La Unión Europea y Canadá reafirman sus relaciones en un encuentro entre sus líderes frente a la política arancelaria lanzada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha visitado Bruselas dónde se ha encontrado con el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y ha reivindicado los lazos mutuos apuntando a que representan una alianza "fiable" que representa "una fuerza del bien en el mundo".
"Somos firmes aliados en materia de paz y seguridad, partidarios de Ucrania desde el primer día, estrechos socios comerciales, promotores de la acción por el clima y socios en innovación digital", ha señalado el primer ministro, subrayando que la UE y Canadá demuestran que "los acuerdos comerciales son claramente mejores que los aranceles comerciales".
Trudeau acordó una suspensión temporal de los aranceles del 25% sobre productos canadienses con Trump, pero no ha habido avances en un acuerdo con China. Paralelamente, hasta el momento, la UE no ha anunciado un pacto con el presidente estadounidense, cuyos aranceles del 25% sobre el acero y aluminio entrarán en vigor, según Reuters, el 4 de marzo. Tomando en cuenta la voluntad de Trump de dialogar con los lideres mundiales sobre las condiciones de los impuestos sobre importaciones, aparte de ser un método de proteccionismo, es una forma agresiva de negociar a favor de los intereses estadounidenses. Sin embargo, está provocando una escalada en tensiones diplomáticas con Estados Unidos y un acercamiento entre los países recipientes de sus amenazas.
La relación entre la UE y Canadá
En palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la historia de Canadá y el bloque europeo es la de "dos buenos aliados y amigos fiables", poniendo el énfasis en el flujo comercial y de inversiones que ha facilitado el acuerdo de libre comercio, el Acuerdo Económico y Comercial entre la UE y Canadá (CETA). Ambos cooperan en materia de medioambiente, seguridad, salud, cooperación de desarrollo, política exterior e inversión y el Gobierno Canadiense afirma que mantiene la relacion más antigua con la UE entre los países industralizados.
"El comercio puede ser muy beneficioso y conducir a una situación en la que todos salgan ganando. El CETA lo ha demostrado", ha señalado la presidenta, apuntando que ha permitido elevar un 66% el intercambio entre la UE y Canadá. Este acuerdo es "beneficioso para ambas partes", "para los consumidores, las empresas y los ciudadanos de ambos lados del Atlántico", ha dicho.
Por su parte, Justin Trudeau ha valorado que la relación con la UE se ha "profundizado" en los últimos años "en un momento en el que el mundo es más impredecible e incierto". "Por eso nos unimos en cuestiones de seguridad, de protección de la democracia, de defensa del Estado de Derecho, pero también nos unimos en valores compartidos sobre la creación de un mundo mejor, más seguro y más próspero no sólo para todos nuestros ciudadanos", ha indicado.
Aranceles con términos y condiciones
La clave para entender los aranceles alarmantes de Trump sobre productos de sus principales socios comerciales está en sus órdenes ejecutivas. La pausa en los aranceles con Canadá y México provienen de un acuerdo con ambos gobiernos de limitar el acceso de “alienígenas” y fentanilo, elementos claves en el comunicado oficial de la Casa Blanca sobre los impuestos. La prolongación de dichos acuerdos está pendiente, pero demuestra que los impuestos son una herramienta que Trump está dispuesto a emplear para obligar el cumplimiento de sus intenciones.
Está claro que Trump ha regresado a Washington DC con una política más radical a pesar de tener las mismas propuestas, pero su inhabilidad de servir otro término le ha envalentonado. La orden ejecutiva respecto a los aranceles canadienses resalta la preocupación estadounidense frente a la producción de fentanilo en el país y la “frontera abierta” compartida. El acuerdo entre ambos gobiernos se consiguió cuando Trudeau accedió a reforzar la seguridad fronteriza -se consigió una resolución similar en México-, pero, para Europa, un pacto podría ser más difícil.
A diferencia de Canadá y México, las exigencias de Trump no se sustentan sobre fronteras físicas y organizaciones criminales. Trump exige que Europa compre más productos agroalimentaria y automovilísticos, además de cumplir con el umbral del 2% del PIB en gasto militar de los países miembros de la OTAN, aunque ha sugerido recientemente que buscará aumentar ese mínimo al 5%. Como consecuencia por haber tratado a productos estadounidenses “muy mal”, el primer arancel que impondrá es sobre el aluminio y el acero. Además, Trump ha garantizado que no serán los únicos productos que recibirán el incremento arancelario.
El líder del comité del comercio en el Parlamento Europeo, Bernd Lange, le contó al Financial Times que estarían dispuestos a reducir los aranceles preexistentes al 2,5% para intentar disuadir una guerra comercial con Estados Unidos. Sin embargo, el comunicado de von der Leyen este martes afirma que “los aranceles injustificados sobre la UE no irán sin contestar – activarán contramedidas firmes y proporcionales”. “La UE protegerá sus intereses económicos. Protegeremos nuestros trabajadores, empresas y consumidores”, añadió la presidenta de la Comisión.
En el último mandato del presidente estadounidense, la UE y Trump no llegaron a un acuerdo que disolviera los aranceles sobre el acero y metal. Esta vez, en vez de establecer un arancel del 10% es del 25% y la Unión parece estar dispuesta a entrar en una guerra comercial con Estados Unidos.