Las tierras raras han sido el centro de las conversaciones sobre la paz en Ucrania esta última semana. Pese a la exclusión del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de las reuniones entre Estados Unidos y Rusia, ha llegado a un acuerdo con el presidente estadounidense, Donald Trump, que le concede el ingreso de una parte de los beneficios de la extracción de minerales críticos en Ucrania. Dado que, tanto Ucrania como Europa, han estados excluidos de esas conversaciones entre los superpoderes, este acuerdo supone otro cambio significativo en el camino hacia una tregua en Ucrania. Además, el presidente ucraniano viajará este viernes a Washington DC para firmar el trato de forma oficial, aunque sus detalles no se han hecho públicos aún.

Tras la reunión entre el presidente estadounidense y el presidente francés, Emmanuel Macron, este lunes, Trump afirmó en redes sociales que “todo el mundo está expresando su objetivo de ver el fin de la guerra y enfatizo la importancia del acuerdo vital de Minerales Críticos y Tierras Raras”. La justificación del trato es para que Estados Unidos recupere el dinero que ha mandado a Ucrania estos últimos tres años, aunque hay indicaciones de que pueda tener otras motivaciones.

Los minerales y las tierras raras

El tipio de mineral que protagoniza el acuerdo entre ambos países no son, pese al nombre, anormales. Sin embargo, el control de varios de estos minerales es altamente valioso debido a su creciente exigencia en la fabricación de la tecnología moderna. Vehículos eléctricos requieren seis veces más minerales en su producción que coches tradicionales; la demanda por cobalto, carbono y níquel se ha multiplicado por 20; y, la necesidad de litio (necesario en la fabricación de baterías) ha incrementado 13 veces, según el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD).

El trato entre los líderes políticos establece el ingreso estadounidense del 50% de la venta de los minerales, incluyendo aceite y gas -dos recursos de los que Estados Unidos dispone-. Este trato excluye las operaciones de extracción preexistentes que contribuyen a la economía ucraniana, pero no promete las garantías de seguridad de Washington DC, algo que había pedido Zelenski a principio de la negociación, según el Kyiv Independant. No obstante, el dirigente ucraniano ha matizado que no hay nada cerrado y que aún debe seguir estudiando el borrador y consultarlo con sus socios europeos, un aliado al que se ha acercado considerablemente esta última semana.

La fuente principal de estos minerales en el mundo es el continente africano, donde la mayoría de los depósitos y minas están controlados por China. En el caso de Ucrania, alberga el 5% de los minerales críticos del mundo que, en su mayoría, está formado por litio, de acuerdo con Naciones Unidas (ONU). Tomando en cuenta la demanda en el escenario geopolítico de todos los minerales críticos por sus diversos usos -la energía y el armamento-, se podría considerar que el raciocinio del acuerdo entre Estados Unidos y Ucrania no está motivado por los minerales en sí, sino por la competitividad entre el país estadounidense y China. A pesar de los conflictos internacionales y los intereses particulares en cada caso, detrás de muchos movimientos estadounidenses está la competición con China. Esta apuesta de Trump podría estar conducido por el temor de que China cumpla con su objetivo de convertirse en el poder hegemónico del mundo.

La reunión con Macron

Europa está haciendo claros esfuerzos para no quedarse fuera del futuro de Ucrania. En solo una semana, se ha llevado a cabo tres cumbres diferentes con una multitud de asistentes para tratar un mismo tema: allanar el camino para el final de la guerra en Ucrania. Las políticas de Trump que le acerca a Rusia y su disposición de poner en marcha operaciones sin consultar a la Unión han hecho que la posición y el poder de la UE se hayan visto amenazados. Al ser preguntados sobre el enfoque antagónico de la administración de Trump y su relación con el país en la cumbre internacional de Kiev este lunes, la mayoría de los líderes europeos evitaron responder de forma directa.  

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha tomado el mando en la canalización y coordinación de las actuaciones europeas. Dos de las tres cumbres de la última semana fueron convocados por Macron y se llevaron a cabo en París. Además, el día en el que se celebró la cumbre en Kiev, el presidente francés viajó a Washington DC para reunirse con Trump, con los miembros de su gabinete y con el G7 -compuesto por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Gran Bretaña y Estados Unidos-. “Creo que hemos progresado mucho. Hemos tenido buenas conversaciones y estamos intentando ponerle fin a esta guerra”, expresó Trump en la rueda de prensa posterior a la reunión.

 “Esta paz no quiere decir que Ucrania se haya rendido”, afirmó Macron, apuntalando a Rusia como el “agresor” y expresando el posicionamiento de Europa, algo que entra en conflicto con el posicionamiento de Trump. No obstante, el presidente estadounidense puso sobre la mesa la posibilidad de que Europa forme parte de las discusiones de paz.  “No le importa. Le he hecho específicamente esa pregunta. No tiene ningún problema con ello” contó Trump en la rueda de prensa el lunes respecto a la posición del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre la inclusión de la UE en las conversaciones.

Trump también afirmó que creía que la guerra podría acabar “en semanas si se hace de forma inteligente”. El tiempo necesario para finalizar el conflicto armado no está claro, pero, la mayoría de los actores -excepto Rusia- han recalcado la urgencia para que acabe este año. “Acabará este año”, afirmó Zelenski en la cumbre internacional de Kiev.

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