Un acto “a la altura” de la conmemoración que se celebra este 2025 y en aras de defender la Democracia Española. Con este telón de fondo, el Gobierno central ha inaugurado este miércoles los actos que se comprenden dentro de la programación de ‘España en Libertad’ por el 50 aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco. En su discurso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha abogado tanto por construir “otros 50 años de progreso y libertad” como advertir sobre el avance de los “regímenes autocráticos” que prometen atentar contra los valores democráticos.
El Museo Reina Sofía de Madrid ha servido como punto de encuentro del inicio de estas celebraciones estatales enmarcadas dentro de las riquezas, avances y progresos que ha ido dejando este medio siglo la instauración de la democracia en nuestro país desde la Transición de 1975. Con sendas actuaciones artísticas y un breve coloquio sobre el legado que dejó la dictadura en cuanto al retroceso de derechos y libertad, así como la recuperación de las mismas con el paso de las últimas décadas, se ha dado pie al centenar de eventos que están por celebrarse a lo largo de este año.
Bajo este marco, el jefe del Ejecutivo central ha comenzado su discurso recordando cómo el cuadro de Guernica, de Pablo Picasso, pasó de exponerse en el museo neoyorkino MoMa al Reina Sofía, evidenciando que, y siguiendo los deseos del artista malagueño, hasta “las libertades públicas no fueron reestablecidas”, éste no volvió a su lugar de origen.
Sánchez ha hecho un repaso por cómo era la vida de a pie para los españoles en la década de los 70, con censura en los medios de comunicación y las expresiones artísticas, unos ingresos medios por hogar que equivalían a la mitad de los actuales, el silencio impuesto de las mujeres al no poder denunciar malos tratos ni poder trabajar libremente y, con dictamen del régimen, “la gente se tenía que amoldar a la moral católica y principios franquistas”.
"Quienes cantan las virtudes del autoritarismo quieren que olvidemos estas cosas, que en 1970, España estaba gobernada por el miedo y poder para imponer sus valores. Quieren que olvidemos que aquellos que decían 'una España Grande y Libre' estaba aislada y hambrienta de libertad", ha esgrimido Sánchez.
Celebrar una España “abierta y tolerante” con tres ejes vertebradores
Desde 1975 hasta estos días, Sánchez ha abogado por reivindicar y celebrar “un proceso de transformación institucional y social que triunfó y que acabó convirtiéndose en un país abierto y tolerante que es hoy España”: “Eso es lo que celebramos y reivindicamos”, ha insistido.
En este sentido, y siguiendo el conjunto de la esencia que se ha respirado en el acto inaugural, el presidente del Gobierno ha aludido al legado que les queda y seguirán construyendo las generaciones jóvenes: “A los jóvenes les cuesta entender la escala del cambio en estos 50 años. Los números están ahí, son claros e inapelables, abismales. Números que permiten afirmar con orgullo que nadie, viniendo de atrás, ha llegado tan lejos como la España democrática".
Así, se ha remitido a su vez a los cambios sustanciales en materia económica, social y, en esencia, vital, de estos últimos 50 años: “En 1975, la renta per cápita era de 15.000 euros; ahora, es de 31.000 euros. En el mismo año, la esperanza de vida era de 63 años; ahora, de 84 años, la tercera más alta del mundo. España estaba a la cola de los ránkings mundiales de calidad democrática, hoy está de los primeros. Esa, y no otra, es la hazaña española".
Ha sido en este punto de su discurso en el que Sánchez ha enumerado en tres ejes vertebradores los puntos a seguir bajo el lema ‘España en libertad’: "Recordar lo que hemos logrado en el pasado nos ayuda a entender el futuro", como el primero. “Homenajear a personas y colectivos que hicieron posible la transformación de éxito" y poner "en valor la labor de trabajadores, empresarios, sociedad civil, políticos y gobiernos de los más de 40 años de democracia", como la segunda clave. “Transmitir a los jóvenes vivir en democracia. (…) Es fácil olvidar las fortalezas de esta y dejarse seducir por quienes prometen orden, seguridad y riqueza a cambio de elegir el destino de uno mismo, de convertirles en agentes pasivos", ha enfatizado.
“Basta con ser demócratas”
En este balance en clave democrática, el presidente del Gobierno también ha situado el acento en la proliferación de “los regímenes autocráticos”, con el fascismo como tercera fuerza en España y Europa: “Todo esto es un problema, reto y desafío que debería interpelarnos a todos los creyentes de la democracia y Constitución española. Puede volver a ocurrir”, ha advertido.
Y es que ha reiterado que no es necesario tener una ideología concreta para vislumbrar este desafío, ni ser de derechas o izquierdas “para mirar con enorme tristeza y terror los años oscuros del franquismo y temer que ese retroceso se repita”: “Basta con ser demócratas. Entender que la libertad nos hace mejores como personas y sociedad, que nos permite votar, manifestar y expresarnos, sin miedo a represión o censura".
Por esta retahíla de motivos, Sánchez ha sellado el broche final de su intervención a echar una vista atrás por todo lo construido y, con el pie fuerte en el presente, mirar al futuro para continuar la misma senda: “Celebrémoslo y construyamos otros 50 años de progreso y libertad", ha concluido.