La comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados ha dejado alguna que otra duda entre las formaciones políticas, que Pedro Sánchez ha asegurado que irá despejando; sin embargo, ha certificado que el Ejecutivo se llevará el gasto en Defensa hasta el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) y lo hará antes de que finalice el plazo establecido, allá por 2029. Aún quedan muchos detalles sobre a dónde irá a parar ese mayor influjo económico y de dónde procederán esos fondos extra, pero el mandatario español ha adelantado que la Industria será el sector clave.

De poco sirve desembolsar cantidades astronómicas de dinero para garantizar la independencia de Europa en materia de seguridad si el armamento, los programas informáticos y otras herramientas de ciberseguridad o la tecnología necesaria se compra a los países de los que el viejo continente pretende emanciparse. Para ello se requiere “una industria de seguridad y de defensa potente”, defendía este miércoles Sánchez, no supeditada en “tecnología y producción” y con “interoperabilidad”. España tiene su plan para conseguirlo y Moncloa ha desvelado que estará preparado antes  de la cita más importante de los próximos meses.

“Les anuncio que, antes de verano, el Gobierno pondrá en marcha un gran Plan Nacional para el Desarrollo e Impulso de la Tecnología y la Industria de la Seguridad y Defensa españolas”, anunciaba el jefe del Ejecutivo hace menos de 24 horas. Más tardes, las fuentes internas apuntaban a que este estará preparado antes de la celebración de la próxima cumbre de la Alianza Atlántica (OTAN), que tendrá lugar entre el 24 y el 26 de junio en La Haya (Países Bajas) y a la que asistirán los principales líderes internacionales.

Apenas tres meses quedan para preparar un plan que Sánchez asegura que “beberá de la experiencia adquirida con Plan de Recuperación”. “Concentrará el grueso de la inversión adicional exigida para cumplir con nuestros socios europeos y canalizará la inversión a través de la colaboración público-privada para crear un nuevo salto tecnológico e industrial en España”, apostillaba desde la tribuna de la Cámara Baja. “Desarrollar una industria de seguridad y de defensa integrada, puntera y autónoma” es una de las aristas para “sentar las bases de un por fin y verdadero ejército europeo”, añadía.

“Unas fuerzas armadas comunitarias, integradas por 27 países, pero guiada por la misma bandera y los mismos intereses”, defendía el líder socialista, son la única vía para “convertirnos en una verdadera Unión y garantizaremos una paz duradera en nuestra región”. Las compras conjuntas, la agregación de la demanda y la puesta en marcha de proyectos comunitarios de innovación, formación e industria son los principales puntos recogidos en el Libro Blanco de Defensa, presentado por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y que España piensa cumplir.

Acciones a presente y futuro

El aumento del gasto en Defensa no es algo nuevo en el seno de las coaliciones de Gobierno que ha ido formando el PSOE con los diferentes partidos a si izquierda. “En estos últimos años, hemos incrementado en casi 10.000 millones de euros nuestra inversión estatal en Defensa”, reconocía Sánchez en sede parlamentaria, defendiendo que esta acción era necesaria para pasar del 0,9% del PIB que dejó Mariano Rajoy al poco más del 1,2% con el que se cerró 2023. Este mayor presupuesto, asegura apoyándose en el crecimiento económico, no supone recortes de gasto social.

“Vamos a centrarnos en desarrollar aquello que nuestra industria sabe producir y que nuestro país y Europa necesitan”, traslada el presidente. Este abordaje se producirá siguiendo adelante con actuaciones que ya se estaban realizando. “Vamos a continuar, porque llevamos siete años, actualizando el equipamiento de nuestras Fuerzas Armadas, para que puedan seguir realizando su labor más eficaz y con más seguridad”, destacaba a presente. “Vamos a modernizar nuestros sistemas de protección de nuestro espacio aéreo, también de nuestras fronteras”, apuntaba a futuro.

Asimismo, el jefe del Ejecutivo detallaba que se desarrollarán “nuevas capacidades para bloquear los ataques cibernéticos (177.000 en 2024) y las campañas de desinformación de agentes extranjeros que sufrimos cada semana”. “Al mismo tiempo, vamos a contribuir a todas las iniciativas de protección y de disuasión que se están impulsando a nivel europeo, especialmente aquellas que están relacionadas con el desarrollo de las capacidades estratégicas, en ámbitos como el de la inteligencia, el de la logística, el del mando y control y la defensa aérea”, zanjaba Sánchez las horas de comparecencia en el Congreso, al que volverá próximamente para dar más cuentas sobre esta materia.

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