Con escaso ruido y mucha eficacia, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha conseguido a pesar de la pandemia, poner de acuerdo a empresarios y sindicatos en temas de envergadura. Ahí está el Salario Mínimo Interprofesional, el lanzamiento de los ERTE con sus prórrogas sucesivas o la fundamental Ley del Teletrabajo, que abre camino a la modernización laboral en este siglo XXI. Con su sólida preparación y su mano izquierda, Pedro Sánchez puede felicitarse de haberla incorporado a su equipo.

Díaz militó en el pasado en el PCE y representa por tanto el sector malvado del Gobierno, pero su fichaje ha sido un acierto. Cuando se le pregunta por las tensiones que existen en el Ejecutivo, intenta quitar hierro al asunto y, con una sonrisa, sostiene que es normal que haya diferencias que la oposición se dedica a propagar. Algunos de sus colegas, sin embargo, ponen el puño sobre la mesa para reivindicarse políticamente y presumir de su influencia.

Este domingo, en el programa Salvados de laSexta, la ministra confesaba vivir con vergüenza las broncas que se producen en el Congreso. A veces, incluso hace una lista con los insultos que profieren, aunque ella se siente ajena a ese barullo parlamentario que protagonizan PP y VOX: “Lamento decir esto, pero a mí me hubiera gustado tener partidos en la oposición que estuvieran haciendo propuestas políticas en lugar de estar todo el día jaleando. Mientras, la oposición aprovecha la pandemia para que se oigan sus gritos”. También quiso aclarar que las presuntas disensiones en el seno del gobierno no son más que diferencias de criterio que la oposición se dedica a propagar, y si las hay, es normal.

En el programa conducido por el gran periodista Gonzo, la ministra se acercó a pie a muchos ciudadanos. Se le vio pegada al terreno y resumió los asuntos que más preocupan. Recordó que el anterior gobierno recortó notablemente la plantilla del Servicio de Empleo Público Estatal, que los ERTE han venido para quedarse y que es preciso cambiar las políticas y centrarse en la contratación de mujeres de mediana edad. La ministra señaló que las sociedades avanzan gracias a las luchas colectivas, haciendo un guiño a las organizaciones sindicales.

Los proyectos de la ministra para terminar con la situación desoladora que viven los jóvenes, pasan por desterrar las becas e ir a contratos formativos. En los momentos de mayor auge de las plataformas distribuidoras, sostuvo que éstas tienen que garantizar unas condiciones de trabajo dignas y dejó clara su convicción de que los trabajadores fijos/ discontinuos deben convertirse en trabajadores estables.

Ciertamente Sánchez acertó con Yolanda Díaz. La crisis sanitaria ha podido obligarla a ajustar  los objetivos a los tiempos que corren, pero ahí late el empeño de quien que la situó en ese cargo. Porque la titular de Trabajo en el Gobierno de coalición lo que busca es eliminar la precariedad, implantar otras relaciones laborales que modernicen el mercado y que lo lleven a una situación de corresponsabilidad. Justo lo que debe hacer un Ejecutivo progresista.