El Senado de Estados Unidos ha aprobado este martes seguir adelante con el juicio político contra el expresidente Donald Trump, tumbando así el recurso de inconstitucionalidad presentado por sus abogados para evitar que el magnate respondiese ante las acusaciones de "incitación a la rebelión" por el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero.

La votación, que ha contado además de con los 50 votos favorables de los demócratas con otros seis republicanos, se ha producido después de que se emitiese en el pleno del Senado un vídeo de unos 20 minutos en los que se intercalaban imágenes de la turba asaltando el Capitolio con las soflamas previas de Trump en un mitin celebrado a las puertas de la Casa Blanca ese mismo día.

No retrasará las ayudas contra la Covid-19

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha expresado este martes que la negociación del ambicioso paquete de ayuda económica contra el coronavirus no sufrirá retrasos a causa del juicio político contra el expresidente.

"Estamos aquí hoy para decir que no permitiremos que eso suceda. Podemos hacer ambas cosas a la vez", ha recalcado Schumer, secundado por las principales figuras del Partido Demócrata en el Senado, para insistir en que el 'impeachment' no supondrá un obstáculo para la agenda inicial del presidente, Joe Biden.

"Tenemos que hacer todo lo posible para poner fin a esta crisis y, aunque el juicio político es una responsabilidad importante, estamos haciendo ambas cosas", ha dicho Schumer, quien ha aplaudido el "audaz plan" que el Senado está llevando a cabo para contrarrestar la crisis del coronavirus.

Hace algo menos de un mes, en vísperas de su toma de posesión, el presidente Biden anunció un ambicioso plan de ayuda valorado en 1,9 billones de dólares (1,5 billones de euros) para hacer frente a la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus, que ha dejado más de 27 millones de casos y 466.500 fallecidos en Estados Unidos.

Dentro de ese plan se contemplan unos 400.000 millones (330.000 millones de euros) para la creación de un programa nacional de vacunación, con el que se espera alcanzar a unos 50 millones de personas, además de unos 350.000 millones de dólares (290.000 millones de euros) para gobiernos locales y estatales, mientras que el resto del dinero irá directamente al bolsillo de los ciudadanos estadounidenses, a través de pagos de hasta 1.400 dólares (1.150 euros).