miércoles que “nadie” quiere excluir a Ucrania del proceso de negociación y que "Estados Unidos parte de la base de que el proceso de negociación se llevará a cabo con la participación de Rusia y Ucrania".

En este contexto, destaca las estrategias opuestas que está empleando la UE y Estados Unidos al relacionarse con el Kremlin. La Unión insiste en presionar a Putin, estrechando el círculo sobre algunos sectores clave para la economía rusa. Al mismo tiempo, la reunión entre los representantes de Rusia y Estados Unidos, Sergey Lavrov y Marco Rubio, concretaron tres objetivos principales: reestablecer las respectivas embajadas de los Estados, iniciar los acuerdos de paz para Ucrania y reestablecer relaciones diplomáticas y económicas.

Las sanciones europeas se concentran en la prohibición de la importación de aluminio ruso, así como veto a la exportación desde Europa de precursores químicos, usados en el sector militar, o la prohibición de servicios de refinerías de petróleo y gas. En el sector comercial, la UE prohíbe las transacciones con 11 puertos y aeropuertos y retira del sistema de pagos SWIFT a 13 bancos más, han indicado las fuentes diplomáticas. Queda por ver si se confirma la propuesta del Servicio de Acción Exterior de la UE de limitar las exportaciones de videojuegos a Rusia después de que la Alta Representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kallas, señalara que el Ejército ruso se vale de consolas para operar drones en su agresión militar contra Ucrania.

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